Sostenibilidad empresarial: Ética, responsabilidad y transparencia potencian el desarrollo de las organizaciones

27 de Febrero 2018 | Publicado por: Diario Concepción
Fotografía: Cedida

Por: Luis Felipe Slier Muñoz
Director de Ingeniería Comercial
Universidad San Sebastián

Los permanentes cambios tecnológicos, sociales y conductuales imponen el desafío a las empresas de integrar a su gestión y generación de valor el concepto de sostenibilidad empresarial.  La combinación exitosa de efectividad y eficiencia hace que una empresa sea sostenible a largo plazo desde el punto de vista económico.

Los conceptos de sostenibilidad, ética, responsabilidad social y valor compartido se han transformado desde ya hace algunos años en valores preciados que se deben integrar en la cultura organizacional, promovida desde los responsables del gobierno corporativo a cada área de la empresa.

Estos valores se deben reflejar en la organización desde el diseño del producto o servicio, desarrollo y evaluación de proyectos y en el relacionamiento con sus grupos de interés, lo que le permitirá a la empresa  proyectarse y generar valor de largo plazo.  Ello implica que los planes estratégicos y la gestión de riesgos de las organizaciones deben incorporar y visibilizar las  externalidades positivas y negativas de la operación de su negocio en sus dimensiones ambiental, social y económica, así como las acciones que pueden ser desarrolladas por las empresas para mejorar su desempeño en estas materias.  Estos desafíos requieren de líderes organizacionales que comprendan e integren el desarrollo sostenible como enfoque de gestión y de  generación de valor para su organización y los grupos de interés (stakeholders).

Minimizar impactos

Así, la sostenibilidad empresarial es una forma de compromiso con el desarrollo sostenible, reconoce la importancia del desarrollo y crecimiento económico de la compañía de una manera socialmente responsable con sus comunidades y minimizando sus impactos en el medioambiente.  El desarrollo sostenible considera el uso equitativo y responsable de los recursos, busca compatibilizar el desarrollo económico, social y ambiental de una comunidad a largo plazo, compatible con el desarrollo de la empresa.

De este modo, la sostenibilidad empresarial permite el desarrollo de la organización y le permite integrar herramientas, estrategias de gestión y de responsabilidad empresarial como elementos claves para asegurar la continuidad de su organización.  Examina los impactos de la operación, funcionamiento y proyectos de crecimiento de la organización a sus grupos de interés, desde diversas perspectivas como son el medio ambiental, social y los aspectos financieros.

Hoy más que nunca las diversas organizaciones y principalmente las empresas como agentes del crecimiento económico, además de orientar sus objetivos a la creación de valor, riqueza y empleo, deben integrar una operación socialmente responsable con las comunidades en las cuales se insertan.  Esto debe fundamentarse en prácticas empresariales creíbles, éticas y transparentes para sustentar el negocio en mercados cada vez más exigentes, donde los grupos de interés demandan información de sostenibilidad de las empresas lo que además trae diversos beneficios para la propia organización.

Beneficios

Dentro de los beneficios para la organización se identifican: definición de visión y estrategias de desarrollo sostenible y de largo plazo, potenciamiento de sistemas de gestión, atracción y retención de clientes o usuarios y mantención y mejoramiento de la motivación, compromiso y productividad de trabajadores y proveedores. Asimismo, se potencia la reputación de la empresa y la confianza de sus grupos de interés.  A la vez que se atrae financiamiento, capital para su crecimiento y desarrollo, y se logran ventajas competitivas y posición de liderazgo.

Actualmente muchas empresas están implementado  programas y proyectos de apoyo a la comunidad,  no obstante es relevante  que estas acciones respondan a los reales intereses y expectativas de los diversos grupos de interés de la empresa (clientes, trabajadores, comunidad,  proveedores, entre otros), generando una verdadera conexión con la estrategia de la empresa.

La sostenibilidad se instaló inicialmente como acciones de responsabilidad social empresarial, que se orientaron a diversos tipos de acciones como transferencias a las comunidades aledañas,  que no necesariamente responden a los aspectos estratégicos de la empresa.  Lo anterior  ha ido evolucionando, estas acciones se han ido complementando y redirigiendo a acciones de creación de valor conjunto para la compañía y la comunidad e integrando acciones de innovación.   Con ello, han variado las habilidades empresariales y de gestión requiriendo mayor especialización en estas materias con una visión más amplia del negocio.

Lo que están aprendiendo las propias empresas es que la sostenibilidad requiere reforzar valores como la ética, la responsabilidad, el respeto y la transparencia en la organización de forma transversal.  Ello permitirá desarrollar una operación y desempeño económico, social y ambiental consistente, y dar credibilidad al compromiso de sostenibilidad de la empresa generando mayores niveles de confianza en sus clientes, proveedores, trabajadores,  inversionistas, entre otros grupos de interés.