No hay duda:las telecomunicaciones han permitido facilitar la forma en que nos comunicamos, nos educamos y llevamos a cabo nuestras actividades productivas. Un teléfono inteligente ofrece tantas funcionalidades que se convirtió en una herramienta imprescindible. Se usa como cámara fotográfica, despertador, para escuchar música, para revisar los correos, entre muchas otras aplicaciones, y hasta para hablar.
Todos sabemos que además la conectividad es esencial para el desarrollo social, económico y cultural del país. Y en ese aspecto, Chile no está mal: es el país mejor conectado de Sudamérica y en el continente sólo pierde para Estados Unidos y Canadá.
De hecho, las políticas públicas se han orientado en capilarizar la conectividad (voz y datos) al mayor número posible de chilenos. Hace 4 años, el país tenía a 64 personas conectadas por cada 100. Hoy, son 91 conectados por cada 100 personas, un logro necesario de “inclusión digital”, explica el subsecretario de Telecomunicaciones, Rodrigo Ramírez. La autoridad aclara que está demostrado, con abundante evidencia, el impacto positivo de las telecomunicaciones en el desarrollo de las economías, con efectos sobre el crecimiento del PIB, la productividad, los empleos, los servicios públicos y privados, la modernización del Estado y la calidad de vida. Pero se requiere, sin embargo, de importantes inversiones y de una política pública activa, explica Ramírez.
En Bío Bío, el Estado ha hecho su parte, dice la autoridad. Por ejemplo, con el programa Todo Chile Comunicado se ha invertido más de 1.814 millones de pesos en beneficio de 256 localidades, otros 4 mil millones de pesos en conectividad para la educación “y que ha permitido a 1.069 establecimientos educacionales tener acceso a Internet de manera gratuita”. En la entrega de puntos con Wi Fi gratuito también se realizaron grandes inversiones en 28 localidades de Bío Bío, todo a través de políticas públicas orientadas a disminuir la desigualdad digital, dice la autoridad.
Es precisamente con ese propósito que se ha fomentado el despliegue de infraestructura móvil a zonas no rentables para los privados, como por ejemplo, lo que ha hecho la Subtel con el concurso público de las contraprestaciones para el uso de la banda 700 MHz.
“Nuestro compromiso sigue firme en dotar a todos del acceso a telecomunicaciones a un precio accesible y de calidad. Sin embargo, sabemos que no basta con esto. Pero sabemos que el desarrollo del país, y especialmente de los territorios, no es posible si un adecuado despliegue de infraestructura”, comentó el subsecretario.
Una muestra de esa visión es la inversión en la Caleta Chome para instalación de la infraestructura necesaria para entregar conectividad de telefonía e Internet para esa comunidad.
Según explica Ramírez, “Uno pierde la perspectiva cuando piensa en zona aisladas o de difícil acceso y piensa en Aysén, zona de Magallanes. Pero no, está aquí a 10 km de la capital regional y no tenían conectividad ni para voz ni para dato. Eso aquí al lado de Concepción, que junto con Santiago debe tener una de las mejores infraestructuras de conexión digital”.
La autoridad hizo además un llamado “a politizar la discusión sobre el desarrollo digital, que esté presente en la agenda pública como un tema prioritario país”. La necesidad de infraestructura, en el escenario de la industria 4.0, va en la perspectiva de democratizar el acceso a los servicios de conectividad y para ello, asegura, se requiere el compromiso de todos los actores, públicos y privados.