Los planes son más ambiciosos y consideran envíos recíprocos, ya sea de electricidad o el energético propiamente tal. La idea es crear lazos perdurables y aprovechar así la infraestructura existente, como el Gasoducto del Pacífico.
Integración energética. Esa parece ser la nueva premisa que está moviendo a los gobiernos de Bachelet y Macri, cuyos ministros de energía están reunidos en la ciudad argentina de Salta, precisamente, para afianzar lazos y trazar los mecanismos que permitan a ambos países comercializar tanto electricidad como energéticos, en este caso, gas natural.
Esto, a diez años del famoso “cierre de llave del gas” por parte de Argentina, lo que trajo negativas consecuencias económicas para Chile.
La reunión de los ministros de Energía tiene como punto clave crear el protocolo para normar los envíos de gas, considerando que Chile despachará 276 millones de metros cúbicos de gas entre junio y agosto de este año, lo que de por sí configura un escenario distinto del de hace una década.
Pero al parecer, la meta es más ambiciosa, ya que se busca crear lazos más perdurables, en especial, para aprovechar infraestructura ya existente, y donde irrumpe con fuerza la Región del Bío Bío, a partir del gasoducto del Pacífico que conecta esta zona con la provincia de Neuquén, que posee importantes reservas.
La modalidad elegida por Chile sería la del swap energético, es decir, el envío de energía por un punto, y su retribución en gas a través de otro punto distinto al del envío. Bajo ese esquema, dos zonas aparecen como posibles puntos de recepción de gas: Bío Bío y Magallanes, donde el gas argentino ingresaría a través del gasoducto Posesión. En ambos casos se podría beneficiar tanto a clientes residenciales como a industriales.
Visión de Enap Refinería Bío Bío
Consultada por este medio Enap Refinería Bío Bío, la estatal informó que “el acuerdo de integración energética está siendo trabajado por las carteras de Energía de Chile y Argentina y se encuentra en una etapa preliminar dependiendo de la suscripción de un protocolo entre ambos países que sea beneficioso para ambas partes y apunta a consolidar la anhelada integración energética regional”.
De concretarse esta iniciativa, añadió la refinería, permitiría intercambiar por diversos puntos del país: electricidad, a cambio de hidrocarburos o gas por gas y su objetivo es resguardar la seguridad energética de ambas partes sin producir distorsiones y promoviendo una gestión eficiente de los recursos energéticos disponibles.
Alcances
“Es una estupenda noticia para la región la integración energética con Argentina. El aumentar las fuentes de energía, contribuye decididamente a mejorar la competitividad de la industria local y fortalecer el intercambio de bienes y servicios con el país vecino”, planteó el economista del Centro de Estudios Regionales, Renato Segura.
Consultado sobre la crisis del gas, dijo que “sin perjuicio que la mala experiencia con el abastecimiento de gas de Argentina, sea un preámbulo de futuros problemas de abastecimeinto con el país vecino, lo importante que aprendió la industria chilena y el país que, la dependencia energética, no debe ser construida con pocas fuentes”.
Segura estimó que Chile ha dado pasos significativos en diversificar su matriz energética, “camino que no va a variar significativamente con una fuente de energía como es el caso del gas argentino”.
Por su parte, el también economista de la UDD, Carlos Smith, estimó que “siempre que podamos optar a energía de menor costo es una buena noticia”.
Sin embargo, acotó, enfatizó en que hay que tener mucho cuidado en los contratos que se firman, teniendo en consideración las experiencias del pasado.
“Para determinar el impacto es necesario tener en cuenta que existen muchos hogares que están conectados a una red de gas, por lo que el beneficio puede tener costo cero para esas personas. Por otro lado puede disminuir el costo de calefaccionarse por esa vía, ayudando a descontaminar mediante la conversión que podría producirse.