Economía y negocios

Arauco impulsa la inserción de investigadores en las empresas

Compañía relacionada con celulosa, paneles y otros derivados de la madera ha desarrollado productos alimenticios y de nutrición que ya están en el mercado.

Por: Diario Concepción 13 de Julio 2016
Fotografía: imagenPrincipal-4666.jpg

Compañía relacionada con celulosa, paneles y otros derivados de la madera ha desarrollado productos alimenticios y de nutrición que ya están en el mercado. 

 

Silvanio Mariani
silvanio.mariani@diarioconcepcion.cl

Un suplemento alimenticio en base a propóleo y maqui. Aceite de oliva saborizado. Una bebida refrescante con propiedades antioxidantes y vinos de parras con más de 200 años. Alguien podrá sorprenderse al descubrir que estos productos, relacionados con nutrición y gastronomía, son elaborados por una compañía dedicada a la fabricación de paneles, celulosa y otros derivados de la madera.

Lo anterior es un claro ejemplo de la integración de investigadores al sector productivo, de manera a fortalecer de forma decisiva las capacidades de innovar y dar así saltos cualitativos en los niveles de productividad. Empresas Arauco ha convertido a la innovación en uno de los pilares de su estrategia de negocios, con una inversión de US$ 15 millones anuales.

De hecho, en 2011 la compañía implementó el programa InnovArauco, orientado a generar una sistematización del proceso de innovación, creando y potenciando un modelo propio, generando alianzas y trabajo conjunto con otros actores del ecosistema de innovación.

Los resultados están a la vista. En una alianza con Codelco, se desarrolló la melamina Vesto, producto único a nivel global, elaborado con tecnología cien por ciento chilena. El producto aprovecha las propiedades antimicrobianas del cobre para eliminar un 99% de virus, bacterias, hongos y moho de la superficie.

Con esa misma convicción corporativa, se creó la Fundación AcercaRedes, cuyo objetivo es introducir el concepto de Innovación Social, acercando de modo práctico la innovación a las zonas alejadas. Se trata de una organización con un marcado acento social que opera con otras compañías locales, socios programáticos y transversales. Hoy cuenta con tres centros: San José de la Mariquina, Curanilahue y Constitución, que han apoyado el trabajo de más de 10.000 emprendedores y cerca de 80 iniciativas de líderes emprendedores locales.

El boom del maqui

Un ejemplo del trabajo realizado para agregar valor al Bosque Nativo de Chile, es la creación de la línea +Maqui, que aprovecha todas las propiedades antioxidantes de este fruto, en un proceso que en su cadena de elaboración involucra la participación de recolectores de las comunidades de Lanco y Los Lagos. En la actualidad, su línea de productos está conformada por la bebida +Maqui, en versión normal y light. La bebida fue uno de los productos más vendidos del Pabellón de Chile en la Expo Milán 2015. 

En la misma línea está el Maqui Propóleo, nutracéutico de última generación, que junto a +Maqui Probióticos ya están a la venta en algunas farmacias del país.

Próximamente, se lanzarán al mercado el agua y néctar de maqui, además de dos nutracéuticos, maqui con Rosa Mosqueta y maqui con Omega 3.

Innovar o estancar

En un escenario de alta competencia y permanente transformación, no colocar a la innovación como pieza clave de las estrategias de desarrollo implica un riesgo de estancamiento. Sin embargo, en Chile la inversión que realiza el sector empresarial continúa siendo una tarea al debe, puesto que está por debajo de las cifras de la Ocde, donde las empresas lideran el financiamiento a la I+D con un 60%. La última encuesta sobre Gasto y Personal en I+D, del Ministerio de Economía, realizada el año 2014, indica que el sector empresarial financió el 32% del gasto I+D, lo que representa una disminución respecto al 34% registrado el año 2013. 

Chile está muy por detrás de los países líderes en innovación. De hecho, los recursos destinados a I+D representan sólo un 0,38% de nuestro PIB, lejos del promedio de los países de la Ocde, que llega a un 2,36%. El contraste es aún mayor si nos comparamos con Corea del Sur -que en 60 años pasó de ser una pobre nación agraria a una potencia industrial-, cuya inversión en investigación científica y tecnológica alcanza al 4,15% de su PIB.

 

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