Economía y negocios

Itata: Un diamante en bruto

Variedades que se encuentran principalmente en Itata constituyen uno de sus grandes atractivos: Moscatel, País y Cinsault, cepas que hasta hace poco estaban olvidadas y que hoy están dando que hablar.

Por: Diario Concepción 16 de Agosto 2016
Fotografía: imagenPrincipal-3736.jpg

Variedades que se encuentran principalmente en Itata constituyen uno de sus grandes atractivos: Moscatel, País y Cinsault, cepas que hasta hace poco estaban olvidadas y que hoy están dando que hablar.
 

 

Que un lugar como el Valle del Itata pase cientos de años inadvertido por todos (o casi todos) es desconocer el secreto mejor guardado del vino, que nos transporta a un Chile desconocido, que posee parte de una historia y tradición de siglos.

Al recorrer el valle vemos que no se parece en nada al Chile vitivinícola al que estamos acostumbrados.

Laderas onduladas, pequeñas superficies de viñas que se mezclan entre los bosques, antiguas parras en cabeza traídas por los jesuitas, cepas profundamente arraigadas y adaptadas a este lugar, tradiciones potentes y gente que ama lo que tiene y que con mucho esfuerzo ha mantenido viva la viticultura en este rincón de nuestro país, son algunas de las características que lo hacen un lugar único.

Variedades que se encuentran principalmente en Itata constituyen uno de sus grandes atractivos: Moscatel, País y Cinsault, cepas que hasta hace poco estaban olvidadas y que hoy están dando que hablar.

En el Valle del Itata se producen vinos con una tremenda personalidad e identidad, gracias a una viticultura con mínima intervención, un clima lluvioso que proporciona suficiente humedad a las viñas, un suelo granítico y la tradición que entregan los viticultores traspasada de generación en generación.

Muchas viñas han puesto sus ojos en Itata y han hecho muy buenos vinos que han ayudado a demostrar que el potencial es grande, pero hay mucho por hacer.

Debemos abordar el problema más de fondo: qué hacer para que a los pequeños agricultores les vaya mejor, que puedan vender su uva a un precio razonable, que logren darle un mayor valor agregado a su producción y que la viticultura no sea sólo su pasión sino que también sea lo que les proporciona una mejor calidad de vida.

Itata está de moda…Y ojalá no sea sólo una moda y aprovechemos este momento para pulir este diamante en bruto. En Itata debemos creernos el cuento.

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