Lo ganó el Inmortal. Con goles de Luis Muñoz y Diego Bravo, Arturo Fernández Vial se impuso por 2-0 a Lautaro de Buin en duelo disputado en el Ester Roa, y sumó puntos trascendentales en su dura misión por mantenerse en el fútbol rentado.
Era tanto lo que rodeaba al encuentro, que la gran interrogante era saber si el equipo podría sustraerse a todo ese ambiente. El riesgo de que fuera el último partido del “Almirante” en el profesionalismo, producto de las deudas que afectan a la institución, activó campañas de sus hinchas para recaudar fondos y de los accionistas minoritarios, en el mismo tenor, además del llamado para reunir a 5 mil personas en el estadio. Por si todo eso fuera poco, la resta de tres puntos por el no pago de los sueldos de marzo, hacía que lo deportivo también se resintiera de sobremanera. A todo aquello tuvo que sustraerse el equipo aurinegro, que con lo mejor de su reducido plantel, salió enfrentarse a un rival directo en la lucha por salvarse del descenso.
En el comienzo, y consciente del pésimo estado de la cancha de Collao, los dueños de casa apostaron por saltarse el mediocampo, buscando la velocidad de Cristóbal Díaz y el olfato de Ángel Guillard, aunque sin mayor suerte. Por contraparte, la visita probaba a ras de suelo y con juego asociado, creándose las mejores opciones. A los 23″ Rodríguez apareció solo anticipándose a la salida de Nery Veloso y desvió por poco, en inmejorable posición. Tres minutos después, Gutiérrez probó las manos del “Gato”, que respondió como sabe.
A esa altura, las caras eran de preocupación entre los 2.784 valientes (controlados) que atendieron al llamado de su club y llegaron hasta el coloso penquista. En cancha eran tan pocas las ideas, que no se veía por dónde darle vuelta a un duelo en el que solo servía ganar.
Pero por algo lo conocen como el Inmortal, por eso es que ha vivido tanto, que por sus ojos ha pasado la historia entera. Al Vial lo hace su gente, y mientras hayan vialinos, no muere.
Con eso en la mente salieron al complemento los jugadores aurinegros, que demoraron en retornar al campo de juego, seguramente juramentando jugarse la vida. Porque en ausencia de buen fútbol, la tradición dice que la garra y el corazón vialino, pueden más.
Cuando Lautaro volvía a ser más protagonista, con travesaño incluido, llegó el gol del dueño de casa, por intermedio de Luis Muñoz -uno de los mejores de su equipo-, quien le ganó a todos en las alturas tras un centro por derecha, y aprovechando la mala salida del meta visitante, abrió el marcador. Era su primer gol en el profesionalismo, y lo gritó con el alma. El eco se escuchó tan fuerte en la galería, que los fríos 5 grados que marcaba el termómetro, parecían un chiste.
Tras el tanto, Lautaro salió con todo en busca de la igualdad, y se acercó con peligro. Pero fueron los aurinegros quienes sentenciaron una noche que les pertenecía. Cuando los lautarinos alegaban un supuesto penal, Canessa encabezó una veloz carga por derecha y luego de ganar línea de fondo, centró atrás para la aparición de Bravo, que de primera le cambió el palo al arquero y sentenció el 2-0 que significó el triunfo vialino, equipo que con 11 puntos salió momentáneamente de la zona de descenso.
Aunque, a no nublarse, que en lo futbolístico hay un largo trecho por mejorar, eso quedó más que claro. Pero Vial se ganó el derecho a celebrar, todo el fin de semana si quiere, porque el lunes viene el otro partido, ese que se juega fuera de la cancha, y donde la administración deberá responder tal como jugadores y cuerpo técnico cumplieron hoy.