De dulce, pero también de agraz fue la temporada 2024 del atletismo regional para Jorge Grosser. El histórico entrenador prefiere quedarse con el vaso medio lleno, aunque no esconde las deudas que dejó la actividad de cara a este año que recién comienza.
Dentro de lo positivo, dos nombres aparecen sacando amplia ventaja. Por un lado, el de Josefa Quezada, quien volvió a inscribirse en el libro grande de la disciplina, luego de romper otro de los récords más antiguos que se mantenían en el medio fondo chileno.
La deportista batió la plusmarca de los 1500 metros cuya vigencia superaba los 34 años, al ubicarse séptima en el Ifam Outdoor de Bruselas, Bélgica, con 4:10,76, mejorando los 4:13,07 que mantenía desde 1990 Alejandra Ramos. De esa manera repetía lo hecho en 2022, cuando batió el récord de los 3000 metros planos, que la propia Ramos mantenía desde 1994.
Por el otro lado, Rafael Muñoz, quien se colgó medalla de bronce en el Iberoamericano de Atletismo de Cuiaba, Brasil. El coronelino se ubicó tercero en los 800 metros, con un tiempo de 1.46.37, consiguiendo de paso su mejor marca personal en la prueba y quedando a menos de un segundo del récord chileno, en manos de Pablo Squella desde 1990. Resultado al que suma una notable participación en los Juegos Deportivos Nacionales, donde obtuvo oro en 800 metros y en la posta 4×400, además de plata en 400 metros.
Junto a ellos, que fueron punta de lanza, también destacó el equipo femenino que disputó los Juegos Binacionales de la Araucanía, en Coyhaique, con el triple oro de Amparo Herrera (800, 1.500 y 4×400), a quien se sumaron en la posta Fernanda Pavez, Josefa Plaza y Francisca Valderrama. Lo mismo que Florencia Lara, plata en 1.500, 3.000 metros y pedestre, y Fernanda Pavez (800 metros), y los dos bronces de Javiera Sierra (3.000 y pedestre).
“En los Juegos Nacionales, que es nivel adulto, anduvimos muy bien, con un segundo lugar de las mujeres y el tercero de los hombres. Eso es fruto del trabajo federado, con atletas de nivel internacional que elevan mucho el equipo, que están trabajando hace tiempo, que tienen entre 24 y 25 años y están en su cúspide”, destaca Jorge Grosser.
En cuanto a las deudas, el entrenador las tiene claras. “Por supuesto que lo más bajo pasó por el representativo masculino en Juegos de la Araucanía, que tuvo su ubicación más baja de la historia; eso es algo a mejorar”, sostiene.
“Me preocupan las categorías menores, que han tenido una baja. Espero que eso se supere, porque voy al estadio todos los días y tanto los martes como los jueves es casi imposible entrenar debido a toda la gente que está. Se ve mucha juventud, pero esperamos que esa masividad se refleje en resultados y no solo en cantidad de personas”, complementó.
Otro de los pendientes, a juicio de Grosser, fue la ausencia en París 2024. “Es difícil, porque las marcas que están poniendo para clasificar a Juegos Olímpicos tienen un nivel demasiado alto para nosotros. Entonces hay que competir por puntos, que es la otra posibilidad de clasificación, pero está hecho a la medida de los europeos, porque los grandes torneos que dan puntos están en Europa. Entonces, para poder clasificar a unos Juegos Olímpicos o para ir a un mundial, nuestros deportistas tienen que estar allá. Haciendo las mismas marcas de nivel técnico, con cinco o seis torneos, quedarían en el listado general. Pero para eso necesitamos apoyo, para que nuestra gente vaya a competir allá”, asevera.
Sobre los desafíos que esperan para esta temporada, Grosser enumera lo más importante en el corto plazo. “Para este 2025 se vienen los mundiales, sudamericano adulto, Juegos Bolivarianos, y harto más. Nosotros partimos con los dos Grand Prix en Concepción, uno que lleva mi nombre y el Marlene Ahrens, en los primeros días de marzo, un trabajo de la asociación local que se concreta en dos competencias de nivel sudamericano y que dan puntos para el mundial”, cierra.