“Estoy a punto de cumplir mi sueño de jugar en el profesional y podría quedar todo en nada”, señaló delantero de la "Lamparita".
Lleva 5 años en Chile y recién este semestre pudo jugar y explotó. Fue subgoleador del Lota Schwager que ascendió directo a Tercera A y varios equipos pusieron sus ojos sobre Matías Segura. General Velásquez se contactó con él y tenían todo prácticamente listo hasta que surgió un impensado problema: la posibilidad de que el torneo de Segunda División tenga límite de edad. “Sería increíble que pasara eso, después de tanto luchar”, aseguró el ariete.
La “Pantera” cuenta que “estos días me vuelvo a Buenos Aires, con nada claro, esperando que ojalá se decida pronto las bases del torneo. No sé si será Sub 23, si habrá algunos cupos para mayores o si seguirá igual. Tengo posibilidades reales de jugar en Segunda, con Velásquez, estoy a punto de cumplir mi sueño de jugar en el profesional y podría quedar todo en nada”.
Segura emergió ahora, a los 26 años, porque no pudo jugar antes en Hualqui, Iberia ni Tomé. Primero por sus papeles de nacionalidad y, luego, justo por el mismo tema del límite de edad. “Sería una pena que pasara esto, en Argentina juegan todos, no importa la edad, la nacionalidad. Le cortan el sueño además a muchos chicos que estaban apareciendo y tendrán que trabajar, ponerse a estudiar. Este año se me había dado todo”, apuntó.
Marcó 8 goles este 2024, incluyendo el que abrochó el ascenso, el 2-0 a Naval en Coronel. “Siempre me tocó difícil. El primer semestre no jugué nada y me preguntaba si era yo, si no tenía el nivel. Siempre me decía a mí mismo que si me tocaba no iba a salir más, pero por dentro me mordía la rabia. Me tocaban 5 minutos y hablaba con mi mamá, le decía que yo iba a marcar el gol del ascenso y así fue”, narró.
Y después de 5 años de dramas y dramas, la luz al final del túnel. Segura advirtió que “la gente no sabía mucho de mí y después ya era todo cariño, me mandaban mensajes y ahora me salió esta oferta. Lo único que quiero es jugar en el profesionalismo, es un sueño, es lo que le prometí un día a mi madre”.