Durante el 2014 el gasto en I+D en Chile fue de $558.240 millones, equivalente al 0,38% del PIB del país y, si bien en términos nominales esto significó un incremento de 4,2% respecto del 2013, el país se situó muy por debajo del gasto promedio en países Ocde (2,4%), ubicándose en el último puesto dentro del ranking.
¿Qué significa esto en la práctica?
Que hoy en Chile, sólo una de cada diez empresas declara realizar Investigación y Desarrollo (I+D), lo que representa un bajo 12%, siendo tres veces superior las acciones de grandes empresas versus las pymes.
Son parte de las conclusiones de un estudio publicado en junio pasado por el Ministerio de Economía (Minecon), y que entrega una breve descripción de las empresas que realizan I+D en Chile.
Y el resto de las cifras tampoco son muy alentadoras, pese a que es la solución aceptada transversalmente para permitir a las empresas dar un salto cuantitativo en productividad y sostenibilidad.
El informe agrega que el porcentaje de grandes empresas que declaran realizar I+D dentro de su estrato (28,6%), es tres veces mayor al de las micro (9,6%), un poco más del doble que el de las pequeñas empresas (12,1%) y una y media vez el de las medianas (20,7%).
Hablamos de Innovación y Desarrollo como vía para superar la ya endémica dependencia de los commodities y otorgarle así un valor agregado a las materias primas.
Lo anterior es bastante preocupante, puesto que en el reporte: “Chile, prioridades de políticas para un crecimiento más fuerte y equitativo (2015)” de la misma Ocde, se señala que una de las razones del bajo crecimiento de la Productividad Total de Factores (PTF) del país, es precisamente el débil sistema de innovación. En este mismo documento, se ve como el gasto de I+D se concentró mayoritariamente en el sector universitario ( financiado con fondos públicos), mientras que la participación del sector empresarial es especialmente baja.
Para la investigadora del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción, Sofía Valenzuela, el bajo porcentaje de empresas que realiza I+D+i en Chile, se puede entender, en parte por un tema cultural.
“Se han realizado esfuerzos gubernamentales en Chile por incentivar la investigación en empresas, por ejemplo incentivos tributarios, inserción de investigadores en la empresa, entre otros. Sin embargo, para innovar se requiere que las empresas den tiempo y espacios para que sus profesionales puedan crear, imaginar nuevos procesos y conectarse con los centros generadores de conocimiento. Buena parte de las empresas tiene poca flexibilidad en este sentido, con procesos bien establecidos, funcionales y poco espacio para la creatividad”, acotó.
A su vez, dijo, ha habido una larga historia de comprar nuevas tecnologías en el extranjero, y “adaptarlas” a la realidad nacional, por un tema de costo y de tiempo de desarrollo de soluciones locales. “Aún falta confianza en creer que en Chile se pueden generar nuevos productos, y puede estar dada, en parte, por la poca comunicación entre empresas y centros de investigación (universidades), lugares donde se concentra la I+D+i”.
Por su parte, el director de la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la UdeC, Alex Berg, ratificó que en Chile son muy pocas las empresas que realizan I+D con recursos propios.
“Las empresas compiten por costos, pero no por diferenciación, por lo tanto, bajo el esquema actual de competencia I+D no es necesario. Sin embargo, existe consenso en Chile de que para entrar a otra etapa de desarrollo y avanzar en equidad social, debemos aumentar el valor de nuestra producción, y eso significa, necesariamente, diferenciarla. Esto, sin I+D, no se puede hacer”.
Sobre cómo enfrentar este desafío, Berg sostuvo que se deben crear nuevas plataformas de comunicación y de alianzas, entre universidades y centros de investigación, el sector productivo y con la participación activa del sector público también. “Sin eso, será imposible, por lo que hay que buscar los canales adecuados que permitan coordinar puntos de encuentro entre estos actores, en pos de un punto de interés común”.
Sectores destacados
Los cuatro sectores económicos que, en promedio, realizan más I+D, según el informe del Minecon son:
Información y Comunicaciones (36,6%), Suministros de electricidad, gas y agua (23,6%), Actividades financieras y de seguros (20,7%) y Actividades profesionales, científicas y técnicas (20,5%).
Por otro lado, los cuatro sectores económicos que en promedio realizan menos I+D son: Comercio al por menor y al por mayor (10,8%), Actividades artísticas, de entretenimiento y recreativas (8,9%), Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (6,7%) y Transporte y almacenamiento (3,7%).