Detrás se esconde el desafío de mejorar la trazabilidad de la inversión no sólo en construcción, sino que en todas las áreas. De acuerdo a Desarrolla Bío Bío las caídas son por malas postulaciones.
La trazabilidad de la inversión es un concepto que está entrando de apoco en el subconsciente del sector público y del empresariado. Las críticas de que hay un estancamiento se dirigen en ocasiones al Servicio de Evaluación Ambiental, SEA. De hecho, el dilema se trasladó hasta la arena política hace un tiempo, tildando desde un sector que hay trabas y que se deben simplificar los procesos. No obstante, hay otro análisis, de que la falla está muchas veces en quienes postulan, desconociendo incluso pasos básicos.
Números duros y que sirven de ejemplo para todos los sectores: en 20 años 233 proyectos inmobiliarios fueron ingresados al SEA. De ellos sólo 133 (57%) fueron aprobados. Otros 52 (22%) no quedaron admitidos en la tramitación, 29 (12%) desistieron, cinco fueron rechazados (2%) , dos no calificaron ( 1%) y todo quedaron en la etapa de calificación (5%).
Fue en marzo de 2016 cuando se lanzan las 22 medidas de productividad a nivel nacional. La Región hizo lo mismo al mes después a través de la Seremi de Hacienda y otros servicios, pero con la realidad local. Una de las propuestas era mejorar la trazabilidad, que apunta a reducir los tan criticados tiempos.
Hay que recordar que una Declaración de Impacto Ambiental toma 60 a 90 días. Mientras que el Estudio tiene un plazo de aprobación de 120 días ampliables a 180 días. Por ende, caer en errores, pesan a la hora de invertir.
Es en el contexto del denominado “Desarrollatorio” que el director regional del SEA, Christian Cifuentes Bastías reveló los números.
¿Qué está pasando?
La Corporación Desarrolla Bío Bío indagó entonces qué estaba ocurriendo. Una de las conclusiones es que la no continuación en el proceso de calificación se deben a errores de no cumplimiento en los requisitos que se solicitan.
“Detectamos que los inversionistas tampoco sabían presentar o generar proyectos”, explicó la gerenta general de Desarrolla Bío Bío, Roberta Lama Bedwell.
Añadió otros elementos relevantes que se deben entender para que un proceso sea exitoso. “Mucho de lo que vimos era que había un problema de articulación y no de temas legales. Nosotros podríamos tener un valor agregado, en que los inversionistas tengan claro el procedimiento, de cuánto se demora y que es sumamente necesario la articulación”, acotó Lama.
El listado sigue y es largo, puesto que son 45 observaciones muy clarificadoras qué influyen para que las propuestas se concreten desde la mirada del sector público: la baja calidad de los proyectos, falta de conocimiento de los usos de guías; bajo esfuerzo y perfeccionamiento de los consultores que asesoran; falta de trabajo con la comunidad, la carencia de compromiso por parte de los titulares de las empresas y de “priorizaciones débiles”.
Eso sí, no se desconoce que hay debilidades en el sistema. Por ejemplo los privados detectaron que hay informaciones sin fundamento de algunos funcionarios, escasez de material, carencia de uniformidad en las entidades, incertidumbre en los tiempos de aprobación, poca competencia en los funcionarios municipales, falta de registro de consultores validados, entre otros.
¿La solución? Para la cabeza de Desarrolla Bío Bío, Roberta Lama, la misión es clara: “estamos generando capacitaciones para que los inversionistas aprendan a cómo hacerlo”. Y esto no como mera palabra, sino que “la idea es que haya una real retroalimentación entre las entidades y las empresas”.