También se refirió sobre la Reforma Tributaria, explicando que no tuvo impacto negativo en el rubro y que los pronósticos negativos fueron exagerados. Sobre los cambios a la legislación laboral, indicó que se ajusta a los requerimientos mínimos.

 

Felipe Placencia Soto
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El ministro de agricultura, Carlos Furche, visitó ayer Concepción para presentar los resultados del Catastro Frutícola 2016, Región del Bío Bío, en la cual se explica que desde el 2012 la superficie destinada para ello aumentó en un 33,3%, creciendo mil hectáreas por año, totalizando en la actualidad 14.947.

Lo hizo acompañado de la directora nacional de Odepa, Claudia Carbonell; el director ejecutivo de Ciren, Juan Pablo López y el seremi de Agricultura local, Rodrigo García. De acuerdo a la autoridad, los buenos resultados vienen a ser una clara señal de crecimiento, inversión y dinamismo en el segmento.

– ¿Cuáles son los resultados del estudio?

– La última información era del 2012. Ahora la tenemos actualizada al 2016 y lo que muestra es un incremento de un 33% de la superficie plantada con frutales en la Región del Bío Bío. Esto quiere decir varias cosas: que hay una adaptación rápida de los productores de la Región a las nuevas situaciones básicamente del cambio climático, que así como en algunas partes genera dificultades por escasez hídrica, abre también a las nuevas opciones para estrategias productivas que los productores puedan desarrollar.

– ¿Algún fruto en particular que se destaque?

– El incremento más grande se produce en arándanos. También hay aumento significativos en cerezos, manzanas, nogales, en avellanos, lo cual demuestra lo que yo señalaba, un aumento de un 33% en cuatro años de la superficie frutícola que es muy significativo. La Región está en los 15 mil hectáreas bajo superficies de distintas especies . Esto significa ademas varias cosas. Desde luego significa inversión. Para establecer una hectárea de frutales se necesitan un monto muy importante de inversiones, sin contar la tierra. Supongamos que la tierra ya está, pero significa invertir en plantas y riego. En segundo lugar, significa más empleo. Una proporción básica de explicar es que una hectárea de trigo versus una de arándanos tiene 10 veces más demanda de trabajo que una de cereales. En tercer lugar, es una expresión de confianza y cuando se habla tanto de confianza esto es una muestra, porque se hace una inversión cuantiosa, que no son de un año para otro, que se demora en producir y que se extiende por las próximas dos décadas. Todas estas son buenas noticias y que es altamente probable que cuando hagamos nuevamente este catastro las cifras se incrementen. Hay claramente una tendencia y se están aumentando mil hectáreas por año de superficie frutícola en la Región del Bío Bío.

– ¿Hay algunos frutos nuevos?

– Bueno ahora los que son más atractivos y los que tienen mayor demanda en el mercado internacional son los berries. Chile es el principal exportador mundial de arándanos. Es el principal exportador de cerezas a estas alturas. Es el segundo exportador mundial de nueces y está dentro de los cinco primeros exportadores de avellano europeo. Lo más probable es que eso se profundice en el tiempo.

– ¿Este crecimiento es similar que en otras regiones?

– Creo que lo que está ocurriendo es que la frontera de la fruticultura chilena se ha ido expandiendo hacia el sur. Lo bueno de esto es que no es que esté desapareciendo en la Región de O´Higgins o la del Maule, que eran las tradicionales, si no que se está extendiendo con mucha fuerza al Bío Bío y la Araucanía, al menos.

– Hay sectores del agro aún reticentes y críticos con los cambios. La Reforma Tributaria y Laboral les preocupa. Socabío por ejemplo. Su máximo representante, José Miguel Stegmeier, lo dice.

– La Reforma Tributaria fue discutida y aprobada el 2014 y vigente plenamente. La verdad es que si uno compara los pronósticos que se hacían en esos tiempos con la realidad, es fácil percibir de que había claramente una exageración en su impacto. Básicamente, no ocurrió nada y aquí hubo un grupo de empresarios que no son básicamente las empresas agrícolas, que vieron aumentados sus impuestos y a sus ganancias, pero que no produjo mayor desempleo. Nadie se fue del país y las inversiones se mantuvieron. Los datos del catastro frutícola demuestran que además aumentaron las inversiones. Todo esto es mucha inversión. Mil hectáreas por año en la Región del Bío Bío frutícola es mucha inversión en millones de dólares. Luego, respecto a la Reforma Laboral, ha tenido una evolución relativamente accidentada y fue a parar al Tribunal Constitucional. Volvió. Está apunto ahora de ser promulgada. Es una Reforma Laboral que se ajusta, desde nuestro punto de vista, a lo mínimo y lo indispensable para tener una relación más equilibrada entre el capital y el trabajo. Tampoco pensamos que este sea un tipo de preocupación especial y mucho menos en el sector agrícola, que tiene una muy baja conflictividad laboral y que nosotros esperamos que si enviamos el proyecto de ley para trabajo temporal, terminemos de generar un cuadro bastante favorable para el sector agrícola en materia laboral.

– Estas cifras de mil hectáreas por año, ¿despejan el mito de que no hay inversión en agricultura?

– Claramente. Estas cifras demuestran que esto no es así. Claramente, que hay una situación muy dinámica en el sector agrícola. Nosotros, por lo demás, es muy evidente, durante el año 2015, que el sector agropecuario y forestal fueron los que más crecieron en nuestro país con un 5,7%, tres veces más que el promedio de la economía chilena. No quiero dar una cifra, pero sí puedo decir que le sector agrícola volverá a crecer significativamente mayor al promedio de la economía nacional. Entonces, la verdad, no hay ningún fundamento para decir que este es un sector estancado. Todo lo contrario, se está frente a una enorme oportunidad y me parece que se están aprovechando.