El argumento del INE es que desagregarlo sería mejor para los tomadores de decisión. Sin embargo, hay quienes discrepan, ya que para saber cómo rinde la Región se deberá esperar el informe del Banco Central por más de un año.
El Instituto Nacional de Estadísticas, INE, para los especialistas, expertos y analistas por lejos era el santo grial de los datos de la realidad país y sus regiones.
El Indicador de Actividad Económica Regional (Inacer), daba cuenta del pulso del Bío Bío.
Sin embargo, en un hecho sorpresivo, la entidad informó que este medidor como concepto no iba más.
La decisión se tomó tras una serie de estudios realizados durante 2018 que sugirieron “transformarlo”.
¿Los argumentos para hacerlo? “Las razones fundamentales para realizar esta innovación son dos: las limitaciones metodológicas que enfrenta la construcción del Inacer y su baja correlación con la evolución efectiva de la actividad en cada Región”, explicaron desde el organismo.
Es por ello que el INE decidió convertirlo “en un nuevo set de estadísticas sectoriales locales, iniciativa que se enmarca en el compromiso de la institución por generar cada vez mejor información estadística para el país y sus regiones”.
La gran pregunta es: ¿Cómo sabremos si la economía regional va creciendo o no? Es que más allá de la “limitación metodológica”, los informes trimestrales daban luces del rendimiento.
Para entender aún más la relevancia, una analogía simple: es como si un consejo de médicos dijera que el pulso del corazón se quedó sin el electrocardiograma, pero que para poder captar su funcionamiento, tendrá que recibir una serie de pulsaciones de los órganos del cuerpo por separado que si cuentan con un medidor.
Lo que sucederá ahora es que se tendrá que esperar más de un año para saber si la economía regional del Bío Bío creció o bajó.
El ex seremi de Economía regional, Iván Valenzuela, opinó que se trata de un “hecho grave”.
“Fue una mala decisión, que afecta no sólo al Bío Bío, sino que a todas las regiones del país, porque el Inacer, a pesar de todos los defectos que pueda tener, es un índice regional que entrega señales coyunturales respecto de la dinámica económica por el lado de la producción, siempre a partir de la información sectorial regional existente. En otras palabras, permite ver si la región está creciendo o no”.
Añadió que “no puedes esperar al año siguiente para conocer el crecimiento regional, ya que la estimación oficial la realiza el Banco Central a través del PIB Regional, el cual tiene una frecuencia anual y un gran desfase de entrega de los resultados. Por ejemplo recién la semana pasada, se dio a conocer los resultados del año pasado a través del informe de Cuentas Nacionales de Chile PIB Regional 2018. Este retraso de ocho meses es excesivo para quienes toman decisiones y una de las características de la información es que debe ser oportuna, por lo tanto, de que sirve tener los resultados con tanto desfase para definir políticas públicas”.
El actual seremi de Economía, Mauricio Gutiérrez, defendió el cambio. “Como modelación matemática se determinó con el INE que no era el mejor indicador”.
Ante esto, Valenzuela dijo que habrán varios problemas. “Los diferentes actores, ya sean público y privados tomaran en cuenta diferentes indicadores desagregados y eso perjudicara la toma de decisiones, porque reducirá la certidumbre. Además, esto obligará a diversas instituciones, ya sean universitarias, privadas o de investigación, a elaborar indicadores, los cuales pueden tener diversas metodologías y variables, lo cual puede ser beneficioso, pero a la vez perjudicial, debido a la diversidad de información y variables que pueden estar incluidas”.
Precisamente, es por ello que Gutiérrez recordó que recientemente se dio el vamos a la Comisión de Estadísticas Regionales (CER). “Ya se partió, donde participarán distintas universidades, Corbiobío y otros, donde irán analizando por sector económico, para recibir otras propuestas de situaciones que no se estén considerando”.
A lo que Valenzuela subrayó: “La toma de decisiones económicas debiera tomarse con mucho más cuidado y bien informados, para ello es fundamental contar con información veraz, confiable, comprensible y oportuna. Es de vital importancia que se realicen estudios, se diseñen metodologías y se construyan indicadores que apoyen decisiones de inversión, de localización y de políticas públicas. Y, en este sentido, las universidades tienen un importante papel que jugar”.