El experto explicó que hoy lo más importante para las empresas es analizar a cuál sistema de tributación optarán antes del 31 de diciembre. Sobre lo que viene, la contabilidad electrónica es lo más revolucionario.
El experto explicó que hoy lo más importante para las empresas es analizar a cuál sistema de tributación optarán antes del 31 de diciembre. Sobre lo que viene, la contabilidad electrónica es lo más revolucionario.
Javier Ochoa Provoste
javier.ochoa@diarioconcepcion.cl
Faltan sólo meses para que se inicie el nuevo régimen de tributación, por lo que las compañías deberán tomar decisiones estratégicas.
En este contexto, EY y la Cámara de la Producción y del Comercio de Concepción organizó la conferencia "Reforma Tributaria: ¿Está su empresa preparada?", donde el socio en consultoría tributaria de EY Chile, Juan Antonio Rivera, expuso sobre las implicancias de la Reforma y las medidas a evaluar en el corto plazo.
Rivera cuenta con más de 15 años de experiencia en asesoramiento tributario a grandes empresas en Chile y Estados Unidos.
– ¿Cómo graficarías el impacto de la Reforma Tributaria para la economía chilena?
– Hay, efectivamente, un impacto económico con la aplicación de la Reforma, ya que se genera una diferencia en la recaudación fiscal, aumentándola. Lo segundo, es que efectivamente cambian las reglas que se venían aplicando por más de 30 años, sistema tributario que estaba más o menos cimentado en Chile y conocido por los contribuyentes, hoy nos vamos con reglas totalmente nuevas. Este proceso adaptativo a un sistema de esta naturaleza, que además se implementará de una forma inmediata en el sentido de elección de los sistemas, provocará algunos problemas de ajustes, lo que podría terminar en cargas para las empresas, en multas y en intereses. Por lo tanto, hay que tener el elemento caja-costo financiero que tiene la Reforma, de pasar de tasas del orden del 20% al 27%, y el otro el costo interno del entendimiento de la Reforma y que eso nos genere diferencias de criterio entre el contribuyente y la autoridad tributaria.
– ¿Qué es lo más importante que viene en lo inmediato?
– Lo importante es que de aquí a fin de año, en la medida que pueda elegir, el contribuyente debe optar por un sistema tributario. Esto significa que en los próximos meses deberá evaluar. Si es el sistema atribuido y ese es el que les aplica y lo pueden elegir, basado en su política de dividendos y en la realidad tributaria que tiene la compañía. Si es el sistema semi integrado porque la compañía no es agresiva en el pago de dividendos y, por lo tanto, necesita diferir y reinvertir las utilidades, con el costo que eso tiene tributar en el futuro.
Pero es una decisión que hay que tomar antes de 31 de diciembre de 2016.
Lo otro en el corto plazo es evaluar la limpieza del Fondo de Utilidades Tributarias de toda la historia que tenía la compañías, de tal manera de enfrentar un nuevo régimen sin la mochila que significa un FUT. La idea es hacer esas definiciones.
– La tecnología jugará un papel importante…
– Sí, todo este desarrollo tecnológico que ha tenido el SII ahora lo llevará a la fiscalización. Ya no es sólo la recaudación de impuestos y recabar de datos, sino ahora se revisará la información del contribuyente, el que deberá probar ante el fiscalizador que los sistemas de contabilidad permiten resguardar el interés fiscal. Ahora el Servicio puede acceder directamente a la información de una empresa, en el formato que ellos requieran, lo que implica un cambio enorme, ya que antes el SII era un usuario de la información extraída de los sistemas de los propios contribuyentes, y después usaba esos antecedentes para los procesos de revisión. Esto es un cambio radical.
– ¿Y la contabilidad electrónica?
– Sí, eso es lo otro. Sabemos que el SII la va a exigir, tal cual lo hizo con la facturación electrónica.
Esto significa que debemos preparar a la empresa para tener la portabilidad que permita, posteriormente, la entrega de información en forma electrónica. Hoy muchas empresas tienen sistemas contables enviados por la casa matriz o no establecido a la realidad chilena y, por lo tanto, esto traerá un desafío tremendo de cómo adaptarse.
– ¿Cuándo parte?
– Es un proyecto que parte en 2017, pero que también tendrá hitos de desarrollo en el tiempo.
– Pese a la reticencia que causa la RT en parte del empresariado, ¿Chile se pone al día en la materia?
– Uno de los elementos que tiene la Reforma, si bien es recaudatoria y tenía ciertos aspectos discriminatorios en la versión anterior, claramente nos ponemos al nivel de estándares internacionales. Chile se pone los pantalones largos en términos tributarios, tiene sus costos y sus elementos de análisis, pero en definitiva es ponerse a estándares internacionales. Normas de rentas pasivas, de control de gastos… vienen a ser absolutamente aplicables en atención a que a nivel internacional se aplica esto como parte del control tributario de cada país. Hoy, en la era de la transparencia vienen estos temas.