El director de Estudio de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), Darío Morales, planteó en el pasado primer Clúster de Energía de la Región del Bío Bío, que la pregunta no es si Chile tendrá una matriz eléctrica 100% renovable, sino cuándo: 2030, 2050, y eso dependerá de la voluntad política.
Consultado sobre la viabilidad de una matriz eléctrica 100% renovable, Morales explicó que está la costumbre de hacer las cosas a la antigua, lo que implica que se hable de variabilidad, pero en una matriz moderna, no tiene mucho sentido, porque cuando aun se tiene una baja participación en renovables en pos de otras fuentes como térmicas operando, éstas deberán encenderse y apagar. Pero cuando todos los componentes sean renovables, no habrá ese problema, porque esas plantas térmicas estarán apagadas. La pregunta es cómo avanzamos en esa transición y evitar los costos adicionales que implica la poca flexibilidad que hoy tiene el parque térmico en Chile.
– ¿Básicamente, eólica y solar, o también geotérmica, mareo o undimotriz en la matriz?
– La geotermia es una tecnología muy probada y que está presente en el mundo hace mucho tiempo. Lo que existe hoy son barreras financieras, ya que las prospecciones son muy caras a lo que se suma el riesgo financiero, pero creo que este tipo de fuente puede cumplir un rol muy relevante en apoyar la matriz de energía eléctrica, pero para eso se deben tomar decisiones de política pública importantes. Lo mismo ocurre con la energía de los mares, ya que Chile tiene 4.500 kilómetros de costa que puede aprovechar. Hoy el sector público está empeñado en apoyar investigación es esta área. Hay un centro internacional instalado en el país y la perspectiva es que dentro de los 10 a 15 años, ya existan prototipos comercializables que estén produciendo energía para la red eléctrica. También, en un horizonte de 5 años, habrían prototipos que generen para sistemas aislados.
– ¿Es Chile un país privilegiado para explotar las energías renovables?
– Absolutamente, tenemos un tremendo potencial eólico, pero el problema es que al ser un país pequeño, todas las plantas eólicas producen casi al mismo tiempo. Ahora bien, nuestra longitud nos permite diversificar la producción eólica, ocupando vientos que sí son distintos, lo que suma efectos positivos. Lo mismo ocurre con la energía solar. No tiene mucho sentido que al tener gran cantidad de recursos disponibles, sigamos dependiendo de energía importada, con toda la inseguridad que eso conlleva, por eso es una mirada estratégica contar con generación renovable y propia.
– Tenemos un talón de Aquiles llamado transmisión…
– Sí, los últimos 4 a 5 años la transmisión ha sido un gran cuello de botella. No sacamos nada con tener energía en todas partes de Chile, si no la podemos mover. Creo que se han hecho esfuerzos importantes para mejorar la red: la planificación de la transmisión pensando en la holgura en el mediano y largo plazo.
– ¿Y el almacenamiento de energía?
– La transmisión permite mover la energía desde un punto geográfico, pero el almacenamiento eléctrico permite mover la energía desde una perspectiva temporal y, por lo tanto, el sistema de transmisión debe incorporar nuevas tecnologías, como lo son las de almacenamiento, de manera tal que aproveche de manera eficiente las potencialidades de la energía renovable.
-¿Qué rol juega la interconexión entre países?
-La construcción de las torres es lo más fácil, lo difícil es producir un mercado de energía que sea integrado, que responda adecuadamente y que de señales claras a los inversionistas.
– Se critica la variabilidad de las fuentes renovables
– Los mismos que antes decían que eran tecnologías caras, ahora apuntan a la variabilidad. Lo cierto es que todas las cosas varían, las centrales térmicas varían en su operación y tienen fallas por mantenimiento, mientras que las renovables son muy predecibles, y se puede calcular con precisión cuánta energía voy a producir a partir del sol, por ejemplo. Lo mismo sucede con el viento, que si bien tiene variabilidad en intervalos de tiempo más cortos, hoy se puede predecir con un 95% de exactitud, por eso es factible que las Ernc podrán superar con barreras más culturales e ideológicas, que tecnológicas o económicas.