Estuvo en la Región por dos días y fue el encargado de activar protocolos para mantener los ciudadanos conectados, tanto en ciudades como en zonas aisladas. De la catástrofe, afirma, hay que sacar lecciones.
Estuvo en la Región por dos días y fue el encargado de activar protocolos para mantener los ciudadanos conectados, tanto en ciudades como en zonas aisladas. De la catástrofe, afirma, hay que sacar lecciones.
Silvanio Mariani
silvanio.mariani@diarioconcepcion.cl
Declarada la emergencia, en materia de conectividad la acción del gobierno fue la de salvaguardar la infraestructura en riesgo y asegurar su óptimo funcionamiento. Era fundamental mantener el país comunicado "porque eso facilitaría la batalla contra el fuego, pese a la magnitud de la catástrofe y de que la red no sería inmune a su impacto", explica Rodrigo Ramírez Pino, subsecretario de Telecomunicaciones. Se activaron protocolos para asegurar las telecomunicaciones en las zonas golpeadas, en especial las más aisladas y remotas, incluso aquellas que jamás habían contado con acceso a conectividad digital, con un rol clave que jugaron las operadoras de los servicios.
La emergencia por los incendios forestales ha dejado al descubierto una realidad que pone un gran desafío al país: "El fuego que asoló a pueblos, caseríos y comunidades casi desconocidas como San Pedro de Alcántara, en la Región de OHiggins, Portezuelo en Bío Bío, o Santa Olga y Putú, en el Maule profundo, dejaron al desnudo la profunda desigualdad digital que aún padecemos", explica la autoridad. El grito de auxilio por las llamas que arrasaron con bosques y viviendas, "traía consigo el reclamo de conectividad que, desde la urbe, nos habíamos negado a oír", asegura.
Respecto al impacto de los incendios en la infraestructura de comunicaciones de la región, ¿cuál es el diagnóstico?
En primer lugar hay que recordar que la Región del Bío Bío tiene, después de la Metropolitana, la mejor matriz de infraestructura digital en Chile. En la región contigua hay 342 torres de telecomunicaciones, mientras que en Bío Bío hay 1.512 torres. De estas 1.512, hemos tenido dificultades en sólo cinco de ellas. Hay que destacar también que la matriz de fibra óptica de esta región es una de las más contundentes y robustas de todo el país. El anillo de respaldo que tiene esta región es envidiable en materia de infraestructura digital, lo que permite una buena capacidad de conectividad para enfrentar estos desafíos.
¿No se han reportado grandes problemas en conectividad, entonces?
Lo que ocurre es que si hay problemas en un sector, la infraestructura instalada permite que se haga enlace de otra forma. Por ejemplo, se reportó que hubo falta de conectividad en un sector en Los Ángeles. En esa comuna hay 259 estaciones, de manera que si una torre quedara damnificado o quemada, como ocurrió en Penco, se realiza el enlace con otro punto y así es posible cubrir ese sector en particular.
¿Cuál ha sido el rol de las empresas operadoras en ese ámbito?
La buena noticia es que las empresas operadoras como Entel, Claro, Movistar se pusieron de acuerdo para actuar de la siguiente forma: en el caso que exista un daño a la red de fibra óptica, la empresas que está más cerca es la que va a reparar, independiente de la propiedad. Si hay un problema con la red de Entel y lo visualiza Movistar, la última va a reparar esa infraestructura. Las brigadas están georeferenciadas y por lo tanto la compañías saben cuando están más cerca de una infraestructura dañada. En el Maule, los bomberos, junto con combatir incendios, han participado de cuadrillas para reparar la red de fibra óptica, que quedó dañada en unos 30 kilómetros.
En el caso de las torres de telecomunicaciones, ¿cómo opera el sistema de respaldo?
Mira, la mayoría de las torres son alimentadas por energía eléctrica. Cuándo pasan estos incendios, se queman los cables y deja sin energía la torre. Por tanto, no puede seguir funcionando. Los sistemas de respaldo son por batería para seguir funcionando por unas 4, 8 o 12 horas y antes de que acabe esa batería entra la cuadrilla de la empresa para solucionar el problema. Otra modalidad es el generador por combustible. Hay que entender que los incendios no responden a una estructura lógica. Se dan en distintas partes, sin una conducta que uno pueda anticipar. Sé que hay dificultades en la región, por ejemplo, respecto al cerro Cayumanqui, que es donde se tiene más infraestructura de telecomunicaciones en Bío Bío. Así que tanto las Fuerzas Armadas como Conaf y las empresas tienen un plan de protección para estos sectores.
Hoy, lograr comunicarse está al mismo nivel de los servicios básicos, como el agua y la energía eléctrica….
Así es, y la medida de un servicio es la evaluación que hacen los usuarios. Todo está basado en la experiencia del usuario. Es la forma de medir. Uno está acostumbrado a tener 4 o 5 rayitas en el celular indicando la señal, y descargar un video lo más rápido posible. Bien, pero hay que precisarlo en situaciones de emergencia. En Santa Olga levantamos una red de comunicación para la emergencia, no para el uso cotidiano, habitual del sistema. Fueron muchos voluntarios para allá, de 4 a cinco mil en un fin de semana, y todos sacando video y querían subirlo al youtube y whatsapp. Las redes de emergencia están pensadas para situaciones de emergencia, no para el uso común, cotidiano. Estamos acostumbrados a tener la mejor calidad y velocidad de recepción de servicio y a veces perdemos la perspectiva. En situaciones de emergencia tenemos que ser certeros. Debemos privilegiar el dato en lugar de la voz, porque la voz genera más congestión, más tráfico.
¿Hubo atochamientos en las redes debido a los incendios?
No hubo grandes problemas, de hecho uno veía los canales de televisión transmitiendo en tiempo real por el celular. La gente pudo comunicarse. Pero siempre hay que entender que es una situación de emergencia. Porque mucha gente quiere comunicarse al mismo tiempo por el mismo canal. Entonces se provoca ahí un atochamiento. Hicimos un plan de protección a la red de fibra óptica con un monitoreo cuatro veces al día por parte de las compañías. Las empresas están a la altura para proporcionar servicios satelitales, soluciones de emergencia, y el llamado es a no perder la perspectiva respecto a eso.
En el caso de Santa Olga, que quedó al suelo, qué tan complicado fue el trabajo para levantar los sistemas?
En Santa Olga habilitamos sistemas para entregar servicios de emergencia. Para que vaya el BancoEstado, los servicios públicos, empresas. Si la gente quiere sacar su carnet de identidad y el servicio no está conectado, no podrá hacerlo. Si quiere pagar la pensión y el BancoEstado no está en línea, no podrá hacerlo. Eso es importante, además, para entender que estas cosas no se resuelven en Santiago. Hay capacidad y recursos en las regiones para implementar infraestructura en telecomunicaciones, generar red de wifi en zonas aisladas. Los gobiernos regionales tienen los músculos, la inteligencia para implementar redes y sistemas de telecomunicaciones, locales, comunitarias o regionales.
¿Cómo evalúa usted la institucionalidad de telecomunicaciones en Chile?
Es bastante seria y confiable. Está claramente definido quien hace qué. Hace algún tiempo estamos operando roaming interoperable, entre todas las empresas. Eso quiere decir que si en Chile existiera un roaming interempresa, permitiría que si la Onemi dice que en Santa Juana está una situación de emergencia, y si se cae de una compañía el servicio, el usuario puede conectarse con otra compañía de su red, la que esté disponible. Es decir, puede acceder por emergencia a la red que queda arriba por 2 minutos. Porque se entiende que es para momentos de emergencia, no es para subir un video de quince minutos mostrando el incendio. Por eso estamos con una indicación en el Parlamento para que se agregue un artículo a la Ley General de Telecomunicaciones que permita la existencia del roaming interempresa en situaciones de emergencia. En Estados Unidos opera así, el usuario tiene dos minutos para dar aviso a bomberos, avisar familia. Y lo otro importante es que a partir de este año, todos los teléfonos móviles que entran al país tienen que llevar el sistema de alerta de emergencia. Hasta ahora era voluntario, pero será obligatorio. El teléfono tendrá que estar habilitado con el sistema de alerta que permita recibir avisos de tsunami, incendios y otros. Son lecciones que se sacan de las catástrofes para el área de telecomunicaciones.