Buenas noticias llegan desde la Clínica Universitaria de Concepción. Nuevos controladores inyectan no solo recursos, sino confianza en la continuidad de su operación.
La Clínica Universitaria de Concepción (CUC) pasó por una etapa compleja en 2017 y parte del 2018. Problemas de caja casi la llevaron a la quiebra, diferencias entre los controladores retrasaron la búsqueda de soluciones y una reorganización judicial confirmó algunas dudas sobre la capacidad de operación de ese centro de salud.
Pero eso es pasado. Cuando Empresas Valmar (de la familia Imschenetzky) y Madesal (de la familia Sáenz) asumieron el control de la red de clínicas -que incluye centros hospitalarios en Puerto Montt, Concepción, Chillán, Rancagua y Calama-, el mercado vio en esa operación la gran oportunidad para reflotar a una alicaída Clínica Universitaria de Concepción. De hecho, Valmar y Madesal firmaron un acuerdo económico y de control que derivaría en la inyección de recursos frescos, pero también en un nuevo modelo de gestión.
Esta asociación implicaba aportes de capital por $7 mil 500 millones, de los cuales $6 mil 500 millones deberían ser ingresados directamente por los nuevos socios y mil millones por los anteriores controladores, es decir, Empresas Masvida. Según detalla el presidente del Directorio de la CUC, Gonzalo Grebe Noguera, ya fueron inyectados $6 mil 700 millones. Del total, $4 mil millones fueron destinados a la CUC y $2 mil 700 millones permitirán la compra del edificio en que funcionaba El Sur. Mil millones ya fueron cancelados y los $1.700 restantes deberán ser pagados dentro de 45 días. Gonzalo Grebe cuenta cómo está la CUC y cuáles son los planes para los próximos meses.
– Con los recursos aportados por los nuevos socios, ¿se puede afirmar que la CUC goza de buena salud financiera?
– Los recursos han permitido sanear el 100% de la deuda con Tesorería. Nos permitió sanear el 100% de la deuda con los trabajadores, nos permitió cumplir con la primera cuota de la reorganización judicial y nos permitió cumplir con el primer pago con la deuda histórica con los médicos. Además, nos permitió aportar capital de trabajo a esta Clínica para darle un normal funcionamiento y, también, regularizar algunas brechas, específicamente en algunas inversiones necesarias para mantenimiento y reposición de equipos. La clínica está saneada financieramente.
Pero no todo es aportes de capital, explica Gonzalo Grebe, y detalla que el grupo está dedicado a una reestructuración financiera, de modo a compatibilizar el modelo de negocio a los requerimientos de financiamiento. El ejecutivo aclara:
“Uno de los problemas es que si bien nivel de endeudamiento financiero era razonable, los perfiles de pago no eran razonables para el tipo de activos que teníamos. Teníamos un endeudamiento de mediano y corto plazo asociados a activos cuya operación es de largo plazo. Ese perfil de deuda lo que hace es exigirte la liquidez que tu generas para cumplir con los compromisos financieros. Ese es el trabajo que estamos haciendo hoy día y que debería terminar, a más tardar, al final del año y así la empresa podrá contar con una estructura de financiamiento acorde a sus activos y que permita, también, destinar los excedentes de caja para inversiones y proyectos de crecimiento”.
– A propósito de crecimiento, usted ha dicho que la CUC debe duplicar el número de camas…
– Sí, esta clínica tiene una gran ventaja, porque ha resuelto el tema del centro médico y con la compra del edificio nos permite contar con dos pisos completos para una expansión hospitalaria. Con modificaciones menores e inversión marginal la clínica podría duplicar su capacidad. Aquí no estamos hablando de construir un nuevo edificio, sino que de habilitar áreas que fueron construidas como hospital, pero que se están utilizando como ambulatorias. Estos ajustes nos permitirían entregar un número de camas prácticamente al doble, de las actuales 80 camas a cerca de 150. Ese es el proyecto en que concentraremos nuestra energía durante el primer semestre de 2019.
– En materia de infraestructura, ¿hay alguna prioridad?
– Hay áreas en que debemos trabajar en forma importante. Por ejemplo, el servicio de urgencia requiere una mejoría importante en la calidad del producto. Hemos hecho esfuerzos importantes y la clínica cuenta con una serie de especialistas que le dan soporte al servicio de urgencia. Hasta hace un tiempo atrás, los habitantes de la Región iban al hospital regional para los problemas complejos, o en definitiva, iban a Santiago. Nosotros queremos competir y ser una alternativa real a Santiago. Ese es el objetivo del punto de vista de posicionamiento desde Concepción y de nuestra red de clínicas.
– Y la cirugía robótica, ¿cuándo estará disponible?
– Esperamos terminar el año ya con presencia del robot en la CUC. Implica una inversión importante, además de cambios en forma de trabajar con los médicos y el personal en general. Será el primer robot fuera de Santiago, tendremos el equipo, tenemos la infraestructura, tenemos el equipo humano y los médicos especialistas. Por lo tanto, una vez que robot esté acá, no existiría ninguna razón para que se busque soluciones en Santiago.