En días donde las Diablas del equipo nacional de hockey césped están haciendo historia, tras clasificar a semifinales de la Copa de las Naciones, en España, hay otro grupo de hockistas chilenas que se están preparando para escribir su propia leyenda. Se trata del combinado master +40, que se encuentra en pleno proceso con miras a su participación en el campeonato mundial de la categoría, que se celebrará en Cabo Verde, Sudáfrica, del 12 al 21 de octubre de este año.
Bajo la dirección del jefe técnico, Alfredo Castro, trabaja un puñado de las mejores exponentes del país, quienes se juegan un puesto en el equipo que viajará hasta el país de Nelson Mandela, para disputar el máximo certamen.
Entre ellas, destaca la presencia de la figura regional, Evelyn Bastidas, quien sobreponiéndose a todos los obstáculos posibles, aspira a ser parte de la delegación definitiva.
El año pasado, Evelyn Bastidas integró el equipo que disputó el Panamericano en Buenos Aires, desde donde se ha mantenido firme en el proceso como preseleccionada con miras a Sudáfrica, cuyo listado final se define en agosto. Todo, en medio de un hito único en su vida, como fue su maternidad.
“El año pasado fui mamá, mi guagua tenía meses cuando me llegó la convocatoria para las master 40. Fui con mi hijo a Santiago netamente con la intención de vivir la experiencia, iniciamos unas 60 jugadoras hasta que en noviembre yo estaba en la nómina final. En esa época no me había reintegrado a mi trabajo todavía, así es que viajaba con mi guagua, me quedaba entrenando fines de semanas completos. Y en diciembre fuimos al Panamericano, donde le ganamos la medalla de bronce a Estados Unidos”, relata la única jugadora de provincia en el equipo.
“Fue una tremenda experiencia, a esta altura, poder vestir la camiseta de mi país, y cantar el himno nacional en otra nación. Al torneo me acompañó mi hijo y mi mamá, si no era imposible ir”, añade.
Bastidas dice que esa experiencia la motivó para seguir adelante en el proceso, ahora con la intención cierta de ir al mundial. “Me estoy preparando, voy todos los viernes a entrenar a Santiago, y me vuelvo altiro porque mi hijo aun es chico, tiene un año y medio. También retorné al trabajo, por lo que la logística ha sido más difícil”, reconoce.
“Me cambié de club, ahora estoy en el CDA, entonces ha sido un año de cambios en lo deportivo, pero feliz igual, Llego muerta de los entrenamientos de Santiago, pero siempre aprendo algo, aparte que el equipo humano que hay es súper bueno, con entrenadores de calidad. Así es que full motivada, esperando quedar en esa nómina”, dice.
Y agrega, “para mí ha sido un gran aprendizaje estar con tremendas jugadoras, que llevan años en esto y muchas de las cuales fueron seleccionadas chilenas en su momento, todas con un tremendo nivel”.
Sin embargo, más allá de todo, sostiene que su máximo deseo es potenciar a las madres en el deporte competitivo.
“Hay que darle vitrina a las mamás que hacemos deporte, a veces sentimos que no servimos después de ser mamás, y no es así porque tiene mucho más valor. Es algo que debemos fomentar, porque muchas mujeres dejan de hacer deporte tras maternar. Creo que es mucho más potente y necesario de transmitir, somos mamás y podemos seguir destacando al nivel que queramos”, sentencia.