Al parecer, se llegó al punto de inflexión y distintas mediciones dan cuenta que pese a mantenerse en rangos pesimistas, la tendencia es hacia un optimismo mirando hacia el 2017-2018.
 

Javier Ochoa Provoste
javier.ochoa@diarioconcepcion.cl

Distintas mediciones esbozan signos de una recuperación de la economía, aunque siempre en el ámbito de las percepciones.

El último ejemplo de esto es el Índice de Percepción de la Economía, medición de GFK Adimark, en el que por segundo mes consecutivo la confianza de los consumidores consigue un alza, esta vez de 2,8 unidades. Con ello se ubica en 36,2 (ver gráfico superior).

Esto refuerza la subida respecto al mes de agosto, donde se evidenció el peor registro de este índice en los últimos 15 años. Sin embargo, pese a ser el segundo aumento consecutivo, el Ipec continúa en el área de pesimismo (inferior a 50 puntos), permaneciendo allí por los últimos 29 meses.

Comparando con otros indicadores, como el Índice de Percepción Empresarial (Iper) de la Unab y EY de julio de 2016 que se mantuvo en 50 puntos, al igual que las dos últimas mediciones anteriores de 2015, punto de inflexión entre pesimismo y optimismo.

En tanto, los habitantes de la Región también muestran una inclinación hacia el optimismo, plasmado esto en el Índice de Confianza en la Economía Regional, Icer, elaborado por la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián. De acuerdo a la medición, la población de la Región del Bío Bío tiene una percepción más positiva sobre todo cuando se le pregunta por la situación económica en los próximos dos años. Si bien aún el indicador se mantiene en rangos pesimistas, la tendencia se revirtió este trimestre gracias a que los consultados plantearon una visión más positiva respecto del futuro.

Ipec de Adimark

Las razones de esta mejora estaría en el desempeño de la economía, medido por el Imacec de agosto y conocido en octubre, que sorprendió con un salto positivo de 2,5%. Por otra parte, se conoció que la venta de autos nuevos crece 13% en septiembre registrando el mayor volumen desde diciembre de 2014. 

Por otro lado, las cifras de desempleo (6,9%, INE, trimestre terminado en agosto), se mantuvieron en márgenes razonables. 

Y el Banco Central decidió mantener la tasa de interés en 3,5%.

Todo lo anterior configura un escenario, en general, positivo.

Cuatro de los 5 sub-indicadores presentan alzas. Así, el sub-indicador que presenta el mayor aumento es "Expectativa económica del país a 12 meses", pasando de 35,4 a 40,7 (+5,3 puntos). Seguido de "Situación país actual" y "Estabilidad país próximos 5 años", llegando a 34 y 28,1, respectivamente (ver gráfico 10). Ambos con un crecimiento de 3,3 puntos. En cuarto lugar se encuentra "Situación compra artículos para el hogar". Dicho sub-indicador llega a 45,7 (+3 puntos). Finalmente, el único que retrocede levemente es "Situación personal actual", pasando de 33,5 a 32,4 (-1,1 puntos). Queda claro de estos resultados, que la mejoría se explica más por expectativas futuras que por la situación presente. Las intenciones de compra de bienes para el hogar, automóviles y viviendas presentan variaciones positivas en el margen. Por su parte, la confianza en el desempeño de la economía en los próximos 12 meses y a más largo plazo (5 años) se mantuvo estable.

Análisis

Para el economista Renato Segura, las personas perciben que lo peor del ciclo negativo de la economía, ya pasó. "El panorama 2017 se observa favorable en materia de precio del cobre, sobre todo que el plan del nuevo gobierno de Estados Unidos, de recuperar la capacidad productiva, presionará al alza las materias primas".

Por su parte el analista financiero de la Unab, Camilo Cornejo, estimó que "si analizamos el comportamiento futuro de la economía, sumado a datos macro-económicos y perspectivas de estos, más el Ipec, tenemos un optimismo futuro, ya que nos encontramos en una posible zona de recuperación de crecimiento, lo cual incrementa la visión de recuperación".

No obstante este escenario, el economista del Centro de Estudios de Corbiobio, Ariel Yévenes, planteó que "en la práctica, aún cuando se percibe una mejoría muy marginal en las expectativas de mejoramiento en la evolución de la economía nacional, persisten las incertidumbres que determinan una percepción generalizada más bien pesimista en lo cual, la percepción sobre la evolución del empleo resulta lo más delicado y que, por cierto, presentaría su correlato en que no se distingue un impulso decisivo de reactivación de la inversión privada, esencial para contar con una generación de empleo de mayor calidad relativa y que resulte sostenible en el tiempo".

Mientras ello no ocurra, estimó, será bastante difícil por tanto superar la desaceleración que impera en la economía y por cierto, continuará impactando en una visión más bien pesimista de la evolución futura de la misma.