Economía y Negocios

Comerciantes locales encantan con propuesta que evoca a los negocios de antaño

Formatos a granel de productos saludables que permiten comprar sólo lo que se requiere consumir, atención cálida y personalizada y hasta la reaparición de la libreta para anotar fiados son los sellos de nuevas estrategias comerciales.

Por: Javier Ochoa 29 de Julio 2018
Fotografía: Carolina Echagüe M.

A la tienda Granel que funciona hace un año y medio en O’Higgins al llegar a Aníbal Pinto se sumó la que abrió hace dos meses en galería Italia, cuyo nombre es Meraki, emprendimiento familiar que ofrece yerbas de alta calidad, distintos tipos de té, frutos secos, legumbres, variedad de harinas, semillas, pasteles veganos, café con leche tradicional, de coco o de almendra, y todo tipo de condimentos.

Lo mejor, que todo se vende en formato a granel, es decir, la persona lleva sólo lo que quiere consumir, así sean 50 gramos o un kilo.

Se trata de un local muy cálido, donde se aprecia un esfuerzo importante en el formato y presentación de los productos, con llamativos dispensadores de vidrio que les da una apariencia a los antiguos almacenes.

Martín del Solar (fotografía), inició Meraki junto a su hermana Paula y su madre Andrea Román, quien tiene un local de medicina natural, y fue ella quien les inculcó la alimentación saludable, que ahora inspiró el sello de este emprendimiento, que ofrece productos de alta calidad, con formato de autoservicio, lo que hace de la experiencia de compra algo distinto y muy cómodo.

“Hace rato que teníamos la idea y fue hasta que nos sucedió algo desagradable al comprar en una tostaduría, cuando unas nueces de enmohecieron al cabo de unos días. Por eso quisimos mejorar eso, cuidando mucho la higiene y por eso buscamos estos dispensadores herméticos y antibacterianos. Además, permiten una rotación más rápida, porque lo primero que se hecha, es lo primero que sale. Además, permite la venta a granel, esto sin contar que mejora mucho la presentación del producto a los ojos de nuestros clientes. Nos costó encontrarlos y al final los importamos de Estados Unidos”.

Martín sabe que llevan poco tiempo, pero a pesar de eso, les ha ido bien, porque comenta que persona que compra, es persona que ha vuelto, lo que lo tiene muy optimista, ya que además reconoce que hoy hay más conciencia de la importancia de la alimentación saludable, lo que claramente es un plus para este negocio que está pronto a cumplir dos meses de funcionamiento.

Un buen ejemplo de productos saludables es la quinoa, y Meraki ofrece cuatro tipos de este beneficioso cereal y un asunto no menor: sus precios son bien aterrizados en toda su línea de productos.

Se nota que hay pasión y sinceridad en lo que hace esta familia.

Del Solar explicó también que la venta a granel es muy conveniente tanto para el propio negocio, porque el formato propicia más ventas que nivela la ventaja que tienen las grandes cadenas de tostadurías, que al ser más grandes pueden comprar volumen y así ofrecer precios más bajos.

“Hay productos como los frutos secos que son algo caros, por lo que, al comprar a granel, la persona no está obligada a gastar más de la cuenta y llevar sólo lo que necesita”.

El emprendedor añadió que propician e invitan a las personas a que lleven sus propios envases, para así reducir el impacto por residuos, aunque no usan bolsas plásticas, sólo de papel y bolsas de tela.

Otro aspecto destacable es que son muy celosos con sus proveedores y privilegian productores de la zona.

Sobre el origen del nombre Meraki, explica que es una palabra griega que significa un emprendimiento propio donde uno deja algo de sí.

Y desde la tercera semana de agosto implementarán reparto a domicilio. (Facebook: meraki granel, fono 958585833, horario desde 9.45 hasta 19.45 de lunes a viernes, y sábado desde 10.30 a 14.30).

El Negocio

El matrimonio compuesto por Carla Domíngez y Rodrigo Vives, más la ayudante Johana Hernández conforman el equipo de El Negocio, minimarket que suma cinco meses de funcionamiento que ofrece una atención muy cercana y acogedora, tanto que se esmeran en recordar el nombre de sus clientes, como una forma de graficar su sello: cercanía, familiaridad, evocando así a los antiguos negocios de barrio, tanto que incluso tienen implementado ese cuaderno para anotar compras fiadas de un cliente que ya forma parte de ellos.

Carolina Echagüe M.

Esto, que se veía muy a menudo en los años 80, resalta aún más si se piensa donde operan: O’Higgins al llegar a Angol, sector caracterizado por presencia de oficinas y bancos.

“Esto no es un concepto novedoso, sino anticuado, volviendo a la atención personalizada como boliche de barrio”, dice Rodrigo.

Acá también ofrecen desde sándwich al paso, huevos duros, queques caseros y el clásico chocolate Safari.

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