
En este lugar confluye la historia de tomecin@s, y entomecinad@s.
Las fuerzas materiales y espirituales de distintas generaciones urden colores, grosores y asperezas. Campesinos nostálgicos y sus proles escolares, nietos técnicos y universitarios. Empresarios molineros reconvertidos, inmigrantes alemanes; los italianos en la Fiap, suizos y franceses, españoles y portugueses. Y otros, oriundos, de suelos lejanos.
En la otra orilla, pescadores heredan el oficio recolector de los pueblos originarios.
Choznos de esta majamama sociocultural, senti-pensamos el patrimonio como semilla de nuevas tramas. Estos muros están listos para albergar nuevos bríos. Para hacer que “En Tomé la tierra vuelva a ser redonda”.
Darwin Rodríguez