Oriunda de Pucón, la estudiante de Medicina de la UdeC fue parte de la selección de tenis de mesa de la casa de estudios, que se quedó con el título de Adesup. Junto con analizar lo que fue en 2024, se refirió a sus inicios en la disciplina y cómo proyecta la nueva temporada.
Tamara Valencia lleva casi la mitad de su vida ligada al tenis de mesa. Hoy tiene 20 años, y comenzó a practicarlo a los 12, en su natal Pucón. “Partí en el taller del colegio en el que estaba en Pucón, pero era recreativo, luego en segundo medio (2019) entré al taller del Colegio Humanidades en Villarrica y después comencé a ir al taller municipal de Villarrica, donde conocí a muchas personas que sigo viendo cuando viajo a mi casa”, comentó de esos inicios.
Acaba de terminar su segundo año de Medicina en la UdeC, casa de estudios donde también fue parte de la selección de tenis de mesa que se tituló campeona de Adesup. “Desde que entré a la selección, el semestre pasado, he entrenado constantemente. Este deporte significa mucho para mí, muchas emociones, adrenalina, risas y también tristeza. Aunque al principio fue un desafío para mí, porque era la única mujer que entrenaba en el colegio, la verdad ha sido muy grato. He conocido muchas personas, buenas amistades con las que compartimos la misma pasión por el tenis de mesa”.
Al momento de analizar lo que fue el 2024, en lo grupal y personal, Tamara indicó que “fue un año de crecimiento en general. Tuve que compaginar mis actividades académicas con las deportivas, e intenté rendir de la mejor manera en ambas. Deportivamente mejoré mucho, tengo más confianza y experiencia, lo que es sumamente importante a la hora de jugar un partido, aunque debo admitir que aún me falta mucho por aprender”.
Al respecto, agregó que “en el ámbito grupal, siento que tenemos un buen grupo de selección, nos apoyamos harto durante los partidos y también si vemos que alguien no está bien o se ve triste, lo que siento que es súper humano de parte de todo el grupo. Me gusta la idea de que podemos llegar muy lejos si seguimos entrenando, y apoyándonos”.
Al momento de definirse como jugadora, Tamara indicó que “soy muy autoexigente, lo que muchas veces ha sido beneficioso pero también puede perjudicar mucho en un partido. Ello porque el tenis de mesa requiere de mucha concentración, confianza, y saber leer el juego y tener estrategia. Estoy trabajando en ser fuerte mentalmente a la hora de jugar, y espero seguir mejorando en ese ámbito”.
Tamara también se refirió a cómo complementa el deporte con los estudios. Algo que en ocasiones puede ser complejo, pero indicó que todo es principalmente cosa de organización.
“Si bien a veces resulta un poco difícil, lo he logrado organizándome, y también priorizando algunas cosas sobre otras. Cuando tengo certámenes le dedico mucho más tiempo a estudiar, pero siempre intento hacer un tiempo para entrenar, ya que me gusta mucho y me distrae. No es fácil compaginar la vida personal, los estudios y el deporte, pero se puede, y espero seguir haciéndolo, porque el deporte al menos para mí es fundamental y me hace feliz”.
En cuanto a los desafíos que se pone para la temporada que comienza, afirmó que “planeo seguir en la selección de la universidad, a pesar de que estaré en un semestre con ramos difíciles y tendré que organizarme bien. Además deseo seguir disfrutando el deporte y mejorar para competir”.