Psicólogo de la UdeC: “Siento que indirectamente aporté al oro de mi país”

10 de Agosto 2024 | Publicado por: Samuel Esparza
Fotografía: Cedida

El tiro al vuelo entregó alegrías por partida doble en París 2024. Primero, con lo hecho por Francisca Crovetto y su oro en la modalidad skeet. Pero también a través de otro chileno, que no disparó ningún tiro, pero que también llegó a lo más alto del podio. Su nombre, Ricardo González, psicólogo deportivo del club UdeC, y que celebró junto a la guatemalteca, Adriana Ruano, quien en la especialidad de foso, logró la primera presea dorada en la historia de su país.

Hace solo un par de días que regresó a Concepción, pero lleva varios atendiendo el teléfono a medios de todo el país, que lo han contactado para conocer algo de su experiencia en la cita olímpica. Historia que él cuenta con naturalidad, con una humildad que sorprende.

Con Adriana partimos trabajando para Tokio 2020, gracias a un vínculo que hice con una colega que lleva años en el Comité Olímpico de Guatemala, mientras estudié en la Autónoma de Madrid. En ese entonces organizamos un diplomado, y Adriana dio el cierre a uno de los módulos. Ahí me invitó a ser su psicólogo para Tokio, donde trabajamos vía Zoom”, comenta.


“Trabajamos en modo remoto, las dos presencialidades que he tenido con ella fueron para Santiago 2023, donde conocí también a su entrenador, el español Pedro Martín Fariza, con el que hicimos un buen nexo, porque como estudié allá, conozco a los españoles, su genio, las bromas, su forma. Nos acoplamos, hicimos un trabajo interdisciplinario muy bueno, y Adriana ganó el oro acá en Chile. Eso favoreció a lo que vino después”, añade.

Ir a París no le fue fácil, viajó de manera particular, gracias al esfuerzo de Adriana y su compatriota, Daniela Borda, que compitió en otra modalidad de tiro. “Siento que se dieron muchas cosas. Cuando me voy desde acá a Santiago, Diego Pablo, mi hijo mayor, estaba muy triste, lo vi con los ojitos vidriosos, me dio una pena así es que lo aparté a un lado y le dije que esa penita no sería en vano porque yo regresaría con una medalla, para que se sintiera orgulloso de su papá. Y cuando le conté a Adriana, me dijo ‘no te preocupes, que voy a ganar medalla’. Entones hay cosas mágicas en todo momento, allá me acordaba de mi hijo, de mi esposa que se quedó con los dos niños. Esa fue mi inspiración para levantarme todos los días a las 5 de la mañana, y ser el primero en llegar a todas partes”, reconoce.


Experiencia para siempre

Sobre la jornada del oro, Ricardo González dice estaban todas las condiciones para hacer la proeza.


“Adriana venía anticipando medalla. Honestamente, mi meta era el diploma olímpico, ambicioso igual. En primera ronda, hizo un 25 (sin fallas), y la manera fue lo mejor, le daba de lleno a los platos, estaba muy segura. Hizo un 25 y dos 24 y quedó arriba. Al día siguiente, en la cuarta ronda, que siempre había sido el fantasma para ella, hizo un 24; por fin se rompía la maldición. Y, en la última ronda, hizo 25 en una performance altísima, con una capacidad de autogestión, desde lo técnico y psicológico muy bueno. Ya en el plato 22, vi a Pedro llorar y cuando terminó de hacer el 25, yo dije ‘vamos por el oro’. Ya en la final, le dije que estaba en su peak desde lo psicológico”, detalla.

“La media hora antes de salir a competir, los primeros 10 a 15 minutos, trabajó conmigo la rutina que venimos haciendo desde los Panamericanos, con activación ocular, cognitiva, visualización, inhalaciones profundas. Fue ver reflejado de manera óptima el trabajo de tres años y medio. Adriana es muy de asociar canciones con la competencia, cuando clasificó a Tokio fue ‘Guadalajara’, que le cantaba su abuelita. Y ahora era Freed From Desire, que la andábamos cantando en todas partes. Y justo salió la canción durante la presentación, la vi cantando y dije, ‘estamos’. Y ganó con récord olímpico, que es algo meritorio”, complementa.


Lo mejor es que, a partir de este logro, González dice sentirse partícipe no solo del oro de Guatemala, sino que también de Chile. “Yo sentía que el logro de Adriana, inspiraría a las compañeras latinas, que al ver que ella pudo, sentirían que ellas también podrían. Y cuando después la ‘Panchita’ Crovetto ganó su oro, me dijo eso mismo, que Adriana fue su inspiración para sentir que era posible ganar. Así es que pese a que no trabajo con ‘Fran’, indirectamente sentí que aporté con un oro para mi país. Y eso es un sueño”, cierra.