Los profesionales del Sanatorio Alemán están comprometidos con una meta: a partir del miércoles, la Clínica vuelve a funcionar con 75% de su capacidad, y el 6 de julio estará completamente operativa. Es la operación “Rescate 2”.
La experiencia para hacer y rehacer empresas viene de familia. Su padre fundó Buses Hualpén hace 40 años, compañía que hoy emplea a 2 mil personas. Javier Álvarez, sin embargo, quiso hacer lo suyo y en alianza con su profesor en la UdeC fundó Pares&Álvarez en los años ‘90. Con 550 colaboradores y proyectos en todos los rubros, el emprendimiento se convirtió en la compañía de ingeniería más grande de Chile. Es accionista y director de varias empresas y ha acumulado experiencia en áreas como industria del petróleo, gas, energía, minería y forestal, dentro y fuera de Chile. A fines de 2013, Javier Álvarez salió al rescate del Sanatorio Alemán, al borde de la quiebra y con una deuda de 25 millones de dólares. El 21 de abril volvió al Sanatorio para su segundo rescate. Esa vez, para reconstruir la clínica.
– Usted se encontraba en Santiago el día de la explosión en el Sanatorio y hacía poco tiempo había dejado la presidencia del Directorio. ¿Con la tragedia, volvió a sus funciones?
– Fue una situación de emergencia, de catástrofe, y por lo mismo viajé a Concepción de manera inmediata y me puse a disposición del Directorio. De inmediato asumí el cargo de gerente de reconstrucción, que reporta directamente al Directorio. Tengo experiencia en organizar y liderar equipos, así que formamos un grupo de trabajo y la primera preocupación fueron las víctimas y los heridos. El enfoque estuvo justamente en eso, y no en preocuparse en quienes son los culpables, en emitir declaraciones, porque eso todo vendría a su tiempo. Recibimos la visita del ministro de Salud (Emilio Santelices Cuevas), quien estuvo conversando personalmente conmigo y me planteó las necesidades sanitarias que tiene una ciudad, sobre todo cuando estaba por llegar el invierno. El ministro me hace el encargo de que el Sanatorio esté listo cuando llegue el invierno, dado que es una pieza importante en la resolución clínica. Agradecemos mucho la preocupación y apoyo del Gobierno y nos comprometemos a hacer el máximo esfuerzo para colocar operativa la clínica lo más rápido posible.
– ¿Se puso alguna fecha para que la Clínica esté cien por ciento operativa?
– Nos pusimos una meta y le puedo decir que en la primera quincena de junio el Sanatorio estará con todos sus servicios operativos. Con capacidad restringida, pero con todos los servicios. También, le puedo decir que en la primera quincena de julio, la Clínica estará cien por ciento operativa, nueva, recuperada.
– Eso implica tanto las tareas de reconstrucción como de regularización y autorizaciones sanitarias. Es una meta ambiciosa…
– Sí, ese fue nuestro compromiso y la verdad es que yo confío en que lo lograremos antes del plazo. Luego de preocuparnos con las víctimas de la tragedia, organizamos un equipo de trabajo profesional que estaría dedicado de forma exclusiva a identificar las constructoras que irían a trabajar con nosotros. Hicimos un catastro de evaluación de daños y preparamos una Carta Gantt bajo el concepto de fast track, de modo a tener la Clínica operativa lo más rápido posible. Es un trabajo mancomunado, colaborativo y tenemos dos constructoras, una local que es la de Lagies, muy buena, muy responsable; y otra de Santiago, que es la Constructora EBCO. Con estas dos estamos abordando el cien por ciento de los trabajos. Y también de forma paralela trabajamos en los permisos para que esto pueda ser posible y cumplir todos los estándares de regulación que corresponda. El 15 de julio estaremos prestando nuestros servicios clínicos en su integridad, es decir, servicios quirúrgicos, pabellones, cuidados de pacientes críticos, urgencia, servicios de laboratorios y de imágenes.
– Los proyectos en carpeta, como la construcción de un estacionamiento subterráneo, ¿están postergados?
– Sin duda que algunos proyectos sufrieron un retraso, pero no por la tragedia del 21 de abril sino que más bien por la crisis de Masvida. Esa crisis generó un efecto financiero importante. Para financiar proyectos es necesario tener capital y estos capitales hoy están destinados a recuperar la Clínica. Hay que decir que la ley que regula las garantías de las isapres no ha funcionado como corresponde, porque es probable que estas garantías no sean suficientes para pagar a los proveedores. Nosotros vamos a tener pérdidas importantes por venta efectiva y de servicios efectivos que hemos prestado a Masvida. Esa pérdida ya está reconocida en los Estados Financieros de 2017 y, por lo tanto, retrasa nuestro plan de inversión. Pero, fíjate que afortunadamente hemos ido solucionando con eficacia el tema de los estacionamientos, que fueron ampliados sobre la base de demoliciones de propiedades que habíamos comprado. Hoy la Clínica tiene un buen balance entre su operación y los espacios para estacionar.
– ¿A cuánto asciende la deuda de Masvida con el Sanatorio?
– Acreditamos una deuda del orden de 2.500 millones de pesos. De ese monto, todavía no sabemos cuánto lograremos recuperar. Es un tema de la Superintendencia de Salud, que en su momento deberá utilizar la garantía para pagar a los prestadores.
– Usted tiene experiencia en los más variados rubros industriales, como petróleo, gas, energía, minería e industria forestal. ¿Cómo es el negocio de la Salud en Chile?
– Es un negocio complejo. Hoy día asociar el lucro con la Salud es lo mismo que asociar el lucro con la Educación. Por eso, nuestra visión para el Sanatorio Alemán fue de un proyecto para la ciudad, es decir, con rentabilidad social. Una compañía tiene que rentabilizar, de lo contrario no sobrevive, pero nosotros enfrentamos el desafío de rescate al Sanatorio porque es una institución de 120 años que no debería ir a la quiebra. Hemos logrado con creces este rescate financiero y lo más importante es que esto no termina con el próximo edificio, sino que siga creciendo, aportando a la ciudad en capacidad de resolución clínica y en calidad de los servicios. Queremos brindar una capacidad que evite a la gente ir a Santiago. Estamos orgullosos de eso, porque independiente de la tragedia de abril, el Sanatorio tiene una capacidad de resolución que es bastante alta. Es la clínica más grande fuera de Santiago, acreditada y con capacidad para brindar servicios de salud de alta complejidad. Somos la única clínica fuera de Santiago con capacidad para trasplante hepático, solo por dar un ejemplo.