Economía y Negocios

¿Debe fijarse un tope de pisos para los edificios en Concepción?

El Consejo Nacional de Desarrollo Urbano entregará prontamente los resultados de un importante trabajo que busca mantener el proceso de densificación en el tiempo, pero velando por que este sea desarrollado de forma armónica.

Por: Javier Ochoa 28 de Julio 2019
Fotografía: Raphael Sierra P.

El proyecto de Aitué, Ciudad del Parque, que se levantará en el cuadrante de Víctor Lamas, Colo-Colo, Chacabuco y Castellón, en un terreno de 12 mil metros cuadrados, ha revivido antiguas discusiones: por un lado, la planificación territorial propiamente tal, y en específico la densificación en altura.

Actualmente, estos componentes se ejercen a partir de instrumentos de planificación urbana, como son los planes reguladores metropolitanos y comunales, así como otras normativas urbanísticas.

Pero, ¿por qué entonces reaparecen regularmente conflictos por el uso de suelo a partir de nuevos proyectos de inversión, pese a que estos instrumentos se sometieron previamente al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Seia) y a participación ciudadana?

En este sentido, la directora regional del Servicio de Evaluación Ambiental, Silvana Suanes, confirmó  que el Seia opera sobre la base de la existencia de otros instrumentos de protección ambiental, especialmente  en  los proyectos inmobiliarios, que es cuando los planes reguladores y la normativa urbanística cobran gran relevancia. “Es regulación que ha contado con instancias de participación ciudadana previa y que emana de órganos públicos con autoridades elegidas por la misma ciudadanía”, recordó.

Suanes añadió que sobre la base de estas definiciones de gobiernos locales que se materializan en instrumentos de planificación territorial, es que se analiza el cumplimiento normativo y los impactos de los proyectos inmobiliarios en el proceso de evaluación.  Además, existe la aplicación de los planes de descontaminación y prevención, es decir, hay una doble gestión ambiental previa y superior antes de llegar al Seia, sostuvo.

Por eso el gerente zonal de inmobiliaria Pocuro, Jorge Guardia, critica el hecho de que los proyectos a construirse en zonas urbanas deban someterse, nuevamente, a evaluación ambiental.

“Es primordial respetar las reglas del juego vigentes, y son los planes reguladores los que las fijan. Entonces al final, implica desembolsar grandes sumas de dinero en realizar nueva documentación, lo que se traspasa, inevitablemente, al precio definitivo de las viviendas, encareciéndolas”.

No obstante, para la abogada y académica de Eula, Paula Nieto, es vital la planificación territorial para regular el uso del territorio, y que se establezca claramente las densidades y, sobre todo, las alturas que se quieren para una ciudad.

“Se debe regular mucho mejor el uso del suelo. No es que los inversionistas no cumplan con la normativa, sino que ésta es débil”, enfatizó.

La luz al final del túnel

El arquitecto y premio nacional de urbanismo, Sergio Baeriswyl, planteó que a partir de la polémica con el proyecto de Aitué, es necesario tener una mirada más amplia del proceso de densificación, que está ocurriendo en todas las principales ciudades chilenas, informó. “Es un fenómeno, urbanísticamente, positivo, porque entre otros positivos efectos, reduce el crecimiento periférico que segrega a la población de menores recursos a zonas alejadas de los servicios y núcleos urbanos, por eso ya hace 20 años se llevan a cabo políticas públicas en este sentido”.

Sin embargo, Baeriswyl reconoció que se han producido problemas por  la inexistencia algunas veces de un techo que regule las alturas de los edificios, de manera de lograr un debido equilibrio.

En este sentido, cobra real importancia un silencioso trabajo comenzado hace un año por parte de la Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, el cual preside, y que busca mantener en el tiempo el proceso de densificación, pero asegurando que sea armónico.

“El equilibrio no es fácil de lograr, porque existen un conjunto de variables que deben ser consideradas: que la densificación sea inclusiva socialmente; que permita usar eficientemente la mejor infraestructura concentrada en una ciudad; que sea armónica (relación adecuada entre el espacio público-calles- y la altura del edificio), y que se relacione bien con el entorno y con la propia comunidad”.

Baeriswyl adelantó a Diario Concepción que de aquí a dos meses tendrán listo el documento de Densificación Armónica que será entregado al Presidente de la República, para que se transforme en un potente insumo a la hora de planificar el crecimiento de las ciudades. “La idea es que de ahí emanen una serie de normas y medidas para lograr que este fenómeno que es positivo en lo general, sea también virtuoso en lo particular. Lo peor que podría pasar es que este fenómeno sea visto como una amenaza, sino que debe ser una oportunidad para mejorar los espacios públicos y asegurar así el debido disfrute de la comunidad”.

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