Aunque sus promotores aseguran que sería un punto de inflexión para el despegue económico de la Región, existen llamados a la prudencia respecto de lograr equilibrios con el gigante asiático y revisar los efectos en el comercio local.
Que las empresas de mayor valor en el mundo sean tecnológicas no es casualidad y hoy día existe un interés concreto de inversión por parte de un gremio de empresas chinas por instalar fábricas de producción tecnológica “Made in Bío Bío”.
También es claro, que el interés del gremio asiático no realizará la inversión de USD$ 1.400 millones en Talcahuano sin pedir nada a cambio, de ahí la idea de la zona franca tecnológica industrial, es decir, solicitan rebajas de impuestos totales, entre otros requerimientos.
Entre las voces que se han sumado en apoyo de la iniciativa, está un grupo poderoso como es el gremio represente de las empresas de la Región.
Ricardo Gouët, presidente de CPC Biobío, al ser consultado por este medio, resaltó que “entendemos que esto sería un tremendo logro para nuestra región, porque el hecho de que China se esté fijando en la Región del Bío Bío, se debe a un largo camino iniciado por nuestras autoridades para hermanar importantes provincias chinas con Bío Bío”.
En esta línea, Gouët agregó que “creemos que la zona franca industrial traería ingresos importantes, toda vez que se entienda que se trata de una zona industrial y no comercial donde Bío Bío puede transformarse en la entrada de China al mercado latinoamericano, lo que nosotros vemos como una tremenda oportunidad”.
Por su parte, Sergio Jara, gerente general del grupo de empresas Valmar, expresó: “En particular, Valmar viene hace años trabajando con China y creemos que el lograr una asociación donde se vengan a instalar fabricas Chinas, sería el punta pie inicial para que la Región comience a despegar económicamente de una vez por todas. Ya que este punto de nuestro país se podría transformar perfectamente en el punto geográfico comercial para desarrollar productos Chinos para abastecer a los países Sudamericanos”.
Del mismo modo, afirmó que “como empresa creemos que sería un fuerte impulso económico para la Región, en general, y para Talcahuano, en particular, el poder generar una zona con exenciones tributarias, esto se fundamenta en que, al generar estas exenciones, se produciría un estimulo para que las empresas, tanto nacionales como extranjeras, vieran a Bío Bío como un lugar atractivo para instalarse. Esto produciría un efecto virtuoso de estimulo a la inversión y a la generación empleo”.
Una perspectiva diferente respecto de los beneficios de una zona franca tecnológica industrial para Bío Bío es la manifestada por Sergio Albornoz, presidente de la Asociación de Cámaras de Comercio y Turismo de la Región, Fecomtur.
“Con el financiamiento o subsidio del gobierno chino pueden arrendar grandes espacios. Como también importar sus productos desde su origen sin pagar impuesto en su país, lo cual resulta a todas luces una competencia muy desleal para el comercio local, los cuales adquieren sus productos con distribuidores a precios superiores y pagando todo tipo de impuesto”, afirma Albornoz.
Del mismo modo, el presidente de Fecomtur apunta a que “no se considera cuántas empresas de la zona se verán afectadas y como resultado bajará la contratación de personal o seguirán cerrando locales. Lo que vemos en el fondo de esto, es una forma de negocio inmobiliario y de otros sectores”.
En tanto, Lucía Dammert, académica de la Universidad de Santiago de Chile y experta en política Latinoamericana, en un seminario organizado por CPC Bío Bío, expuso que se debe ser prudente a la hora de negociaciones entre un sólo país de Sudamérica, como Ecuador, con bloques como el formado por Asia o con China, ya que deben aplicarse principios de equilibrio.
En este sentido, señaló que “no es dable que China pueda imponer condiciones por el hecho de ser una de las principales economías del mundo”.