Delantero lila Carlos Escobar contó detalles esa final donde salió golpeado “como si hubiera ido a la guerra” y explicó por qué seguirá en el “León”.
Carlos Escobar es un tipo que va a todas y no solo en la cancha. Entrena duro a un mes de cumplir 35 años, aún se recupera de múltiples heridas tras la final con Melipilla y se da un tiempo para hacer dormir a su hijo de un año y 8 meses. Las hace todas y se nota que lo disfruta. Está cómodo en Concepción, encontró un lugar donde es feliz y no dudó en quedarse un año más. El “Patrón” dará pelea una vez más para subir con el club morado.
“Terminó al partido y lo conté al tiro por mis redes. Quería quedarme. Estaba dolido y pensé que se me iba a caer el mundo porque nunca se nos pasó por la cabeza ni siquiera ir a penales, pero quiero ser campeón, estoy picado. Ni siquiera negocié, me quedo en las mismas condiciones que estaba y, después de estar tan cerca, hay que intentarlo de nuevo”, aseguró el ariete.
Comenzó haciendo banca varias fechas y terminó siendo vital, perdiéndose solo un partido. Escobar repasó que “al principio me costó ponerme físicamente. Venía de 3 o 4 meses de para, arrastraba una lesión en el talón y me costó ponerme a punto. Tampoco me fue fácil acostumbrarme a esta división, que es muy distinta a otras donde jugué, y de a poco me encontré con el equipo y me fui encantando”.
Anotó 4 tantos, aunque hizo muchas más cosas en el campo. El centrodelantero señaló que “quizás esperaba marcar más goles, pero el Nacho (Mesías) estaba aportando bien con eso y el equipo necesitaba que hiciera otras cosas. Entré a aportar fuerza, presionar la salida, ser el corazón del equipo. No terminó todo de la mejor forma y quedamos muy tristes, pero disfruté mucho este semestre”.
Se le nota en la voz, en la sonrisa. “Disfruté entrar a la cancha, jugar la final, cada entrenamiento, la ciudad, ver más de 10 mil personas viajando horas en bus, en sus autos. También disfruté la final hasta el momento que recuerdo”.
Tuvo un choque durísimo cabeza con cabeza. Fue con Magaña. Volvió con un vistoso parche y en el segundo tiempo recibió una violenta patada ahí mismo, que significó la expulsión de Dematteis.
El goleador precisó que “si mostrara las fotos de cómo quedé, las de ahora… Es como si hubiera ido a la guerra. Mis compañeros se reían porque cuando hablamos en la charla les dije que esto era una guerra, que hay que salir de la cancha con la cabeza cortada. ¡Y justo me tocó a mí! Yo no quería salir, pero ni siquiera me sacó el DT, me sacaron los compañeros. Todos me decían que estaba perdido”.
De ese momento agrega que “estaba ido, preguntaba cuánto íbamos en el marcador, si andaba mi familia, si tenía tarjeta. Estaba en otro lado. Tuve un TEC cerrado y estuve 5 o 7 segundos en la cancha donde se me olvidó todo. Jugaba, pero no entendía qué estaba pasando”.
La gente lo aplaudió, se ganó su cariño con el correr de la temporada y lo sabe. “Leo en redes sociales que los hinchas se alegran de que me quede y eso es bonito. Algunos ponen ‘Escobar capitán’, pero no sé si es lo mío. No se trata de ponerse algo en el brazo para intentar ser un líder positivo, ser un buen compañero, un buen elemento en el camarín. Trato de hacer eso”, afirmó.
¿Y se podrá mantener este plantel? Escobar advirtió que “se van a quedar varios y el Conce se armará para pelear y ser campeones. Lo hablamos con los compañeros, muchos de ellos van a empezar a publicar rápido que siguen. Víctor Rubio también nos dijo que quería eso. Entiendo también que hay jóvenes como Mesías o Rigazzi que sueñan jugar en otra división. Yo les dije que me quedaba, pero para subir, quiero ser campeón acá”.