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“Cuando gritas un gol en otro país, es felicidad pura”

El productor local y reconocido hincha de Huachipato, relató la experiencia que significó celebrar la histórica victoria sobre Estudiantes, en La Plata, donde fue parte de la numerosa barra acerera que llegó hasta tierras argentinas.

Por: Samuel Esparza 03 de Junio 2024
Fotografía: Instagram | Daniel Gomez

La imagen recorrió países. Un puñado de hinchas de Huachipato celebrando en la galería, justo detrás del arco dueño de casa, en el momento en que Carlo Villanueva anotaba el 4-3 de los acereros sobre Estudiantes de La Plata, en el último suspiro del encuentro de Copa Libertadores.

Saltos, abrazos, risas y hasta llantos se mezclaban en ese grupo sin edad, donde coincidían con la misma felicidad desde niños hasta ancianos. Todos integrantes de la fiel barra que llegó hasta la capital bonaerense para apoyar al campeón del sur, ese que volvía a colocar al continente de cabeza, tal como lo había hecho en abril, cuando le fue a ganar también a domicilio a Gremio.

Porque ya lo habían advertido aquella ocasión en Brasil, que llegarían en masa hasta tierras trasandinas para repetir la sorpresa. Dicho y hecho, tres buses llenos de camisetas negriazules y perfectamente coordinados llegaron hasta el Estadio Único de La Plata, para que el acero no jugara solo.

Parte de la delegación fue el productor local y dueño de La Bodeguita de Nicanor, Daniel Gómez, quien como tantas otras veces tomó su mochila y partió a acompañar al equipo de sus amores.

“Ya llevo tres viajes consecutivos, Bolivia, Porto Alegre y ahora Argentina. Esta vez fue mucho más organizado, habían tres buses que llegaron todos juntos a La Plata. Me llama la atención la “tía Lucy”, una señora de la tercera edad que también vi en Bolivia, sufriendo como todo el apunamiento. Dicen que en Huachipato tenemos poca gente, pero somos muy fieles y estamos creciendo cada día más”, partió señalando Gómez.

Felicidad en estado puro

Sobre lo vivido en Argentina, y todavía “ronco” por el esfuerzo, Daniel Gómez relata que, “estábamos todos cantando, éramos unos 300 pero nos escuchábamos como si fuéramos mil, quedamos sin voz. Cuando gritas un gol en cancha contraria, en otro país, te sientes feliz, miras a tus jugadores como unos héroes. Después del partido nos juntamos en un local allá y no paramos de cantar hasta la madrugada, la esencia propia del sureño”.

“Lo de Buenos Aires marca un hito, creo que el jugador siente ese apoyo y le pone más ‘huevos’. Hay muy buenos futbolistas, y muy buenas personas, a algunos los considero amigos. Se formó un grupo que está para cosas grandes. Mira al ‘profe’ Francisco Troncoso, el fue hincha, estuvo en la galería, eso lo encuentro increíble”, añade.

Y cierra, “estos viajes se transforman en una historia de vida, si bien para uno primero está la familia, también existe la familia del fútbol. Nos estamos uniendo más, quizás esto motive a otros y sigamos creciendo. Así le quitamos hinchas a los clubes de Santiago, que son puro marketing; sería bonito que cada ciudad apoyara a su equipo”.

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