El experto en macroeconomía desglosa el momento económico que recibirá al próximo gobierno, y ratifica un escenario “estimulante” de cara al 2018.
Se dice y se escucha que el próximo gobierno tendrá condiciones económicas favorables, tanto en lo interno como externo. Por eso, Diario Concepción consultó al experto en macroeconomía de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas (Facea) de la UdeC, Víctor Hernández, sobre cuál será el escenario económico que deberá abordar la administración de Sebastián Piñera.
– ¿Con qué se encontrará la próxima administración?
– Los dos últimos años del gobierno de Bachelet sucedieron hechos que produjeron ruido entre los agentes económicos, no tanto porque estuvieran en contra, sino el problema pasa por la implementación de las reformas, lo que fue generando confusión, la que dio paso a una incerteza.
El nuevo gobierno parte con un escenario que le va a favorecer, desde el punto de vista del respaldo popular que apoya algunos cambios a las reformas.
Esto hace presumir que si se logra concensuar con el parlamento estos cambios, obviamente, será muy positivo para la futura administración.
– ¿Y las variables externas?
– Al escenario externo se le cargaba gran parte de los problemas internos, pero con el devenir del tiempo quedó de manifiesto que toda la incerteza e inestabilidad que comienza a experimentar la economía chilena, no respondía solamente a problemas externos, sino que estaba focalizada en un problema de expectativas mayoritariamente. Esto porque la economía internacional comienza a experimentar un cambio hace dos años, siendo lo más significativo que Estados Unidos lograra consolidar una mejora en su situación económica. Y Asia ha logrado estabilizarse. Así también, países de la región como Brasil y Argentina, han logrado revertir la situación económica, más allá del tema político.
Entonces, al mirar hacia afuera, todo indicaba que la situación económica venía de vuelta, quedando atrás la gran crisis de 2008 y 2009, pero en Chile los indicadores económicos comienzan a distanciarse de ese crecimiento que otros países comienzan a experimentar. El FMI estimó para el 2017 un crecimiento de 3,5%-3,6%, pero resulta que no llegamos ni a la mitad, lo que indica que el resto del mundo viene de regreso y ha podido cimentar los principales fundamentos económicos.
– Un claro desafío para el Presidente electo…
– Sí, deberá alinear nuestra economía con la tendencia mundial. El propio FMI prevé un crecimiento de 3,6%-3,8%. Esto se puede transformar en un buen estímulo para que, asociado al cambio de Gobierno, se pueda capitalizar estos elementos que se están presentando a nivel mundial. Por lo tanto, creo que Chile perfectamente puede llegar a una tasa de crecimiento de 4%, lo que sería levemente arriba de la tendencia mundial.
Esto porque hemos dado muestras de estabilidad democrática, política e institucional, atributos que son suficientemente fuertes. Acá también será muy importante el cómo conducirá las políticas públicas el nuevo gobierno, lo que pasará con la inversión pública, que son los elementos que el sector privado puede usar como factor de despegue. También será necesario que el sector privado retome aquellas iniciativas que le son propias.
– También está el factor cobre.
– Creo que se mantendrá este buen momento con techo de US$3,5 la libra, esto, porque China ha logrado consolidar su nivel de crecimiento (6,5%-6,8% anual).
Y lo otro importante para los inversionistas, incluido las pymes, es el hecho de que hoy existe una combinación estimulante: una tasa de crecimiento bajísima, que permite tener buen acceso al sistema financiero, una tendencia del dólar que se mantendrá en parámetros actuales, con márgenes aceptados. Es más, si se logra mantener la inflación o, incluso, valores bajo la meta inflacionaria, esto le daría cierta holgura al Banco Central para que pueda bajar la tasa de interés. No lo estoy propiciando, pero está dentro de las posibilidades.