En Noruega, la selección masculina adulta de balonmano disputa su octavo mundial consecutivo. Una marca que en cualquier otro deporte colectivo tendría una gran repercusión, y más aún considerando lo que logró el combinado chileno en el torneo. Tras vencer a Japón, clasificó a la segunda fase del certamen, en una actuación histórica para la disciplina.

En esta etapa, Chile se medirá hoy con Brasil, el viernes con el anfitrión Noruega y el domingo con Portugal. Más allá de lo que se consiga, el entrenador de balonmano local, Raúl Umaña, destacó el valor que ya tiene lo conseguido.

“Es un logro totalmente histórico y que corona de alguna forma un trabajo de mucho tiempo, exitoso en el plano del desarrollo del balonmano a nivel de selecciones. Lo más meritorio es que este equipo es totalmente renovado a los que estuvieron los cuatro o cinco primeros mundiales”, dijo.

Además, indicó que “es un equipo súper joven, con chicos que están entre los 21 y 23 años, algunos haciendo su carrera en Europa, otros terminando sus estudios en el país. Pero también la gracia es que, aparte de tener gran calidad en lo individual, técnico, en la concepción y percepción del juego, es un elenco muy liviano. Los europeos por lo menos están 15 centímetros arriba en talla y con 10, 15 kilos más de peso. Por lo tanto, poder sostener este juego, este ritmo que ha sido súper vertiginoso, es notable”.

Umaña también destacó que “dos de los jugadores que son importantes en cuanto a talla, altura y también a juego, Aaron Codina y Simón Aguilera, se lesionaron y no pudieron estar, lo que hace más meritorio el trabajo de la selección”.

El entrenador igual señaló que “Aitor Etxaburu, el técnico actual, a mi gusto ha dado posibilidades, minutos y tiempo a todos los jugadores. Ha llevado muy bien este recambio generacional y está por muy buena línea. Lo que viene ahora es difícil, pero este equipo es irreverente y no le tiene miedo a nada. Van hacia adelante sin problemas”.