¿Cómo y cuándo invertir en el mercado financiero? Primero, es importante definir el perfil del inversionista.
¿Para qué se quieren los ahorros? Si se necesitan para comprar en unos meses o años un inmueble o un automóvil, entonces es mejor invertir en instrumentos de bajo riesgo, como depósitos a plazo.
Por el contrario, si los ahorros son “capital de riesgo” (plata que uno estaría dispuesto a perder sin mayores ajustes en el presupuesto personal), entonces podría ser interesante invertirlos en instrumentos de renta variable, como acciones, derivados, o algunos instrumentos más complejos, explica el académico de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, Javier Irarrázaval Lazcano.
Añade que, en general, se debe considerar que hay una relación positiva entre rentabilidad y variabilidad. Una acción, que normalmente es considerada “renta variable”, tiene ese apelativo justamente porque su valor es altamente volátil, pero podría tener una rentabilidad muy atractiva, apunta.
En cambio, un bono del Tesoro de Estados Unidos, puede tener una rentabilidad más baja, pero una seguridad más fuerte. En el extremo, un depósito a plazo en el banco es de una seguridad absoluta, pero con una rentabilidad muy poco atractiva.
“Dadas las bajas tasas de interés mundiales (1,25% en EE.UU., 2,5% en Chile), invertir en renta fija es actualmente una opción muy poco atractiva. Depósitos a plazo están rentando alrededor de un 3%, rentabilidad nominal que en términos reales (con una inflación de 3%) bordea el 0%. Los bonos del Banco Central, tanto en UF como en pesos, tienen una rentabilidad real alrededor del 1%”.
Ante eso, puntualizó, la renta variable se hace más atractiva. “Una alternativa es invertir en fondos mutuos de renta variable. Para eso, es importante revisar las recomendaciones de diversas instituciones. Invertir a través de FOL podría ser interesante, ya que su servicio es gratuito, y permite replicar carteras de los inversionistas más rentables”.
Otra alternativa de renta variable es invertir en acciones nacionales o internacionales, que implican un mayor riesgo, por lo que es importante diversificarlo entre acciones de empresas no tan relacionadas entre sí (de distintos países, distintos rubros, etc).
Por último, dijo Irarrázaval otra opción de renta variable son activos financieros más complejos, como un Exchange Trade Fund (ETF), que replica índices bursátiles como el Dow Jones o el Ipsa; o los derivados financieros, como los contratos por diferencia (CFD, por sus siglas en inglés). En cualquier caso, sería importante profundizar los conocimientos antes de proceder a estos instrumentos más complejos, puesto que si bien la rentabilidad puede ser atractiva debido al apalancamiento, así también el riesgo es bastante mayor.
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En una fecha próxima, la SVS pasará a convertirse en la Comisión para el Mercado Financiero en el marco de la Ley N°21.000.