El destacado emprendedor dijo que proyectan vender $ 600 millones este año y están fabricando 25 mil vasos. También preparan el estreno de una serie en Netflix para el 2019.
“Quiero que no exista tanta basura en las calles, que a la gente se le reconozca por su trabajo y que a la gente le importe ser más sustentable” parte diciendo Oscar Muñoz, minutos previos a exponer como fundador de Green Glass, empresa que fabrica vasos a partir de botellas recicladas en un encuentro de empresas con consciencia organizado por la Dirección de Innovación de la Ucsc.
En 9 años Green Glass pasó de vender $100 mil mensuales en sus inicios a proyectar ventas por $ 600 millones y una producción de 25 mil vasos para el presente año.
Muñoz repasa, los altos y los bajos, los aprendizajes y la fuerza que mueve este tipo de propuestas llamadas empresas B o con sentido social.
-A tu juicio, ¿qué es lo más destacable de Green Glass?
– Algo súper simple, como ver que de recoger botellas de la basura se puede crear algo funcional. Nosotros planteamos que son los mejores vasos del mundo porque más allá de tomar botellas recicladas y hacer vasos, estamos mucho más enfocados en valores, porque buscamos demostrar que el vidrio no es basura. Además, reconocemos el problema gigante que existe con la basura y que a la gente no le importa porque todos arrojan cosas a la basura. Queremos enseñar a reciclar y valorar el trabajo de los cartoneros recicladores que son más de 60 mil personas en nuestro país y proponemos un estilo de empresa mucho más cercana a la gente, no queremos parar hasta que cada vaso del mundo sea botella, ese es nuestro eslogan. Tenemos otra área donde mostramos grandes causas para que la gente pueda aportar directamente a esas causas comprando nuestros vasos.
-¿Cómo opera eso de aportar a causas comprando sus vasos?
– Lanzamos “Animales fabulosos”, un juego de vasos que dona una risoterapia para niños luchando contra el cáncer donde ya llevamos mil risoterapias donadas que son mil packs que hemos vendido que equivalen más o menos a $ 5 millones. Entonces, una empresa pequeña igual puede generar mucho y apoyar otras causas. Pronto lanzaremos packs para promover la plantación de árboles con la fundación Reforestemos junto a otra acción para apoyar charlas en colegios vulnerables para mitigar el acoso sexual con el Observatorio del Acoso Callejero. Eso es muy bueno, porque de algo súper simple, sale algo más power.
– ¿Hace cuánto que nació esta iniciativa de Green Glass?
– Hace nueve años donde hemos visto que mucha gente se identifica con nosotros por lo que me tomo esto con mucha responsabilidad, debo decirles a todos que no es fácil seguir a través del tiempo y hacer que la gente siga interesada. Lo que sugiero a todos en este tipo de emprendimientos es que tengan mucha paciencia, no rendirse nunca y que vean haciendola.com porque ahí muestro todo lo que yo aprendí y cómo se puede replicar porque ya les ha servido a más de 200 emprendedores.
– ¿Cuánto ha invertido en total en este emprendimiento?
– Hemos invertido mucho tiempo y esfuerzo. Este año ya hemos invertido quizás $ 50 millones, pero es por lo que está generando el negocio, antes no habíamos invertido nada, porque no generaba nada. Partí tomando botellas de la basura y vendiendo muy poco $100 mil, $ 200 mil y hasta $ 500 mil al mes y así me mantuve durante muchos años. Cuando iba en el quinto año quizás vendía entre $ 1 y $ 2 millones y ya comencé a vender mucho más al sexto o séptimo año. Este año vamos a promediar $ 50 millones netos mensuales de facturación y queremos vender $ 600 millones este año y estamos fabricando 25 mil vasos, pero esto llevó tiempo, fue construido de a poco.
– ¿Tuviste algún tipo de apoyo de Corfo?
– Al tercer año nos ganamos un Sercotec de $1,5 millones y con eso me cambió la vida, porque compré una mejor máquina para pulir y por primera vez me pude comprar ropa, una bufanda y unos zapatos. Después obtuve un Jump Chile que fue un fondo universitario y luego me adjudiqué un Sercotec 2.0, el Crece que fueron $6 millones. Todo eso en su mayoría fue invertido en maquinaria.
– Pero además de estos fondos, ¿postularon alguna vez directamente a Corfo?
– Así es. En el 2015 junto a Acción Emprendedora nos adjudicamos un Prae por $ 20 millones que usamos harto para financiar caja y rediseñar la marca. Eso también nos ayudó para tener flujo y poder ser Green Glass hoy, pero fue hace tres años y hoy en día no hemos ganado nada hace rato. Seguimos postulando a fondos, pero también perdemos, yo me demoré tres años en ganar el primero y creo que es necesario pasar por momentos difíciles para saber bien qué hacer con esas platas.
– ¿Es complicado que además de las utilidades persigan un impacto social?
– Si iniciar una empresa ya es difícil, que sea rentable lo es aún más y el que genere un impacto social o ambiental, también lo hace más difícil, pero también es el corazón de lo que hacemos, es decir, no me hace sentido levantarme todas las mañanas para llegar a una empresa que no aporte, tiene que llenarme un poco desde la perspectiva de mis valores, porque quiero que no exista tanta basura en las calles, que a la gente se le reconozca por su trabajo y que a la gente le importe ser más sustentable. Una empresa para mí es una herramienta para comunicar, para generar empleo y crear un producto bueno.
– ¿Cuánto empleo genera Green Glass?
– Hoy día son 15 personas full time y 10 part time
– ¿Cómo fueron los inicios de Green Glass?
– Cuándo partimos éramos yo y un peruano ilegal, que era el David que hoy está legal, se va a comprar su propia casa este año quizás. Imagina lo que es Green Glass para mí y el David. Él cruzó la frontera de ilegal, yo era un joven de 18 años y él de 21 años, ahora tengo 27 años, donde el David corría al ver un Carabinero y yo lloraba todos los meses al ver como aumentaba mi deuda universitaria, porque la U me costaba $ 450 mil al mes y con suerte vendía $ 250 mil al mes, entonces nunca pensé que iba a poder salir adelante.
– ¿Cómo proyectas a Green Glass de aquí a cinco años más?
– Sueño con Green Glass operando en más países como Colombia y Brasil que son los más cercanos y donde ya tenemos contactos y creando no sólo vasos, sino que también incorporando nuevos materiales, no sé si como Green Glass u otra empresa, pero creo que será como Green Glass. Además, me gustaría tener mi propio centro de reciclaje en alguna comuna complicada de Santiago, porque hoy le compramos a 4 centros de reciclaje en La Cisterna y Lo Espejo.
– ¿Y en Concepción hay posibilidades?
– No sé. Nunca he pensado en expandirme como regionalmente. Lo que sí hemos evaluado en Concepción es una tienda en el Mall del Trébol. Otra novedad que quería compartir es que grabamos una serie para Netflix que se debería estrenar el próximo año donde dentro de 600 mil empresas escogieron nuestro emprendimiento.