
Estudia Ingeniería Civil Industrial, y en 2024 tuvo una lesión que la tuvo todo el primer semestre fuera de la cancha. Alcanzó a volver, pero esta temporada quiere recuperar el tiempo perdido y con sus compañeras lograr buenos resultados, apuntando al nacional como gran objetivo.
Antes de llegar al balonmano, practicó atletismo y gimnasia, pero en un momento reconoció que “me aburrí”. Por ello, Josefa Bustos fue una práctica de balonmano, sin demasiadas expectativas, cuando tenía 14 años. En su natal Los Ángeles, motivada por su papá asistió a una práctica de Cubla, uno de los clubes más tradicionales de esta disciplina a nivel regional. Todo cambió de inmediato. “Me llamó mucho la atención lo competitivo a partir de un equipo. También el compañerismo, el espacio físico, la técnica”.
Desde ese entrenamiento, han pasado casi diez años. Una década donde Josefa ha estado siempre ligada al balonmano. Siguió jugando en Cubla, incluso pudo salir al extranjero con el club, donde ese gen competitivo se fue acrecentando, haciendo más fuerte. Luego, ingresó a la UdeC, y la pandemia frenó su crecimiento deportivo por un tiempo. Tras el término de la emergencia sanitaria, pudo volver a la cancha con todo, en un camino que el año pasado se vio interrumpido por una lesión de rodilla que se originó en el último partido de 2023.
Vivió un proceso de recuperación, duro, largo y por ello este 2025 aparece como una especie de revancha, para poder desarrollar su pasión como más le gusta: en la cancha. “No me tuve que operar, pero fue difícil estar afuera. Ahora estoy 100% recuperada y muy motivada”, dijo.
Juega de extremo derecho, y aseguró que siempre quiso entrar a la UdeC. “Me motivaba por lo académico y por lo deportivo. Obviamente, quería entrar a la selección. Ingresé en 2020, pasamos unas pruebas y cuando se partía con todo, vino la pandemia y para la casa. Fue muy frustrante”.
Para Josefa, ingresar a la UdeC también significaba venirse a Concepción, en un cambio bien drástico.“Acá vivo sola, entonces todo pasaba a depender de mí, era un gran desafío. Tenía que estudiar, entrenar, cocinarme…Me costó un poco organizarme, pero con el tiempo lo conseguí”.
Sobre compatibilizar los estudios con el deporte, indicó que hay que organizarse muy bien. Uno falta de repente por los nacionales, puede ser una semana entera, o cuando tienes partidos lo mismo. Pero me ha resultado bien, porque el deporte me activa. Igual hay veces que llego muy cansada y todo, y siempre he tenido la ayuda de mis compañeros si estoy atrasada con algo. En general, claro que cuesta, tienes menos tiempo que los otros. Entonces, debes esforzarte más”.
De cara a las metas para este año., Josefa afirmó que “ahora ya no sólo somos selección universitaria, sino club igual. Estamos entrenando todos los días físico, en cancha tres veces a la semana, muy intenso. La verdad estamos muy motivadas, y en mi caso también. Voy a todos los entrenamientos. Queremos quedar entre los cuatro primeros del nacional y para eso nos estamos preparando”.
Con el poco tiempo libre que le queda, contó que uno de sus pasatiempos es hacer más deporte. “No me gusta sólo el balonmano, sino también trotar, ir al gimnasio. Igual me junto bastante con mis amigos, a comer, a tomar algo, siempre trato de darme el tiempo”.
En el último año de su carrera, aseguró que quiere seguir ligada al deporte todo el tiempo que pueda. “Quiero seguir entrenando, hay clubes con equipos adultos que compatibilizan el trabajo con los entrenamientos, que se hacen en la tarde, fuera del horario laboral. Igual me gustaría seguir estudiando, quizás afuera y ahí también continuar en el balonmano”.