Economía y negocios

Agricultura y escasez hídrica

En una cuenca hidrográfica existen mecanismos que permiten guardar el excedente de agua invernal para ser usados en verano, esto se denomina capacidad de almacenamiento y en se produce mediante la acumulación y derretimiento de nieve, la recarga de acuíferos y la existencia de lagos o embalses.

Por: Diario Concepción 20 de Septiembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-2777.jpg

En una cuenca hidrográfica existen mecanismos que permiten guardar el excedente de agua invernal para ser usados en verano, esto se denomina capacidad de almacenamiento y en se produce mediante la acumulación y derretimiento de nieve, la recarga de acuíferos y la existencia de lagos o embalses.

 

La agricultura actual debe enfrentar condiciones que son muy diferentes a aquellas a que se enfrentó durante el Siglo XX, ya que es el resultado de un continuo desarrollo tecnológico que ha permitido la introducción de productos más rentables, pero mucho más exigentes desde el punto de vista productivo. Efectivamente, la revolución tecnológica que se desarrolló en los últimos 30 años ha permitido un enorme cambio en el paisaje de la zona central de Chile. Las antiguas zonas agrícolas que estaban cubiertas de praderas o cultivos anuales hoy en día presentan plantaciones frutales de especie que hace 30 años no se conocían en nuestro país como son los arándanos y los kiwis. Pero que a su vez es un patrón productivo mucho más vulnerable a la escasez hídrica.

Las zonas de clima mediterráneo, como Chile Central, se caracterizan por poseer precipitaciones concentradas durante los meses de invierno y un período estival con temperaturas que permiten el desarrollo de frutales, pero donde ocurre una alta demanda de evapotranspiración (ET). Efectivamente en Chillán precipita un promedio cercano a 1000 mm de agua al año y una ET potencial de casi 1000 mm al año. Si bien esto parece estar equilibrado, 900 mm precipitan en invierno y 900 mm evapotranspiran en verano. Esto significa que se dispone de agua cuando no se necesita y se necesita cuando no se dispone.

En una cuenca hidrográfica existen mecanismos que permiten guardar el excedente de agua invernal para ser usados en verano, esto se denomina capacidad de almacenamiento y en se produce mediante la acumulación y derretimiento de nieve, la recarga de acuíferos y la existencia de lagos o embalses.

La escasez hídrica y el cambio de temperatura han afectado dramáticamente la capacidad de almacenamiento nival de la Cordillera de los Andes, que era otrora nuestro gran regulador de disponibilidad de agua. Sin embargo, nos queda la posibilidad de intervenir en las otras dos componentes mediante la recarga artificial de aguas subterráneas o la construcción de embalses como el Punilla o el Zapallar.

El desafío entonces es desarrollar buenas soluciones de ingeniería que permitan aprovechar nuestros recursos hídricos y evitar cometer errores dramáticos ocurridos en el Siglo XX, como los desastres del Mar Aral o la represa de Vajont.

En el caso de los embalses, se deberán considerar reglas de operación, o modelo de negocio, que consideren la integración de los usos de riego, generación de energía y turismo. Además, se deben incorporar conceptos modernos de operación de embalses que apuntan a generar descargas de agua para garantizar la dinámica del flujo de sedimentos y la salud del ecosistema aguas debajo de los embalses

En el caso de la recarga artificial de aguas subterráneas es posible aprovechar la red de canales existentes en las cuencas. Se pueden identificar zonas donde se produce en forma natural recarga desde lo canales para construir estructuras que maximicen dicha recarga, pero a su vez permitiendo que los regantes hagan un uso eficiente de los canales de riego durante la temporada de mayor demanda de agua.

Es así que frente a la escasez hídrica se abren nuevas oportunidades para la innovación tecnológica, pero que deben ser desarrolladas y aplicadas en conjunto con los usuarios de agua y en ese sentido las Juntas de Vigilancia deberán jugar un papel cada vez más relevante en la futura gestión de recursos hídricos.
 

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