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El orgullo de ser olímpico (2): La nueva generación que tocó el cielo

En esta segunda parte, repasamos el paso de otro grupo de exponentes en la cita de los cinco anillos. Jóvenes talentos que hace no mucho, fueron orgullo regional.

Por: Samuel Esparza 26 de Julio 2024
Fotografía: Max Montecinos

No solo de pretérito vive el deporte regional. Los tiempos modernos saben a la perfección del talento de los exponentes de Biobío, que tras armar carreras a punta de esfuerzo y con la única compañía del anonimato, se dieron el gusto de llegar a la cita más importante, esa donde se dibujan los cinco anillos.

En esta segunda entrega de “El orgullo de ser olímpico”, apenas es necesario hojear algunas páginas de la bitácora deportiva. Se trata de atletas y remeros que hace no mucho tiempo, llenaron de orgullo a la Región haciéndose junto a grandes estrellas del mundo.

“Isi”, la gacela blanca

Photosport

Salida del laboratorio 100 por ciento penquista, Isidora Jiménez fue la mezcla perfecta entre capacidad natural, convicción y la mano de un entrenador acostumbrado a sacar campeones para Chile.

Aunque alguna vez le aconsejaron pasarse a los 400 metros planos, no se movió un centímetro de la velocidad, esa brutalidad física que significa competir en los 100 y 200 metros planos Y ahí supo llevar su carrera a alturas insospechadas, rompiendo cuanto récord se le puso por delante, desde que era juvenil hasta convertirse en la mejor velocista chilena de la historia.

Con ese estatus disputó los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde clasificó en el doble hectómetro. Un crono de 23.29 segundos fue su tiempo en la serie clasificatoria, corriendo en la pista 1, la más difícil. Quizás por eso estuvo lejos de su mejor marca (22.95 segundos), y no pudo meterse en la final, pero verla ante gigantes como la trinitaria, Michelle-Lee Ahye o la jamaicana, Simone Facey, es algo que aun no se olvida.

Cuando el correcaminos bailó samba

Coch

Históricos fueron para el atletismo regional los Juegos Olímpicos de Río 2016, cuando puso a otro de los suyos en la pista. En ese caso en las calles, porque Víctor Aravena, uno de los mejores fondistas chilenos de la historia, fue el encargado de animar la maratón en el evento.

Y el coronelino lo hizo como acostumbraba, a lo grande, porque pese a ser aquella apenas su segunda vez corriendo los 42 kilómetros (su especialidad fueron los 5.000 metros), logró la mejor actuación chilena en la prueba en 50 años, ubicándose en el puesto 42°. El lugar más destacado desde México 1968, cuando Ezequiel Baeza fue 36°.

No se olviden de Cárdenas

Mindep

Miembro de elite de la generación más ganadora del remo chileno, Felipe Cárdenas fue una de las cartas en las aguas de Río 2016.

Junto a Bernardo Guerrero, el sampedrino cumplió su sueño de niño, ese que se le había metido en la cabeza ocho años antes, cuando comenzó en este deporte en aguas de la Laguna Chica.

Cuarta se ubicó la dupla nacional en el repechaje del Doble Par Ligero en Río de Janeiro, clasificando a las semifinales C/D de la competencia. En la cima del mundo, “habiendo competido en todo lo que un deportista puede competir”, el dispuesto era el retiro. Pero nada, hoy en pleno 2024, Cárdenas se mantiene vigente, es aun seleccionado chileno, y seguro tiene un plan para despedirse como el grande que es.

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