Hizo historia en Bélgica. Josefa Quezada batió la marca de Alejandra Ramos (1990) en 1.500 metros, logrando registro de 4:10;76. Hace dos años también rompió el récord nacional en los 3.000. Simplemente, una leyenda.

Desde Europa comentó que “el 2023 estaba entrenando muy bien, cuando volví a vivir en Concepción y tenía mi entrenador cerca, mi grupo de entrenamiento y estaba más feliz, con mayor red de apoyo. Lamentablemente me lesioné y estuve fuera gran parte del año, quedé con las ganas de competir”.

Se repuso y cuenta que “este año fue difícil partir, venía con mucha inseguridad de volver a competir y sentir los ritmos, pero en el Nacional y algunos controles internos que hicimos me di cuenta de que era muy capaz y solo tenía que descansar, sentirme cómoda y por eso me vine a Europa a correr”.

Le cuesta asimilar lo que hizo y expresa que “estoy muy agradecida de mi entrenador (Jorge Grosser) y mi familia, ojalá pueda darle más alegrías a todos mis cercanos. Es demasiado gratificante plasmar lo que una ha entrenado, hacer lo que me gusta. Hoy trabajo en lo que me gusta (médico cirujana) y el atletismo es la otra parte que más disfruto. Soy una agradecida de la vida por estas oportunidades, por reencontrarme y ser mejor de lo que hubiera pensado hace algunos años”.

Josefa indicó que “hace cuatro años no me hubiera imaginado todo lo que he logrado y no me lo creería, pero de a poco tenía que empezar a creer en mí misma. Mi entrenador siempre me lo ha recalcado”.

Sobre lo que viene advirtió que “estaré hasta julio en Europa y buscaré alguna carrera en 800 y mejorar mi registro. El segundo semestre será corriendo más en Chile. Lo de los Juegos está difícil porque no hice un 2023 muy bueno, así que veremos cómo va avanzando el ranking, pero no me quita la motivación. Quiero ver qué tan cerca quedo y proyectarme a cuatro años más”.