Samira Ananías: Con el balonmano en el corazón y para el resto de la vida

08 de Julio 2024 | Publicado por: Samuel Esparza
Fotografía: Cedida

La alumna de Medicina de la USS, es un caso particular. Mientras algunos viven del deporte o lo ven como un hobby, ella mantiene una relación casi espiritual. Eso le instó a armar la selección de handbol de su universidad, donde hoy brilla como capitana.

Como amor a primera vista. Así califica Samira Ananías (25 años) su llegada al balonmano cuando, a los nueve años, fue el primer deporte que practicó, el único que le enamoraría el corazón.

Fue en su colegio, el Concepción Chiguayante, donde conoció la disciplina, invitada a un taller por su profesor de Educación Física, que vio en ella aptitudes naturales. “Mi profesor Jorge Bahamondes era fanático del balonmano, siempre estaba viendo a niños con cualidades, inquieto. Así es que habló con mi papá para que me uniera al taller, y así comenzó todo”, recuerda.

Sobre esos inicios, Samira no duda en llamarlo como un antes y un después. “Me enamoré del deporte, nunca más me aparté de él, toda mi vida ha sido mi método de distracción, mi terapia, a partir de ahí siempre estuve emocionalmente muy conectada con él. Y, por supuesto, con el balonmano, nunca me llamó la atención otro deporte, cada día confirmo que es para mí”, asegura.


Y añade, “me gusta que sea un deporte colectivo, que cuentes con el apoyo de un equipo, que se de esa interacción. El deporte entrega muchos valores, parte de mi formación valórica viene de ahí, como la tolerancia, fraternidad. Además, siempre se me dio fácil, poseo esas aptitudes físicas basales para el deporte, se me da bien, si hay que hacer fútbol, básquetbol, o atletismo, lo hago bien. La velocidad es lo mío”, comenta.

Así, no pasó mucho tiempo hasta que jugara el torneo escolar Adicpa, donde su colegio hizo grandes campañas, llegando a ser cuarto en los JDE, y siendo semillero de grandes jugadoras. “Mi ‘profe’ tuvo muy buen ojo con las chicas que llevó al taller, porque logró unir a un equipo que tenía mucho potencial. De mi colegio salieron niñas que ahora son figuras, que están en ligas importantes, como Valeska Noguera, que juega en España, o Sofía Alarcón, que también estuvo allá”, manifiesta la extremo izquierdo.


De aquella época, Ananías dice que, “esperaba esos fines de semana para competir, yo sabía que el sábado a las 8 de la mañana tenía que estar despertando a mi papá para que me fuera a dejar. No me complicaba privarme de algunas cosas, porque siempre le he tenido respeto al deporte”, dice.

Desde cero en la universidad


En 2019 Samira Ananías llegó a la USS para estudiar Medicina. Pese a lo demandante de su carrera, siempre tuvo la intención de seguir jugando, aunque se encontró con un obstáculo: no había selección de balonmano.

“Solo existía un taller que era para principiantes, pero yo quería competir y empecé a moverme para ver qué otras chicas había que jugaran en clubes a nivel competitivo. Uní fuerzas para ir a la oficina de asuntos estudiantiles, hasta que juntamos chicas y se armó una selección”, expresa.


Y aun cuando la pandemia retrasó objetivos, no evitó que Samira dejara de lado sus sueños. “Cuando volvimos de la pandemia, la capitana del equipo me cedió su capitanía, era una oportunidad para volver a motivar a mis compañeras, a mover el equipo. Cuando se venía el nuevo año académico, estaba atenta a quienes invitando a las niñas a unirse a la selección”, relata.

Esa fue la base para el momento que vive la USS. “Hace 2 años que la selección tuvo un recambio casi completo de jugadoras, porque muchas terminaron su carrera, y eso hizo crecer nuestro nivel porque entraron niñas que venían de clubes. Veo a mi equipo con mucha proyección, la mayoría son chicas en su primer o segundo año de carrera, además que en 2023 llegó el técnico Patricio Mendoza, quien elevó al máximo nuestro potencial”, asevera.


“Antes había cosas que no dejaban sacar toda nuestra capacidad, y nuestro entrenador captó que el equipo necesitaba apoyo deportivo y emocional. Entiende que no somos solo deportistas, sino que también estudiantes, lo que a veces juega malas pasadas porque hay que priorizar”, agrega.

De esta manera, la USS ya sabe lo que es jugar un nacional universitario y, este 2024, lleva disputados dos encuentros, con un triunfo sobre la Ucsc y una caída ante la Unab, en una temporada donde apuestan fuerte. “Queremos ganar todos los partidos porque tenemos las herramientas, las demás universidades nos respetan y nos ven como iguales”, resalta la jugadora.


Hoy Samira Ananías se reconoce una agradecida del deporte, tanto así que dice la acompañará por el resto de su vida. “Al deporte le debo muchísimo, incluso a nivel emocional para salir adelante en varias cosas desde chica. Si pudiera jugar hasta los 80 años, feliz. Por lo pronto, sueño con especializarme en España y quizás poder jugar en algún equipo de allá. O trabajar en Santiago y aprovechar el nivel de competitividad que hay allá. Lo único claro es que mi futuro estará siempre con el balonmano a mi lado”, sentencia esta enamorada del deporte.