Economía y negocios

Jorge Berríos Vogel: "Hay quienes planifican en materia legal, financiera y estructural para hacer fraude"

La mayoría de las empresas hace maquiaje en sus Estados Financieros. Pero eso es bien distinto, aclara Jorge Berríos, a adulterar las cuentas de manera dolosa. Una de soluciones: dejar a cargo de la Superintendencia de Valores la decisión de quién auditará a quién en Chile.

Por: Diario Concepción 21 de Agosto 2016
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La mayoría de las empresas hace maquiaje en sus Estados Financieros. Pero eso es bien distinto, aclara Jorge Berríos, a adulterar las cuentas de manera dolosa. Una de soluciones: dejar a cargo de la Superintendencia de Valores la decisión de quién auditará a quién en Chile.

 

Silvanio Mariani
silvanio.mariani@diarioconcepcion.cl

 

Al comienzo del mes, la sociedad chilena se enteró de un posible nuevo caso de colusión. Según denuncia de la Fiscalía Nacional Económica, tres laboratorios afectaron licitaciones de la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast), encargada de entregar los medicamentos al sistema público. La Cenabast aún mantiene contratos por 15 millones de dólares con los laboratorios implicados en la denuncia -Biosano, Sanderson y Fresenius-, los que están bajo evaluación jurídica para ver qué hacer con ellos.

¿Están perdiendo la capacidad de asombro los chilenos frente a tantos casos de colusión y fraude corporativo de cuello y corbata? Según Jorge Berríos Vogel, que cuenta con larga experiencia en todo el proceso financiero –contable, administrativo y de RR.HH– de compañías nacionales y multinacionales, no es así. De hecho, explica Berríos, el país ha tomado conocimiento de muchos de estos episodios precisamente por acciones ciudadanas, a través de las redes sociales. Pero en materia regulatoria, falta poner en práctica procedimientos más rigurosos frente a peritajes e investigaciones relativas a fraudes y colusiones. "Poner atención en las señales de alerta", dice el experto en la materia.

– Usted ha dicho que un gran porcentaje de los Estados Financieros de las empresas son maquillados o mejor dicho tienen significativos ajustes contable. ¿Eso no es el primer paso para futuros fraudes?

– Hay que diferenciar lo que es un maquillaje normal, que es una sutileza para presentar la información de determinada manera, a adulterar los Estados Financieros. Un maquillaje es para que la empresa se vea mejor o porque busca a través de esto una estrategia determinada, pero siempre dentro de determinadas reglas contables. Reestructuraciones o capitalización de deuda, o detalles del Balance como parte de la estrategia de la compañía. Eso es normal y todas las empresas lo hacen. Otra cosa totalmente diferente es cuando los balances derechamente se adulteran, se modifican estructuralmente para dañar la fe pública. Ahí entramos en fraude, cuando se muestra una información, en el Estado Financiero, que no existe o que derechamente muy modificada y no tiene sustento real. Fue el caso de La Polar, donde se hizo adulteraciones de cifras, manejo de algunas partidas del Estado Financiero con el propósito de presentar mejores resultados. ¿Para qué? Para que cierto inversionista comprara acciones de La Polar y así lograra una mejor capitalización bursátil. Eso no es un maquillaje, es una adulteración. Es un fraude en cómo se presenta la información a público, es un manejo contable doloso.

– ¿A través de una auditoría no es posible detectar estos casos?

– Es muy difícil detectar un fraude sólo con la información que uno tiene disponible. Uno no tiene todos los antecedentes. Para saber si hay un fraude o no, el auditor tendría que estar en la cabeza de la persona que hace el movimiento o los movimientos contables. Pero la gracia de un buen análisis es que te permite en realidad poder ver los "red flags", las señales de alerta, ver si hay algunas cosas que llaman la atención. Cambios estructurales, cosas que no cuadran, valores que no tienen sentido. Las personas piensan que un análisis se basa en información cuantitativa, en números, y eso no es cierto. Tú tienes que combinar la información de mercado, cualitativa con la cuantitativa y ver qué cosas pueden estar raras.

– En el caso La Polar, ¿qué no cuadraba?

– Era raro que mientras el mercado rentaba cerca de un 4 o 5%, ellos rentaban el doble y en un sector tremendamente riesgoso. Las Cuentas por Cobrar o los deudores representaban un 18% en otras empresas de retail, en el caso de La Polar, un 55,5%. El periodo promedio de cobro de La Polar aumento de 92 a 343 días entre los años 2002 y 2009, y con flujo negativos de alrededor de 67 mil millones negativos, en las actividades de operación. Eso más de una persona lo debe haber visto. Si bien es cierto eso no te determina un fraude, sí determina una alerta. Cómo nadie se dio cuenta es algo que uno se pregunta y no tiene respuesta, habiendo tantos analistas, empresas auditoras y la Superintendencia de Valores y Seguro. Si se ve la secuencia de indicadores del 2002 al 2009 es impresionante lo que se puede ver.

– ¿Qué opina sobre los escándalos del Transantiago? ¿Nadie se dio cuenta antes?

– Bueno, en los últimos días ha salido que uno de los operadores no pagó a los bonistas internacionales y además hay una disputa entre la empresa y el Gobierno. Pero si tú vas a la información financiera, que es abierta, es disponible, ¿qué te das cuenta? Que una de las empresas tiene pérdidas acumuladas por 102 mil millones de pesos durante el año 2015 y el año anterior tenía $54 mil millones en pérdidas acumuladas. Estamos hablando de una empresa con patrimonio negativo, que está técnicamente quebrada. La empresa auditora, que auditó los Estados Financieros a Diciembre del 2015, dijo "me abstengo de dar opinión" porque no puedo validar que la empresa pueda tener una continuidad en el tiempo. Yo pregunto: ¿cómo las personas que tienen a cargo estos contratos no son capaces de ver una empresa con pérdidas millonarias? Uno piensa que o no saben, o existe una total incapacidad de las personas para tener modelos adecuados de análisis.

– De hecho, varias empresas están quebradas…

– Exacto, y la información es disponible, es abierta. Entonces, cómo es posible… No entiendo cómo la persona que administra este tipo de contrato no es capaz de ver y decir aquí hay un riesgo, hay que tener cuidado, tomar las medidas de contingencia. Y eso está pasando a todo nivel. Están los casos de mayor publicidad, AC Inversions, administradoras Alfa y Serrano, la corredora de los hermanos Rodríguez, que son operadoras de fondos de capital. Por un lado, está la gente que hace fraude, pero también la otra parte, la gente que invierte en cosas tan ridículas. Es el caso de Alberto Chang (formalizado por estafa piramidal). ¿Cómo le creyeron? Creyeron en la historia, en la fantasía, en la parafernalia, en las fotos que había sacado él con el CEO de Virgin Airlines. La gente cree en este tipo de cosas sabiendo que es imposible la rentabilidad excesiva. No existe, los sobre rendimientos tampoco. El caso de AC Inversions, ¿cómo una persona tiene una inversión y recibe un certificado de deuda o le entregan un pagaré? Es evidente que ahí algunas cosas no cuadran. Por eso digo que hay una combinación de ignorancia, también de espíritu aspiracional de los seres humanos, de querer rentabilidades que no existen.

– Hay casos de empresas que están en problemas y que, sin embargo, participan de licitaciones. ¿Qué opina?

– Muchas veces ahí vienen los datos de dónde están los fraudes. Entran los intereses personales, entra la información privilegiada que es utilizada para tomar alguna ventaja. Pero muchas veces la empresa tiene un entramado de estructura organizacional o estructura jurídica y ahí se va perdiendo la perspectiva de dónde está el negocio, o quiénes son los que se llevan el negocio.

 

Trayectoria

 

Contador Auditor Universidad de Chile, MBA Tulane University, con postgrados en Finanzas avanzadas en las Universidades de Stanford, Georgetown y Harvard. Con una vasta trayectoria profesional ha trabajado como gerente y director en las áreas financieras, contables y administrativas en empresas industriales, logísticas, transporte, Inversiones, agroindustriales, educación y sector público.

 

¿Que agregaría en materia de regulación?

 

– Creo que es importante ir avanzando en un marco regulatorio, que contribuya a sancionar las malas prácticas, sobre todo aquellas que conlleven el fraude o la colusión. En esta materia las superintendencias, el poder legislativo y el propio gobierno tienen la misión de buscar los elementos que eviten que esto se produzca.

 

Que la empresa no pueda elegir quien la auditará

– Uno de los elementos, por ejemplo, a mi juicio, sería que la SVS fuera quien designara la empresa que va a auditar una Sociedad Anónima y no la propia empresa sea la encargada de buscar a los auditores. Así se establece un Principio de Independencia.

 

Centro especializado en la materia

 

Lo segundo es crear a nivel académico un centro de investigación que esté enfocado en analizar la información financiera que entrega el mercado e ir detectando los "red flags" y contribuir al conocimiento público sobre la base del estudio de los casos de colusión y fraudes. Y así proponer mejoras en los aspectos normativos.

 

¿Mayores sanciones reducirían los fraudes?

 

– Hoy día existen sanciones severas, incluso con penas de cárcel. Creo que podría agregarse la prohibición de un director a ejercer la actividad como director en estos casos. Entonces, cuando uno lo nombran director en una empresa, uno sabe que nunca más podrá ejercer como director si es descubierto haciendo algo deshonesto. Se va a ocupar de revisar los Estados Financieros de una compañía. Ser director no es para exponer en una mesa el Estado Financiero, sino que significa representar la Junta de Accionistas en el quehacer de la compañía, en cómo funciona, cómo se respeta el gobierno corporativo, las decisiones que toma.

 

Fiscalizar más

– Del punto de vista mío, que me dedico a análisis de fraude y colusiones, creo que lo más importante es tener adecuados mecanismos de análisis y de obtención de información que permitan dar algunas alertas. La Polar no era fiscalizada desde el año 2008, 2009… Desde esa época, a través de un buen análisis, era posible decir que había una duda razonable, que había algo extraño en las cuentas.

===== Destacado titulo ===== Las razones que conducirían a hacer fraudes

 

– Creo que es la propia soberbia y creer que están por sobre todo el resto de las personas, las leyes y sobre cualquier cosa. El sentido que yo soy dueño del mundo y me pertenece.

– También el sentido aspiracional de las personas y siempre querer más y más a cualquier costo, incluso hasta vulnerar sus propios principios para lograrlo.

– Otro punto importante: la sociedad que admira la riqueza medida en términos monetarios y en la cantidad de activos que se tiene. Si no se tienen, no eres parte del circulo y por eso muchas personas hacen todo para lograrlo, no importando el costo

– También personas que son ladrones y punto, sin ningún mayor análisis.

 

Predisposición a ser deshonesto

 

– Hay que entender que hay gente que quiere hacer fraude y lógicamente busca la forma de hacerlo. Para ello planifica su accionar financiero, legal, estructural de una firma para hacer fraude. Como persona y su modo de operar tendrá una tendencia a hacer fraude. Es el caso grupo Arcano, que dirigía Alberto Chang.

 

Transantiago y clubes deportivos

 

– El caso de los operadores del Transantiago es emblemático. ¿Cómo pensar que nadie haya visto el Estado Financiero de esa compañía, que nadie haya visto el descalabro que tenían y tienen actualmente? Si uno revisa esta empresa, analiza plantas y equipos, se puede ver que prácticamente todos los vehículos están depreciados. En los años que llevan trabajando no han renovado la flota. No sirven y se corre el riesgo de dejar a gran parte de la población sin transporte en la Región Metropolitana. ¿Qué pasó? Como mínimo, alguien no está haciendo su pega.

– Yo te diría que en los clubes deportivos se da una situación un poquito diferente. Durante muchos años los clubes deportivos fueron caja para algunos dirigentes o para hacer funcionar determinados negocios que no tenían nada que ver con los clubes deportivos. Hoy día, al convertirse en sociedades anónimas, los clubes ya no son un buen negocio para estos casos mencionados. Van a quedar los que operan bajo la pasión por el club, porque ya no generan mucha rentabilidad sino que generan pérdidas.

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