Es primordial que incorporen un concepto de ahorro, de manera de poder manejar a tiempo gastos imprevistos.
Una vez finalizada la temporada de verano, y junto a ella las vacaciones, es recomendable organizar los gastos de los próximos meses del año para evitar desbarajustes financieros.
Una vez que se tengan planificados los gastos y se sepa en qué se está desembolsando la pensión mensual, se podrá evitar desbarajustes financieros e inconvenientes durante los próximos meses y alcanzar los objetivos determinados previamente, así como los plazos, costos y recursos necesarios para que esto sea posible.
El gerente de Rentas Vitalicias de la aseguradora Confuturo, Alonso Alegría, señaló que “el presupuesto mensual también es un ejercicio que permite saber cuánto dinero se recibe y se gasta en un mes. Además, planificar el ahorro, que si bien no es considerado un gasto de primera necesidad, si debería estar contemplado en esta organización para que responda a improvistos o urgencias. Así se tendrá la certeza de que existe dinero disponible para cubrir cualquier eventualidad”.
En primera instancia es necesario ordenar los gastos mensuales como vivienda, alimentación, servicios básicos, ahorro, seguros, etc. Para evitar desbarajuste, es ideal hacer esta práctica los primeros días de cada mes.
Para facilitar la realización del presupuesto, se debe determinar cuál es el ingreso total mensual, esto es, la pensión más cualquier otro tipo de renta que se perciba, como arriendos, entre otros.
Se recomienda no endeudarse en más de un tercio de los ingresos al mes, en cuanto a pago de cuotas. El monto total de las deudas no debe sumar más de ocho veces la pensión recibida.
Si durante este año se opta por un crédito, antes de acudir a uno de ellos es importante analizar qué monto se destinará, por cuánto tiempo e informarse sobre las condiciones.
El docente de Ingeniería en Administración de Duoc UC sede Concepción, Rodrigo Freire, acotó que la Administración Financiera, para el común de las personas en plena vida laboral, ya es un tema que debe ser asesorado, dado que el mercado ofrece un sin número de productos y servicios que permiten una mejora en la calidad de vida de estas, razón por la cual, el ser humano no logra tener un control sobre sus ingresos, denostando considerablemente su liquidez mensual, a costa de un endeudamiento excesivo a largo plazo, razón por la cual no puede hacer frente a los compromisos operacionales mensuales con holgura.
“Por otro lado, cuando la persona llega a la tercera edad, sus niveles de ingresos, bajan significativamente y su cultura de gestión financiera, a veces se mantiene sin cambios. Por esa razón, es indispensable proponerles un cambio en su manera de gestionar sus ingresos, de tal manera de mejorar su calidad de vida y su autoestima.
Por su parte, la directora de Programas Advance Facultad de Economía y Negocios de la USS, Karin Bravo, planteó que al igual que cualquier persona, lo básico y general es identificar los ingresos y gastos permanentes de aquellos que son temporales. “Por ejemplo, un ingreso permanente puede ser el monto líquido de la pensión, y un ingreso temporal pueden ser los “bonos” que se reciben en ciertos periodos (bono marzo, bono invierno, aguinaldo de Fiestas Patrias, entre otros) Lo mismo con los gastos… un gasto permanente es el pago de servicios básicos, mientras que un gasto temporal es el mayor desembolso en calefacción en temporada de invierno. Lo ideal es que los gastos permanentes se cubran con ingresos permanentes”.