
Volante navalino Alexander Merino cayó inconsciente el sábado en El Morro y despertó en el Hospital Higueras.
“Ni siquiera sé bien cómo fue, pero me contaron que el jugador de Malleco pasó por encima mío, me pisó la cabeza y después rebotó en el suelo. Quedé mal, volví y después vino lo peor”, cuenta Alexander Merino sobre la situación que preocupó a toda la gente de Naval. Pasó directo al hospital y está lejos de encontrarse al cien, pero siente que la sacó barata. Pudo ser peor.
El “Vikingo” es un duro, no es llegar y sacarlo de la cancha. Por lo mismo confesó que “seguí jugando, pero no estaba bien, como que me desvanecía, y al final del partido me desplomé en el suelo. Cuando desperté estaba en el Hospital Higueras y sentía los brazos dormidos, no sentía las piernas… Estos temas cervicales son complicados, pueden involucrar órganos importantes”.
Pero tenía una preocupación especial. “No pensaba en nada más que en ver a mi hija, me preocupaba más ella que cualquier otra cosa. Me revisaron, me hicieron un scanner en la cabeza y más tarde me dieron de alta, pero con medicamentos. Después me sentí mal de nuevo y fui al neurólogo. Todavía tengo mucho dolor de cuello y me duele cada vez más, he tenido mareos y esta semana ya seguro que será solo de reposo”, indicó.
Y pensando en este y otro tipo de inconvenientes, el presidente del club, Edógimo Venegas, contó que “logramos un convenio con la Clínica de Resonancia Magnética Talcahuano para lesiones de nuestros jugadores, como ocurrió con Merino, y es el primer acuerdo que también incluye a los socios al día de Naval. Tendrán el mismo beneficio en un examen que sabemos que es carísimo”.
El “Cabezón” agregó que “a todo esto se suma un convenio para tratarse con el kinesiólogo Juan Caamaño y con Miocardio, que es nuestro sponsor. Ahora solo esperamos la pronta recuperación de Merino y tenerlo luego de vuelta”.