Explicó que “se tiró mucha carne a la parrilla”, ya que hay un gasto y una deuda fiscal tremenda y que hoy nadie defiende a los que “realmente financian la fiesta”.
Christian Blanche es reconocido por ser abogado especialista en planificación tributaria corporativa y también familiar. Es socio Fundador de Tax Advisors, entidad asentada en Santiago, donde se desempeña como director del Departamento de Planificación Corporativa. Su currículum es extenso: miembro de la Comisión Tributaria del Colegio de Abogados de Chile y de su símil Legislación y Justicia de la Cámara Chilena de la Construcción. También fue parte de la Asociación Española de Asesores Fiscales, entre otros. Hace unas semanas visitó el Gran Concepción, invitado por Desarrolla Bío Bío, donde dio una charla a empresarios de la zona, entregando recomendaciones para una internacionalización exitosa.
Explicó a Diario Concepción que hay algo que le inquieta por estos días: los efectos de la Reforma Tributaria, calificándola como un “terremoto” doble. Por otra parte, está preocupado por la falta de un organismo que vele por los derechos de los contribuyentes, algo de lo cual el sistema está al debe, aseguró.
– ¿Y qué está pasando?
-En materia de impuestos tuvimos un terremoto. Empieza todo este combate a la elusión y guerra santa contra los paraísos fiscales y a favor de la transparencia y que los acogió la Reforma Tributaria de la Presidenta Michelle Bachelet y, por otro lado, cambios internos en la estructura tributaria que era enfocada en el lado de la inversión y ahora solo en la recaudación. Tuvimos dos terremotos y las réplicas continúan.
– ¿Y qué se debería hacer?
-Hay que perfeccionar el sistema. Se tiró mucha carne a la parrilla. Se hizo con buena intención, pero hay esto. Mira, sea el Gobierno que sea, en definitiva se va encontrar con un déficit fiscal tremendo. Una deuda que ha ido galopando en una necesidad de gasto fiscal desde el punto de vista de lo social, de derechos adquiridos por ciertos grupos de poder y que si no son en alguna medida satisfechos, van a empezar las huelgas y esto no sólo para los privados, también para los públicos. Se ha parado el SII, las Aduanas, el Instituto Médico Legal, el Registro Civil.
– Comprendo.
-Se ha creado una alta expectativa y mucho gasto. Hay que ordenar la casa rápidamente. Mira, legalmente las privadas tienen huelgas, pero hemos visto que en todas las instituciones, incluyendo a las públicas, han ido pidiendo mayores beneficios. Los mismos transportistas que bloquearon la carretera, imagínate. Las medidas de fuerza a veces son más efectivas que los estudios y las planificaciones y eso es una tónica. Se establecen estas necesidades y no tenemos capacidad para actuar. Los gobiernos ven las cosas de forma miope y de corto plazo. Hay que justificar políticas de Estado de largo plazo. Por eso necesitamos un “Defensor Nacional del Contribuyente”, que de alguna manera arbitre lo que son las facultades del Servicio de Impuestos Internos, que sea un defensor de las Pymes. Si no tiene plata para un contador, que el Estado lo otorgue y que apoye a la Dirección de Presupuesto en la aprobación y la ejecución en los distintos ministerios, porque no sacamos nada de generar ingresos si después nadie fiscaliza los gastos.
– ¿Y la Contraloría General de la República?
-Hace fiscalizaciones post, es decir, después. Tú necesitas a alguien al alero. Es un absurdo que hoy día el contribuyente no tenga nadie que lo defienda. Se defiende al consumidor, a los niños, al trabajador, a todos y al que financia toda esta fiesta, nadie lo defiende. Eso es estándar Ocde. Todo lo que es fiscalización en elusión tributaria, control tecnológico, estamos al día. No obstante, en el otro lado del embudo, no lo estamos. Y no está en ninguna campaña. Al final no le importa a nadie, solo a las personas. Esto es David contra Goliat.