Luis Lizama, asegura que tras la aplicación de la Reforma Laboral, los Acuerdos de Servicios Mínimos estarían obligando a incrementar costos que en el futuro se buscarán contrarrestar.
Luis Lizama es abogado asesor de Sofofa en el Comité Laboral y tras la aplicación de la Reforma llevada a cabo en el sector, ha trabajado con al menos 20 empresas. Asegura que la disminución de las huelgas en al menos un 60% que argumenta al Gobierno, obedece a un fenómeno.
¿Cuál? Que se estarían incrementando los costos en el proceso denominado Servicios Mínimos para garantizar el funcionamiento en caso de conflicto. Es decir, que habría una tendencia al alza de los salarios para evitar paralizaciones.
“Han tratado de evitar enfrentarse a una huelga que puede ser muy dañina y han estado dispuesto a pagar más dinero”, asevera Lizama, quien fue parte del XI EGP de Irade hace unas semanas.
– Se dice que con la Reforma Laboral han bajado las huelgas.
– La información que se entregado por el Ministerio del Trabajo es que ha habido una baja del 60%. Esto se ve como que estaría desmintiendo que habría mayor conflictividad laboral por la Reforma. Esa es una lectura. Tengo otra: lo que han hecho los empleadores frente a una amenaza se han esmerado por llegar a acuerdos, pero con arreglos colectivos más caros de lo que han presupuestado. He asesorado a 20 empresas y lo he visto.
– ¿Cuánto más caro?
– No te podría dar una cifra exacta respecto del tema, pero es evidente, por decirlo de una forma más significativa. El presupuesto que estaba previsto para esto, no ha sido suficiente y se ha tenido que ir a pedir más dinero a los directorios. Lo que estaba previsto y que era un conjunto de recursos económicos de lo que había sido la experiencia anterior, no se dio.
– ¿Esto lo has visto en todas tus asesorías?
– Claro, han tratado de zafar. La gran huelga de la reforma no ha sucedido, pero cuando ocurra se verán los efectos. Esto es noticia en desarrollo. Cuando uno negocia con derecho a reemplazo se moderan las expectativas de los trabajadores, pero cuando no tengo derecho, para el empleador puede ser algo de riesgo muy alto. Los acuerdos han sido más alto.
– ¿Algún porcentaje específico?
– Es muy difícil darlo. Es bien variado, es un estándar. Mi experiencia ha sido que se han puesto ciertos dineros y que no han sido lo que se esperaba. Ha habido una alza, un incremento laboral en la negociación colectiva.
– Uno los motivos de esta reforma es que se genere una igualdad de ingresos entre el empleado y el empleador.
– Mira, me parece que el propósito de la reforma era aumentar los sueldos. Y en mi experiencia ha sido así. Han incrementado los costos laborales. Los empleadores han tenido que hacer, por lo menos para alcanzar acuerdo, un esfuerzo adicional económico.
– ¿Crees que sigan incrementándose?
– Los sueldos han crecido desde el 2009 en adelante sobre el IPC, sobre e l3,5%. El problema de estos aumentos es que asociados a productividad, no son sostenibles en el tiempo. Es decir, podrían obligar a un empleador a despedir parte de sus trabajadores y automatizar sus operaciones. Creo que la discusión entre sindicato y empleador se debería encaminar por la productividad. Mejorar las jornadas laborales, por ejemplo.
– Claro, trabajar menos días.
– Sí, ahora se puede dar el 4×3, excepcionales antes de la reforma y propias de faenas, apartadas de centros urbanos. En zonas rurales. Si uno piensa, en el debate futuro, deberíamos ver cómo será más eficiente la jornada. Esta Reforma abre paso, pero levemente.
– ¿Consideras favorable la Reforma?
– Tiene un problema con la huelga. Tengo a la impresión de que no fue una buena idea haber eliminado el reemplazado. Modera las expectativas. Estamos llevando a un nivel de huelga difícil de administrar.
– Están los Servicios Mínimos.
– Claro, pero ahí está el problema. Si no tengo acuerdo con el sindicato y pido la calificación. La experiencia está en que ha habido mezquindad en otorgarla. Puede haber huelgas complicadas en sectores como el del Metro, en que puede quedar paralizada la ciudad. La regulación no pensó en los casos de la vida cotidiana. La apuesta es que gente es madura, civilizada, sensata en llegar acuerdos, pero esa gente no es civilizada ni madura ni sensata. Llega el conflicto y se desata. El tema me preocupa. En estos meses que han disminuido tiene que ver con que han anticipado el conflicto y han tratado de evitar enfrentarse a una que puede ser muy dañina y es por ello que han estado dispuesto a pagar más dinero.