Las tarifas se calculan en base a la oferta y demanda. De ser aprobada la normativa, el 82% de conductores no podrá seguir en el sistema, garantiza el ejecutivo de la empresa.
Según el gobierno, el proyecto de ley, presentado por el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones –conocido como “Ley Uber”–, busca incrementar la calidad y la seguridad del servicio prestado a través de estas plataformas. Para lograrlo, aumenta las exigencias hacia los conductores y las compañías tecnológicas. De hecho, el proyecto establece la obligatoriedad de licencia profesional (A1-A2-A3) para usar el servicio y congela por un año el parque de vehículos habilitados.
Desde Uber, anuncian el potencial impacto de estas medidas: el 80% de las zonas que cuentan con el servicio quedarán fuera del sistema, unas 12 mil personas en Bío Bío y Ñuble (de un total de 15 mil) no podrán seguir ejerciendo la actividad (porque sólo tienen licencia Clase B) y el precio de las tarifas se multiplicaría por tres.
“Compartimos la necesidad de un marco regulatorio para las plataformas tecnológicas asociadas al transporte en Chile”, dice Nicolás Sánchez, gerente de Asuntos Gubernamentales de Uber en Chile. Sin embargo, el ejecutivo advierte que la actual normativa en materia de licencias hace inviable la profesionalización masiva de los conductores que usan estos sistemas.
La razón es sencilla: con 178 escuelas en todo Chile habilitadas a entregar licencia profesional a través de cursos presenciales de 116 horas mínimo, tomaría de 8 a 10 años para que todos los socios conductores de Uber obtuvieran la licencia profesional.
“A los seis meses de vigencia, sólo un 35% de los viajes solicitados tendrían un socio conductor disponible, lo que impulsará una tarifa tres veces superior a la actual y tiempos de espera 2,6 veces superiores”, aclara el ejecutivo.
Según las proyecciones de Uber, luego de 12 meses, sólo un 20% del universo de conductores subsistiría, haciendo inviable el servicio.
– ¿Cómo se llegó a ese resultado de que la tarifa se multiplicará por tres de ser aprobada la ley?
– La tarifa se calcula en base a la oferta y demanda. Si tu pides un auto y hay sólo uno disponible, el precio será X. Si van ingresando otros conductores, el algoritmo de la aplicación va bajando ese X, de acuerdo a la oferta de vehículos. Lo que hace es fijar el precio de equilibrio en tiempo real.
– Es de suponerse que la regulación apunta a entregar mayor seguridad al usuario al imponer restricciones. ¿Cuál es la tasa de accidentabilidad, en comparación a los taxis, por ejemplo?
– Hay distorsiones en la estadística. No todo lo que pasa dentro de los taxis se informa a la autoridad. Pero nosotros sabemos que nuestra tasa de accidentabilidad es menor.
El proyecto del Gobierno tramita en el Senado y se estima que podría convertirse en ley hasta el final del año. La regulación permite a los taxistas la incorporación de aplicaciones tecnológicas para estos servicios, tales como Uber, Cabify, Beat y otros.
A la vez, establece sanción si no se cumplen las normas. Hay multa a beneficio fiscal que comienza en $483 mil pesos y podría llegar a 4,8 millones de pesos.