Economía y Negocios

Académico cuestiona cambios a proyecto GNL Penco-Lirquén

Según él, existiría un mayor impacto relacionado al cambio de perfil del fondo marino de las áreas de manejo adyacentes.

Por: Javier Ochoa 04 de Septiembre 2018
Fotografía: Cedida

El biólogo marino, Ph.D. Biología y profesor del departamento de Zoología, Universidad de Concepción,  Dr. Eduardo Tarifeño, mostró su preocupación por uno de los cambios que GNL Penco presentó para su proyecto de terminal gasífero, específicamente lo relacionado a la ubicación del ducto que va desde el buque regasificador hasta su conexión con el Gasoducto del Pacífico.

Cabe recordar que la empresa informó que para evitar remover sedimento, la cañería submarina no se enterrará sobre una distancia de 2 km., sino que será puesto directamente sobre el lecho marino y protegido por ”mantas de hormigón” flexibles (ver fotografía inferior).

Gentileza PP.AA

“El proyecto originalmente consideraba la construcción del gasoducto submarino completamente enterrado en el lecho marino. Para poder excavar la zanja, se habría removido el fondo marino, produciendo una suspensión de sedimentos entorno a la excavación, lo que habría generado turbidez”, explicó en su oportunidad la empresa.

Tarifeño dijo desconocer las razones técnicas que determinaron,  posteriormente, el cambio en la forma como quedará ubicada la instalación, pero el dejarlo sobre la superficie del fondo marino cubierto por la manta de hormigón, tendrá “evidentemente un mayor impacto en el largo plazo”, que el producido por la suspensión temporal de sedimentos por la excavación de una zanja para instalar el gasoducto enterrado, aseguró.

“La razón de este  mayor impacto se relaciona con el cambio en el  perfil del fondo marino de las áreas de manejo adyacentes, esto como  consecuencia de alterar la dirección del flujo de la llamada corriente de deriva litoral. Esta corriente corresponde a flujo de agua que fluye con  deriva hacia el norte por efecto de los vientos predominantes del SW que casi siempre soplan en esta Región. Por lo tanto, esta corriente fluye casi permanentemente en dirección norte en forma paralela al  borde de las playas. Con ello, la corriente de deriva litoral arrastra la arena desde el sur hacia el norte. Al instalarlo sobre la superficie del fondo, se creará una barrera perpendicular de 2 km al flujo de la corriente que tendrá como consecuencia la acumulación gradual de arena en el área sur  del fondo marino adyacente a la infraestructura; mientras que en el área norte se producirá un efecto contrario; es decir, un socavamiento del fondo marino debido a las turbulencias de la columna de agua por el paso de la  corriente de deriva en el extremo terminal del ducto”, proyectó el académico quien además fuera miembro titular del Consejo Nacional de Pesca.

Este cambio del perfil del fondo marino, añadió, y muy posiblemente de la composición granulométrica de la arena por las turbulencias en el  régimen de corrientes, traerá por consecuencia en el mediano y largo  plazo, cambios en la composición comunitaria de la fauna epibentónica y especialmente la infauna, es decir, aquellas especies que viven enterradas en los sedimentos blandos y no sobre la superficie.

Eduardo Tarifeño, biólogo marino.

“Es llamativo que en la elaboración de las propuestas y las discusiones  que han ocurrido respecto a la forma de instalar el mencionado ducto, no se hayan tomado en cuenta estos principios básicos de la geología marina e hidrografía costera”, puntualizó.

A modo de ejemplo, Tarifeño recordó una situación similar que ocurrió en la década de los 80´s en la desembocadura del Canal Ifarle en el sector del Morro-Rocuant (Talcahuano), el cual fue canalizado para permitir un mejor flujo del agua contaminadas por riles de industrias pesqueras hacia el mar y de este modo disminuir los males olores. Como una manera de asegurar el vaciamiento de  las aguas, la solución ingenieril contempló en prolongar el canal por un  piedraplen de varios metros dentro del mar que al final quedó como barreras físicas perpendiculares al flujo de las corrientes de deriva  litoral.

“Esta situación causó el embancamiento de amplias áreas  adyacentes a la desembocadura del Canal El Morro, donde existían fondos  rocosos con bancos de choro zapato, locos, piures y jaibas.  Personalmente, y por escrito manifesté este impacto a la Dirección de Obras Portuarias, pero la respuesta fue que no había riesgo dado que todo  el diseño de la canalización del Canal Ifarle había sido realizado en el  Laboratorio de Hidrología que el MOP tenía en Peñaflor (Región  Matropolitana).

El biólogo recordó que este embancamiento que todavía puede ser observado en  dicho sector costero, generó un notable cambio en el perfil de los  fondos marinos que disminuyó notoriamente la profundidad del sector.

“Y de alguna manera, el suave perfil del fondo marino en este sector después  de la intervención del canal pudo haber actuado como trampolín para  potenciar la fuerza de las ondas del maremoto del 27/F que tanto dañó produjo en este sector costero de Talcahuano”, advirtió.

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