Perdió el invicto como local y la posibilidad de ser puntero. Todo en un solo día, pero lo peor es que en Huachipato saben que no se jugó bien. Un Cobresal muy ordenado lo venció por la cuenta mínima y el técnico Jaime García analizó esta impensada caída.

El DT expresó que “más allá de la autocrítica, fue un partido súper raro. A veces sin ideas, sin conexiones de pases y ellos cerraron todos los espacios, nos anularon de la mitad para arriba, nos superaron en las marcas. No tuvimos paciencia para romper líneas. El segundo tiempo fue más nuestro, pero sin ideas, nos apuramos”.

El ataque se centró en el balón largo hacia Altamirano. García señaló que “a mí no me gusta el pelotazo y nunca ha sido nuestra forma. Levantamos la pelota contra defensores altos y nos equivocamos, nunca los sacamos para generar espacios. Nos desesperamos y ellos se fueron haciendo fuertes con el correr del partido”.

Sobre el rival, precisó que “Cobresal tuvo mérito, no nos dejaron jugar y no se trata de tirarse atrás. Nos estudiaron bien y no supimos resolver lo que plantearon. Empezamos a jugar mucho para atrás, retrocedíamos el juego. Dimos todo en lo físico, pero no estuvimos en lo futbolístico y nos quedamos sin nada”.

También valoró lo hecho por su colega. “El profe Gustavo (Huerta) se ha mantenido en el tiempo, es un técnico serio, de procesos y hace rendir a los jugadores. Leyó bien el juego. A mí las derrotas me ayudan a tomar lecciones, aunque el cómo no siempre me gusta y esta vez no fue bueno”.

Se había acostumbrado a remontar marcadores y ahora no se pudo. El estratega explicó que “uno va tomando cariño a la gente y por eso te duele perder y en casa. Por ellos. A veces quizás es bueno que te zamarreen un poco para pensar y ver qué nos falta. No fuimos el equipo agresivo de otras veces, el primer tiempo es de los malos que hemos tenido”.

Sobre el infortunio en el tanto de Henríquez, advirtió que “el gol fue un tiro libre que finalmente fue autogol y nosotros tuvimos la ocasión de Ampuero y por ahí otra más. Fue un partido de pocas llegadas y hay días donde no es, donde la pelota no quiere. Cuando uno pierde no siempre el tirón de orejas es para los jugadores, tal vez no supimos leerlo como cuerpo técnico”.