Economía y Negocios

Monedas de $1 y $5 dicen adiós debido a su desvalorización

Por: Javier Ochoa 05 de Octubre 2017
Fotografía: Sara Montti.

La decisión se basa en que en la práctica no poseen poder adquisitivo y el costo de fabricarlas supera por mucho su propio valor. El Banco Central estima que el efecto inflacionario de esta medida será prácticamente imperceptible.

El 1 de noviembre de este año entra en vigencia el cese de emisión de las monedas de $1 y $5 y la obligación de aplicar la regla de redondeo en el pago en efectivo en una cuenta final que termine entre $1 y $9.

Lo anterior responde a que esas monedas se han desvalorizado a tal punto, que en la práctica no poseen poder adquisitivo, y en la actualidad al instituto emisor le sale más caro fabricarlas que sus respectivos valores nominales (una moneda de $1 cuesta alrededor de $6 y una de $5, alrededor de $17).

Para facilitar el proceso mediante el cual se aplicará esta Ley, el Banco Central inició una campaña publicitaria, que busca informar a todos los habitantes del país sobre la forma en que operará el redondeo.

“La normativa que establece el cese de emisión de las dos monedas de menor denominación es parte de la Ley de Productividad y se justifica por el escaso uso y valoración de dichas denominaciones por parte del público, a lo que se suma el alto costo de producción que tienen”, explicó el presidente del Banco Central, Mario Marcel.

Para facilitar las transacciones, a partir del 1 de noviembre los comercios e instituciones deberán aplicar la regla de redondeo para todos los pagos en efectivo. No se utilizará en pagos con tarjetas, cheques, transferencias u otros medios electrónicos.

La regla consiste en que las cuentas finales terminadas de $5 hacia abajo, serán redondeadas hacia la decena anterior, mientras que las cuentas finales iguales o superiores a $6 deberán ser redondeadas hacia la decena de arriba (ver infografía).

Por ejemplo, si el precio final a pagar en efectivo termina en $1, $2, $3, $4, ó $5, el pago se ajustará a la decena inferior; en tanto, si el saldo final asociado a un pago en efectivo termina en $6, $7, $8 ó $9, deberá aumentarse a la decena superior, es decir, a $10.

No obstante el cese de emisión, las monedas de $1 y $5 no perderán nunca su valor y el retiro de las que se encuentren en circulación se hará en un proceso paulatino que podría durar varios años, explicó Marcel.

El gerente general del Banco Central, Alejandro Zurbuchen, hizo un llamado a las empresas e instituciones que trabajan con efectivo a colaborar con una fluida implementación de la regla de redondeo, para facilitar las transacciones en los puntos de venta.

Cabe explicar que el redondeo no tiene efecto tributario y, por lo mismo, si bien se aplica al pago que debe hacer el usuario, el valor de la boleta o factura reflejará el precio de la transacción sin redondear.

La campaña publicitaria que comenzó ayer en televisión, radios, medios digitales y redes sociales, es desarrollada bajo el concepto “Ahora la moneda de $10 es la más chica”.

El por qué

El economista de la Universidad de Concepción, Víctor Hernández, explicó que este es un proceso de desvalorización generado, particularmente, por la inflación, y conforme va creciendo ésta, el dinero va perdiendo valor.

“Cien pesos del año pasado, nominalmente, son igual que cien pesos de hoy. Pero desde el punto de vista adquisitivo que tenía esa moneda en 2016, ya es diferente a la de 2017. Mientras más inflación se vaya acumulando a través del tiempo, habrán monedas que perderán su poder adquisitivo, hasta llegar a niveles marginales. La pregunta es qué se compra hoy con un peso o con cinco. Nada, pero al mismo tiempo genera un gasto al Banco Central al tener que seguir fabricándolas, pero a un costo mayor que la propia moneda, lo que no se hace viable ni práctico”.

Consultado si este fenómeno esconde algún problema más profundo de la economía interna, Hernández lo desestimó, sosteniendo que esto responde a un comportamiento lógico y que puede ocurrir en cualquier país.

 Afectados

Ante esto, cabe preguntarse qué sucederá con las “chauchas” que van a beneficencia. La directora regional del Hogar de Cristo, Cecilia  Ponce, reconoció que no han analizado aun el impacto, pero aseguró que sin duda les impactará, ya que en la zona recaudan unos $27 millones anuales por este concepto. “Vamos a tener que, como solemos hacerlo, desarrollar nuestra creatividad, tal vez apuntar a la moneda de $500”, adelantó.

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