El aumento en la participación femenina, el histórico título de Colegio Fraternidad y la impecable participación de Almondale Lomas marcaron la temporada 2024. Para el próximo año, los colegios apuntan a fortalecer la competencia y seguir incentivando la práctica de la disciplina.
Por Ámbar Traimante Aros
El balonmano escolar cerró un 2024 que destaca por importantes avances, especialmente en las categorías formativas. La implementación de un torneo regular en Sub 12, que entregó formalidad al formato usual de eventos masivos, junto al notorio incremento en la participación, tanto en damas como en varones, destacan entre los logros más significativos del año.
Así lo detalló Raúl Umaña, coordinador de balonmano en Adicpa. “Hay crecimiento en las categorías más pequeñas, Sub 12 y Sub 14. (…) En la categoría de 16 años, en varones se mantiene más o menos la cantidad de colegios que están jugando, que son aproximadamente 18, creo, y en damas también se logra mantener una competencia segura con 4 equipos, cosa que también había estado perdida en el tiempo, sobre todo post pandemia”.
La temporada tuvo entre sus principales protagonistas al Colegio Almondale y al Colegio Fraternidad. El primero culminó un exitoso año, llegando a todas las finales desde la categoría mini hasta selección, tanto en damas como en varones. Por su parte, Fraternidad alcanzó un hito histórico al coronarse campeón por primera vez en toda su trayectoria.
Así mismo, colegios como San Agustín y Salesiano destacaron en tres categorías -Sub12, Sub14 y Sub16-, posicionándose entre los segundos y terceros lugares entre rama femenina y masculina.
El entrenador de Almondale Lomas, Cristian Garrido, destacó la paridad alcanzada en la participación, con aproximadamente 20 deportistas por categoría – desde mini, infantil, cadete y selección- tanto en damas como varones. Además, resaltó que “creo que el 2024 fue el mejor año, porque llegamos a las finales en damas y varones, entonces se dio la oportunidad de que los chicos tuvieran la experiencia de vivir una final, sin importar la categoría o el género”.
En tanto, Eduardo Mora, DT de Fraternidad, subrayó los logros alcanzados. “Salimos campeones nosotros el año 2024. Por primera vez el colegio sale campeón en balonmano. Eso hace que haya motivación, que el fruto de los entrenamientos sea mejor proyectando el 2025”, destacó el técnico. Además, Mora aseguró que tuvieron una generación interesante, la que los llevó justamente a obtener buenos resultados y agregó que “ha salido una camada bastante buena de jugadores, lo cual ha generado que el nivel que ellos tienen sobresale en relación a los demás equipos”.
En otras materias del campeonato, Raúl Umaña tiene el convencimiento de que se mantendrá el número de participantes, y que a medida que los deportistas se desplacen a sus categorías consiguientes, la cantidad de participantes irá aumentando al mismo tiempo. “Esperamos mantener la competencia que se ha estado instalando y consolidando de alguna forma con cierta regularidad, pero claramente uno de ellos es poder dar un aumento en colegios o en categorías. (…) Lo otro es mantener la sistematización, la periodicidad de los juegos, de manera que los chicos siempre tengan la oportunidad de un fin semana estar jugando”, manifestó el coordinador.
En miras al nuevo año, el principal desafío identificado por los protagonistas es la infraestructura. “(…) En la medida que aumenten los equipos jugando, se necesita mayor espacio para jugar, más canchas y eso hoy en día está, en la Región, muy bajo, muy débil. Esa es una limitante importante a mejorar para poder mantener lo sistemático del juego”, advirtió Umaña.
Un punto específico, dentro de lo mencionado por el coordinador, que juega en contra del desarrollo de la competencia es la baja cantidad de canchas con disponibilidad para llevar a cabo los partidos.
“Normalmente se juega entre el Colegio Almondale Lomas y el Salesiano, que son canchas descubiertas, por lo tanto ahí parte del invierno casi no se juega. Y las otras canchas, o los otros colegios en realidad, tienen la limitante de que son más pequeñas y que al mismo tiempo están ajustadas a un tiempo más acotado”, agregó Umaña.
Otro aspecto, derivado del mismo anterior, que se pone en la mesa para mejorar es la organización de los torneos. “Me gustaría que la competencia, sobre todo en Adicpa, mejorara y se perfeccionara. Muchas veces hemos tenido situaciones donde hay semanas en que no se juega, entonces cuando se suspenden o cuando no tenemos instalaciones donde poder jugar, eso genera desmotivación porque entrenamos mucho y al final no jugamos”, expresó Mora.
Las expectativas para la próxima temporada son claras: mantener el volumen y generar un buen nivel de competencia.
“Ojalá se sumen más colegios y se siga fortaleciendo el trabajo en categorías menores. Yo tengo la idea de que este año en Sub 14 debiera mejorar el nivel. El próximo año, seguramente, la categoría Sub 16 puede que tenga un mejoramiento también, puntualmente porque ya hay más regularidad y está existiendo mayor continuidad de juegos, entonces en ese sentido creo que puede haber un aumento”, indicó el coordinador del balonmano de Adicpa.
“Mis proyecciones en el colegio son las mismas, mi foco siempre ha sido igual, generar procesos, tal como algunos subieron de categoría, y también para los que vienen más atrás. Probablemente este año no va a ser con los logros que tuvimos el año pasado, pero sí hay que trabajar la paciencia, la frustración y el trabajo en equipo. Generar familia en el equipo es un rol importante”. Expresó el DT del Colegio Fraternidad.
Por su parte, Cristian Garrido enfatiza que el objetivo va más allá de lo competitivo y señaló que “mi expectativa, más que nada, es que los chicos sigan disfrutando el deporte y verlos felices, pero ojalá poder repetir la hazaña de llegar a las finales (…). A nivel escolar, lo competitivo pasa a segundo plano, y ojalá poder generar el hábito de tener deporte toda su vida, sería el mayor logro que podría tener uno como entrenador o como profesor”.