Economía y Negocios

¿Por qué en la Región del Bío Bío 44 mil 210 personas no quieren trabajar?

Por: Felipe Placencia 12 de Julio 2017
Fotografía: Copesa

Si bien el fenómeno disminuyó en -28% durante los últimos 12 meses, es una realidad que siempre persiste. Los expertos resaltan que hay múltiples factores, entre ellos, la educación y la inflexibilidad de ciertos rubros.

Alfonso tiene 24 años y hace poco salió de la universidad. Su madre, Sonia, estaba preocupada porque no quería trabajar. “Me dijo que quería ser Uber. No le creí mucho, como andaba desganado, y al final lo hizo. Gana como $ 200 mil a la semana, dependiendo. No está mal. Al menos hace algo”, dijo.

Este testimonio da cuenta de un fenómeno en la Región del Bío Bío: que 44 mil 210 personas no tienen deseos de entrar al mercado laboral sin que tengan algún impedimento físico, razones de estudio o familiares para no hacerlo.

Dentro de lo negativo que pudiera parecer, los registros del INE están indicando que hay una tendencia a la baja con -28,2%. “De 68 mil personas, disminuimos a 44 mil”, explicó el seremi de Economía, Iván Valenzuela.

¿Por qué?

Sin embargo, pese a la positiva contracción, la presencia  de esta variable en los registros del INE es una constante.

Y el por qué ocurre esta incidencia es materia de interpretación de los expertos y autoridades.

Para Hernán Pineda, director de Hp Group Selección, hay al menos tres factores: la educación, los costos beneficios de los trabajos que se ofrecen, el hecho de que muchas veces se prefiere acceder a un subsidio estatal ante bajos sueldos.

“Hay una brecha profunda entre la educación que nosotros tenemos y lo que el mercado laboral pide. Lo que pasa es que las organizaciones se ponen más exigentes con lo que quieren. Me ha tocado ver que gente que postula y postula y no queda. Algunos ni siquiera los llaman y cuando sí, se dan cuenta que hay muchos para una vacante y  que  hay otros mejor preparados. Eso finalmente hace que un porcentaje de personas se resigne. Tiene que ver con que la gente dice “¿y entonces para qué postulo?”, de esa resignación hay algunas personas que francamente están en estados depresivos. No que la tengan declarada, pero que van en camino”, lamentó Pineda, quien es psicólogo laboral.

Respecto a la evaluación de costo y beneficio, indicó que “muchos se preguntan ¿por qué voy a trabajar por este sueldo tan bajo? Evalúan las rentas, las distancias, los tiempos, porque los trabajos son cada vez más exigentes y más absorbentes. Se pide mucho indicador de gestión y resultado, demandando muchas horas extras y al final no alcanzo a nada”.

Y por último, que en el caso de los trabajos no tan calificados, muchos prefieren vivir de un subsidio de Gobierno, “porque entre lo que se recibe y un trabajo mal pagado, piensan que es mejor quedarse  con lo primero. Aunque sea poca la ayuda, es casi lo mismo que un sueldo bajo por tantas horas”, analizó Pineda.

La socióloga y académica de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián Sede Concepción, Alina Muñoz Rojas, tiene una visión similar, en especial en el segmento juvenil.

“En muchos casos, por ejemplo en los ninis (sigla utilizada para referirse a la población juvenil que no trabaja ni estudia) la inactividad se entiende como estado habitual, donde si bien en un primer momento existe la búsqueda de trabajo, prontamente aparece la desesperanza aprendida, pues desde su lógica no tiene sentido buscar empleo, pues los requisitos para encontrarlo hacen mención a determinados estudios o años de experiencia; criterios que el joven o la joven no logra cumplir (e incluso cree no cumplir), generando como consecuencia, una profunda desmotivación y falta de interés”.

Sobre si puede haber una solución para este problema, el director de Hp Group Selección, Hernán Pineda, precisó que es difícil de responder, pero que tiene que ver con un cambio de paradigma tanto desde el punto de vista educacional y de las empresas para flexibilizar los cambios culturales que hoy tiene la sociedad respecto al concepto de trabajo y la calidad de vida que se busca disfrutar.

“Uber entrega, por ejemplo, esta alternativa que algunos buscan”, ejemplificó Pineda, sobre aquellos que buscan tiempo (horario propio y a la medida) y dinero. No obstante, hace una advertencia a quienes están dentro de este segmento de apatía laboral: que los conocimientos se deben actualizar para poder satisfacer también las necesidades del mercado y así no quedar atrás a la hora de querer integrarse.

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