Asipes dice que si no aplazan Ley de la Jibia 1.700 puestos se perderían para siempre

24 de Julio 2019 | Publicado por: Felipe Placencia
Fotografía: Raphael Sierra P.

Esperan que se apruebe un proyecto que otorga una prórroga de 2 años. Actualmente el recurso está escaso. De especies de 30 kilos, se pasó a dos.

La polémica Ley de la Jibia es una de las preocupaciones para el gremio industrial. Así lo da a entender  la presidenta de Asipes, Macarena Cepeda. Mientras los artesanales piden su aplicación, su sector pide una prórroga por dos años, hasta que se calmen las aguas, ya que el recurso ha estado escaso. Las toneladas de extracción tampoco han sido las mismas , con no más de 30 mil: algo raro pasa  con el recurso. Tanto así que los artesanales a duras penas han podido extraerla con línea potera durante este año. Y es la única modalidad que se usará una vez que entre en vigencia la nueva legislación, algo que para los grandes se transformará en más que una  barrera, sino que un portazo, ya que sus barcos no son aptos para utilizar líneas de mano. Menos en las aguas del pacífico, que no son nada quietas.  Sumando y restando, los anuncios que dan cuenta de la pérdida de 1.700 puestos de trabajo a contar de agosto están a la vuelta de página del calendario.

– Estamos pronto a entrar en agosto y se hablaba de este mes como fecha en que muchos trabajos se perderían.

-Hoy día efectivamente hay un proyecto de ley que está en la Cámara que busca prorrogar la entrada en vigencia de esta ley por 24 meses.

-¿ Considera estos meses adecuados para la industria?

– El fundamento que está detrás de la prórroga tiene que ver con la posición de Chile frente a la Organización  Regional del Pacífico Sur, en que se estima que de aquí a dos años se debiera regularizar la cuota de la jibia. Por lo tanto, si a contar de este año se limita la captura de esta especie a la línea potera ( artesanal), la verdad es que  Chile va a quedar en una posición disminuida frente a Perú y frente a China, quienes pescan cerca de 400 mil toneladas cada uno.  Y Chile  históricamente no ha logrado capturar 200 mil toneladas y este años estamos llegando a penas a las 35 mil. De ellas 30 mil extraídos por la pesca industrial y 4 mil por la pesca artesanal pesquera.

– Un escenario distinto al del año pasado.

– Hoy día demuestra que hay una condición oceanográfica que está asociada al cambio climático, que ha llevado a la jibia presentarse lejana a la costa. Por lo tanto, eso  ha imposibilitado al sector artesanal  con línea de mano o potera pueda capturar la jibia.

– Sin duda delicado.

– Esto viene a corroborar, finalmente, que en la discusión de la Ley de la Jibia no sólo no fueron considerados como debieran ser los argumentos científicos y técnicos que demostraban  que la regulación no venía a resolver o ajustarse a la realidad pesquera de nuestro país.

Respecto a los anuncios de Landes, Pacific Blu y Alimar, en cuanto a la pérdida de puestos de trabajo, ¿hay luces de qué pasará con esas 1.700 personas?, ¿se estima alguna reconversión?

– No. Por el momento no están las señales regulatorias claras para poder proyectar una reconvención de este tipo por parte de la industria. Nosotros necesitamos certeza jurídica para poder proyectar nuestro crecimiento e inversión. La verdad que las señales de certidumbre no están. En este caso, por parte del Congreso ni del gobierno nos pueden asegurar algo distinto.

– Es decir, si no hay prórroga, los 1.700 puestos se pierden.

-Sí, justamente.

– Entonces, ¿cuál es el mensaje que su sector envía, tanto a los parlamentarios como de los sectores que están en contra de retrasar la entrada en vigencia de esta normativa?

– El llamado es a que regulemos una actividad que está basada en recursos  naturales, con información  técnica y científica, que finalmente la administración pesquera se realice bajo esta mirada y no bajo una visión política en dejar bajo techo un sector o a otro. Hasta el año pasado operábamos tranquilamente tanto los industriales como los artesanales.  Ellos tienen el 80% de la captura de jibia y nunca la pudo capturar totalmente. Entonces, no se entiende por qué dejar fuera a la industria pesquera industrial cuando no afectaba a los artesanales. Para nosotros es una situación muy compleja, ya que viene a alterar una actividad económica que ha destinado mucho tiempo en segmentación de mercados, en generar confianza con nuestros compradores internacionales y finalmente este tipo de decisiones regulatorias y legislativas afectan no sólo la actividad industrial, sino que también la imagen país. Porque somos confiables en la comunidad internacional.

– La actividad de la jibia entonces corre peligro de desaparecer.

– Así sin más. Así de simple, porque sólo estaríamos dependiendo de la posibilidad de captura del sector artesanal que  hoy bajo una condición anómala, con una baja del recurso, no han podido capturarlo. Nuestra legislación debiera ser más flexible  en cuanto al cambio climático que se ha visto hoy en día y que este se pueda adaptar  las condiciones que se presenten año a año.

– Llama la atención que no se considerara el cambio climático o las variaciones que la jibia tiene (pulsos),  en que finalmente el  pescador va a tener que “industrializarse”, ya que la línea potera es difícil en alta mar.

– Lo que dices es muy cierto. Justamente, ya que por las condiciones oceanográficas y de cómo se presenta el clima, se presentan tamaños distintos. El año pasado tuvimos jibia de 30 kilos y este de apenas alcanzan los dos. La de 30 kilos es imposible capturar de manera eficiente a través de una persona con línea de mano. Y la de menor  tampoco hace viable la actividad en embarcación artesanal, porque tiene que pescar casi 10 veces lo que pescaba antes para hacer las toneladas. Así entonces te das cuenta que se reguló sobre una actividad productiva, pero sin considerar la realidad.