El experto en economía colaborativa se presentó en ColaboraFest, donde aseguró que las plataformas digitales son el futuro de las organizaciones, citando a Uber como ejemplo.
El ingeniero multimedia español, Albert Cañigueral, dentro de los adeptos a la Economía Colaborativa es toda una celebridad. Pese a que él lo niega risueñamente, prefiere llamarse experto. Y cómo no: escribió el exitoso libro “Vivir mejor con menos”, creador del reconocido portal Consumo Colaborativo y es quien está detrás del movimiento mundial OuiShare. Hace unos días estuvo en la ciudad en el marco del “ColaboraFest”.
– Eres bastante conocido en el ambiente, ¿cuál es tu propuesta dentro del movimiento?
– No es que venda o tenga una propuesta mía, propia. Me considero un observador privilegiado y un divulgador sobre esto, de lo que la tecnología nos permite repensar en términos de consumo y producción. Empecé a hablar de esto hace cinco a seis años tras leer un libro de Rachel Rachel Botsman, que se llama “Lo que es mío es tuyo”. Hablaba de este movimiento incipiente que estaba en ese momento: compartir coches, dormir en casa de otra gente, financiación colectiva, compra venta de segunda mano en portales tipo Yapo, los prestamos colectivos, ese tipo de cosas. Me pareció interesante porque mi formación de ingeniero me hacía ver mucha eficiencia económica en el sistema, no sólo de recursos. Por ejemplo, sobre el consumo colaborativo que me pareció interesante. Tenía otro trabajo en ese momento y terminé profesionalizando la actividad de divulgación y consultoría.
– Finalmente, te convertiste en una suerte de celebridad.
– No, no, no me considero así, jajajaja, sólo soy un observador privilegiado. Dedico mucho tiempo a esto, más que otra gente y puede que aprenda un poco más. Las cosas van muy rápido. Experto hoy, menos celebridad.
– Esto emerge cuando España atraviesa esta crisis económica. De hecho, muchos españoles se vinieron a Chile por aquellos años.
– Alrededor de 2008 al 2012 confluyeron los siguientes factores: uno era cultural. Internet se había normalizado. Por lo tanto, hacer transacciones digitales era normal y chatear con gente también. Comprar cosas con eBay era ya normal. Era un pozo cultural que crecía. Luego internet estaba empezando a instalarse en los teléfonos móviles. Se hablaba de pagos a través del teléfono. Por ende, teníamos la cultura de la tecnología y se añadió esta crisis, la necesidad. La gente empezó a buscar cómo ahorrar dinero, objetos de segunda mano en portales, compartiendo los trayectos en coches, ofreciendo una habitación en mi casa para que vengan a dormir. Una parte era de ahorro y otra en cómo adquirir ingresos extras. La combinación de todo fue una explosión.
– Chile hoy pasa por un bajo crecimiento y la Región lleva un año en negativo, ¿hacia dónde crees que va la economía?, ¿es este el camino?, ¿la colaboración es una alternativa? El establishment ya está, pero esta podría ser una posibilidad…
– Sí, está claro que el capitalismo ortodoxo ha legado su función a generar desigualdad, pero también ha generado cierta abundancia, cierto bienestar, pero hay que pensar a plantearse otros sistemas. No plantearlos como una cosa en contra del capitalismo, sino que como un camino extra o alternativo. La tecnología nos permite ser eficientes a pequeñas escalas. La era industrial es del siglo XIX y del XX. En el XXI podemos enfocarnos en las pequeñas cosas. Por ejemplo, en España hay mucha cerveza artesanal.
– En el Bío Bío también…
– Usando ese concepto de cerveza artesanal, podemos decir: ¿cómo tener grupos que hagan energía, alimentación, vestidos, conocimiento a pequeña escala?, pero conectados entre ellos y que compartan tecnología, procesos. Por lo tanto, vemos la economía dentro de las ciudades, en que la tecnología te permite ser más eficiente.
– Concepción tiene muchos nodos: textil, maderero, fílmicos, creativos…
– Allá les llaman clúster. Y sí, es interesante poder especializar la economía en un sector, generando un conocimiento especial en un territorio.
– ¿Qué consejos le entregaría al ecosistema de la zona?
– Que se comprenda el poder de las plataformas como modelo organizativo. La plataforma digital es el futuro de cualquier organización. De que las cosas van a ir todas por ahí. Son más eficientes y lo está demostrando Uber. Cuando digitalizamos a los recursos, a las personas, su reputación, las transacciones económicas y tal, todo es más rápido y eficiente. Hay que comprenderlo bien. Esto es una herramienta que va a tener un impacto en el tipo de sociedad que vamos a diseñar. Por último, el tema de las ciudades. Esto, empezando a conocer a Concepción, hay una oportunidad de tomar los retos de las ciudad, sea de movilidad, de generación de ingresos, sea de temas medioambientales, de buscar los distintos retos que haya y que con este pensamiento de plataforma colaborativa, ver qué tipos de soluciones se podrían aplicar.