Técnico que acaba de dejar la banca de D. Concepción cree que los buenos números son el reflejo de su trabajo, habló del camarín lila, de la presión de la gente en redes sociales y aseguró que se va "con sed de revancha".
“Entendemos el sentir de la gente, la ansiedad y desesperación que hay en el club. Mi salida era algo que podía pasar”. Felipe Cornejo dejó la banca de Deportes Concepción al término de la primera rueda, con el equipo sexto y a 5 puntos del líder Melipilla. A su salida, hizo un balance de esta etapa que tuvo puntos altos y también hizo su autocrítica.
El estratega comentó que “me quedé con la sensación de que nos vamos justo ahora que viene una intertemporada para generar cimientos importantes para el segundo semestre. Había planificación de ciertos tiempos y queríamos buscar el campeonato desde una figura totalmente nuestra. Aceptamos las decisiones de la gente que está más arriba y es parte del fútbol, pero no la comparto, se truncó un proyecto. Pero, insisto, la respeto, como siempre pido que el jugador respete las decisiones que tomo en su momento. Es parte del fútbol”.
El DT apuntó que “sí me deja sensaciones extrañas por no terminar este proceso, siento que queda inconcluso. Llegamos en plena competencia, preparando siempre el partido de cada fin de semana, pero ahora había tiempo para prepararnos mejor. Sí soy autocrítico y comparto que tal vez podíamos hacer algo más. Dejamos buenos números. Muy buenos números, pero se podía hacer más. Siempre se puede. Hoy todo es muy inmediato y poco se respetan los procesos”.
De su pasar por el León destacó que “logramos un 61 por ciento total que no es casualidad, es fruto del trabajo. Tuvimos un 72 por ciento como local que cualquier equipo quisiera y ganamos un clásico que hace muchos años Concepción no lo ganaba. Este cuerpo técnico logró el mejor arranque en los últimos 14 años del club y nada de eso es regalado”.
Mucha gente no estaba conforme con lo que veía en la cancha y Cornejo lo sabe, aunque confiesa que “no soy de seguir las redes sociales. Cuando llego a un club me quedo al margen de todo lo que son sus páginas, por un tema de salud mental, pero creo que a veces se mide todo con el barómetro de las redes sociales. Para liderar clubes, el trabajo no puede medirse por lo que digan las redes sociales. Ahora, yo me quedo con el hincha que nunca falló en el estadio, que viajaron siempre con el equipo, que cantaron hasta el final… Con la hinchada celebrando el clásico. Me quedo con eso”.
¿Y cómo fue manejar un camarín con tanta gente que podía ser titular en cualquier club? El técnico explicó que “la lista de citados muchas veces generó malestar en los que creían que debían estar adentro y es normal. Es parte del día a día del fútbol y a mí no me hace problema. Si alguien no lo acepta es un problema de él y yo pido respeto por sus compañeros, pero siento que es un tema que se manejó bien”.
Volviendo a lo futbolístico, reconoce que “no ganarle a los equipos de arriba nos terminó pesando. Con el SAU tal vez fue cuando estuvimos más cerca y con dos puntos más en la tabla todo se vería muy distinto. Por eso el fútbol es tan relativo, tan minucioso. ¿Si el equipo jugó como yo pretendía? Creo que hubo momentos buenos y otros malos, pero en la suma y resta nuestros números están ahí. Siempre puede ser mejor, pero siento que estábamos arriba y hasta el último pensamos que podíamos ir por el campeonato”.
Al partir, señaló que “el fútbol es muy dinámico. Siempre dije que me gustaría dirigir este club y claro que en un futuro volvería. Dejamos buenos números, el cariño de mucha gente, trabajo y reconozco que quedamos con pica, con sed de revancha. Con ganas de terminar lo empezado”.